Análisis de Core Keeper

Hoy quiero compartir mi experiencia sobre un sandbox de aventuras que me ha pillado por sorpresa y me ha mantenido pegado a la pantalla del PC durante los últimos días. Normalmente, cada vez que escribo un artículo hago una introducción previa. Pero esta vez voy a guiarme por las reglas del juego.

Y digo esto porque al iniciar Core Keeper, lo primero que se te viene a la mente es "qué narices ha pasado". Hace un segundo estabas en el menú del juego y de repente, segundos después de darle a iniciar partida, te sientes como si hubieras sido lanzado a un pozo oscuro sin salida, con apenas un farol y unas herramientas básicas. Y es que tu personaje despierta en una especie de caverna donde no se ve un pimiento, y desde el primer momento te das cuenta de que aquí no hay manuales ni guías: estás tú solo. El primer instinto es poner antorchas por todos lados (en mi caso, quizás me vine un poco arriba, como podréis observar en las fotos de abajo). La ausencia de una introducción detallada es intencional, por supuesto, diseñada para sumergirte rápidamente en la exploración.

Y hablando de exploración: el mundo de Core Keeper es vasto y está lleno de biomas diversos. Puedes ir a lugares como las Cuevas de Arcilla, con un ambiente terroso y formaciones rocosas. La sensación de cavar a través de capas de tierra y descubrir nuevas áreas es increíblemente satisfactoria. No hay nada como la emoción de encontrar un filón de minerales valiosos o una cueva secreta llena de tesoros.

Sí. Dije tesoros. Una de las primeras cosas que me sorprendió fue cómo el juego destaca los recursos. A medida que cavas, los minerales y gemas brillan de manera que resulta imposible no sacar al Gollum que llevas dentro. Esto hace que la minería no se sienta tediosa, sino más como una búsqueda constante de querer más y más tesoros.

Aunque es cierto que después de unas horas de recolección de recursos, te das cuenta de que es el momento de construir un refugio. Aquí es donde Core Keeper realmente brilla. La libertad para diseñar y construir tu base es impresionante. Desde una simple cabaña hasta una fortaleza subterránea completa, las posibilidades son casi infinitas.

Utilizas los materiales que has recolectado, como madera y piedra, y empiezas a experimentar con diferentes combinaciones. La capacidad de personalizar tu base no solo es divertida, sino que también te da un sentido de propiedad y saca al materialista que llevas dentro.

Pero no todo es color de rosas: a pesar de lo divertida que es la construcción, también hay momentos en los que el sistema se siente un poco complicado. Sobre todo para hallar los materiales correctos. En más de una ocasión, me encontré tratando de descifrar desesperadamente la forma adecuada para fabricar una herramienta o un objeto. Y aunque la complejidad añade profundidad al juego, también puede ser frustrante cuando estás en medio de un proyecto y te das cuenta de que te falta un componente o un material.

Volviendo a lo positivo, uno de los aspectos que más me sorprendió fue el sistema de cocina. La capacidad de combinar ingredientes para crear diferentes tipos de comidas es un toque agradable que añade una capa adicional de profundidad. Experimenté con diferentes combinaciones de ingredientes que encontré mientras exploraba, y cada comida tiene un impacto en tus estadísticas. Preparar una buena comida puede marcar la diferencia en una expedición peligrosa.

La cocina también es una forma de experimentar con el juego, probando recetas y viendo cómo afectan a tu salud y energía. Aunque el sistema es relativamente simple, el hecho de que puedas preparar comidas que te den bonificaciones específicas en el juego añade una profundidad estratégica que no me esperaba (y que normalmente no encuentras en este tipo de juegos).

Bueno, y ahora me dirás: ya he explorado, ya he construido, ya he cocinado. ¿Ahora qué? ¡Easy! ¡Pues ahora a luchar! Cuando me sentí lo suficientemente preparado, decidí enfrentarme a algunos de los jefes del juego. Los combates son intensos y requieren tanto habilidad como estrategia. Te enfrentas a criaturas que no solo son visualmente impresionantes, sino que también tienen patrones de ataque únicos que ponen a prueba tus habilidades.

Cada jefe al que derrotas no solo te otorga botines valiosos, sino que también desbloquea nuevas áreas y recursos. Esto te mantiene con ganas de más, ya que cada victoria trae consigo una sensación de progreso y descubrimiento. Sin embargo, el grindeo (es decir, el tener que realizar repetidamente las mismas tareas) para recolectar los materiales para invocar a los jefes es a veces agotador. La cantidad de recursos requeridos puede hacer que el juego se sienta repetitivo en el tramo final.

Por otro lado, explorar nuevos biomas es una de las partes más emocionantes del juego. Cada área tiene su propia estética y desafíos. Desde el Desierto de los Inicios hasta el Mar Hundido, cada bioma se siente único y te presenta nuevos enemigos y recursos. Por ejemplo, al adentrarte en el Desierto de los Inicios, te encuentras con un paisaje árido y nuevas criaturas que no habías visto antes. La transición entre biomas no solo cambia el entorno visualmente, sino que también introduce nuevas mecánicas y recursos que enriquecen la experiencia.

Creo que uno de los mayores placeres de Core Keeper sería jugar en modo cooperativo. Lamentablemente, he tenido que jugar Core Keeper en solitario, pero creo que jugar con amigos haría que la experiencia sea mucho más divertida y dinámica. La colaboración en la construcción de bases, la exploración y el combate añadirían una capa adicional de disfrute.

En lo que respecta a los gráficos, el estilo visual de Core Keeper es una mezcla encantadora de pixel art que me recuerda a los juegos retro de mi infancia. La elección de colores y la iluminación dinámica dan vida a cada bioma, creando un mundo subterráneo vibrante y lleno de detalles. La música y los efectos sonoros complementan perfectamente la atmósfera, creando una experiencia inmersiva y envolvente.

El soporte para mods y eventos temáticos estacionales añade otra capa adicional de rejugabilidad. La capacidad de modificar el juego y personalizar la experiencia es un gran plus. Aunque la integración con plataformas de terceros para mods puede ser un inconveniente para algunos (y algunos a los que intenté jugar no funcionaban), la posibilidad de experimentar con contenido adicional es una ventaja significativa.

Y aunque mi experiencia con Core Keeper ha sido en gran medida positiva, no está exenta de desafíos o elementos que cambiaría. La falta de tutoriales detallados puede ser una barrera para los nuevos jugadores, y el mundo generado proceduralmente puede hacer que sea difícil encontrar ciertos artefactos o recursos sin una guía adicional. Además, el sistema de habilidades, aunque funcional, podría beneficiarse de una mayor profundidad y variedad para mantener el interés a largo plazo.

En resumen, Core Keeper es una joya en el género sandbox que ofrece una experiencia rica y variada en un entorno subterráneo fascinante. A pesar de algunos inconvenientes, como el grindeo excesivo y un sistema de habilidades algo plano, el juego brilla en su capacidad para ofrecer una experiencia inmersiva y divertida.

Si disfrutas de juegos que combinan exploración, construcción y combate con un toque retro, Core Keeper es una adición valiosa a tu colección. Con su amplio mundo subterráneo, la posibilidad de jugar en modo cooperativo y el soporte para mods, el juego tiene un gran potencial para seguir creciendo y evolucionando. Definitivamente, es una recomendación para aquellos que buscan una aventura única y envolvente en el vasto abismo de Core Keeper.

¡Coge tu pico y prepárate para una emocionante exploración en las profundidades!