No creo que Nintendo firmara una exclusiva temporal de nada menos que 14 añazos cuando cerró con Disney el entonces controvertido acuerdo para lanzar Epic Mickey en Wii y solo en Wii. Controvertido por envidias, porque cómo iba el creador de Deus Ex a llevar su interpretación oscura y morbosa de todo el legado de Walt Disney solo a una consola 'inferior', por mucho que pudieras menear el mando para pintar. El juego llegó a Wii, y solo a Wii, y triunfó vendiendo varios millones de copias pese a sus limitaciones, que no eran solo técnicas. Con todo esto me pregunto por qué no ha existido una versión remasterizada o un remake (Rebrushed se inclina más hacia lo segundo) en todos estos años. Seguramente por los vaivenes de la propia Disney y su indecisión sobre qué quiere hacer con las licencias para videojuegos, pero también creo que ahora es el mejor momento para llevar esta vieja aventura a todas las plataformas, desde Switch hasta PS4.
Disney Epic Mickey: Rebrushed es, primero de todo, un fantástico trabajo de restauración. Hay que elogiar el esfuerzo y el cariño de los austriacos de Purple Lamp en hacer que esto se vea y se juegue mucho mejor que antaño. Fluido en todas las máquinas, con una cámara mucho más ágil y con añadidos tan bienvenidos como el sprint, hace todo lo que puede para que nuestra aventura con Mickey Mouse correteando, pegando saltos y pintando/diluyendo el mundo del Páramo resulte verdaderamente moderna y mucho más agradable.
El detalle visual añadido, que se ha realizado deconstruyendo los recursos originales, no solo supone una bendición que por fin hace honor a las ilustraciones conceptuales, en lugar de pintar un borrón de píxeles morado oscuro. Lo interesante es que el contraste, los colores, la luz, los efectos... todo hace que el mundo se entienda mejor y por tanto mejora la orientación, algo que viene, ejem, que ni pintado cuando el original ya era confuso de por sí. Y lo mismo que pasa con las pistas visuales, ocurre con la música y el sonido posicional envolvente.
Está también muy currado que algunas novedades del control, como son esa agradecida posibilidad de correr, la esquiva o el salto de culo propio de Super Mario, se hayan implementado dentro de los desafíos de las misiones, y no solo como un recurso sin repercusión. Tendrás que esprintar el la carrera por la Calle del Mal y notarás cómo saltas más alto en algunos muelles si caes de culo en los niveles 2D de cortos clásicos de Disney. Además, en ambos casos accederás a nuevos extras, coleccionables y zonas secretas, todo un detallazo.
Pero ahora llega la pregunta clave: ¿era tan bueno el original? O, mejor aún, ¿ha envejecido aquella aventura de plataformas lo suficientemente bien como para que todas estas mejoras lo conviertan en un imprescindible para fans del género? Pues bien, aquí tengo mis dudas. Si te encantó el juego de Wii o añoraste poder jugarlo en todos estos años, está claro que esta versión te cundirá sin problemas. Para todos los demás, he de advertir que gran parte de su propuesta ha quedado bastante desfasada, y son premisas de diseño que, desgraciadamente, no se pueden arreglar con un remake.
En Disney Epic Mickey: Rebrushed seguirás algo desorientado respecto a las misiones, sin tener demasiado claro hacia dónde ir o qué debes hacer a continuación, por mucho que los mapas sean bastante reducidos. A esto se añade el factor immersive sim marca registrada de Warren Spector, con una serie de decisiones más o menos obvias que dan resultados más o menos impredecibles. Siempre hay manera de completarlo todo, pero estos sistemas más obtusos no se alinean con lo que se espera hoy por hoy. Y, aunque como plataformas puro ha mejorado, tampoco se desprende de esa sensación de: entra aquí, resuelve un mecanismo, abre la salida. ¿Esos mecanismos fueron la mar de originales y esos lugares están basados en parques temáticos y cientos de franquicias? Por descontado, pero si bien este Epic Mickey conserva gran parte de su magia, puede hacerse un pelmazo en varias secciones.
Entended un par de comparaciones muy odiosas. El juego sale muy mal parado si acabas de probar Astro Bot, pero también si jugaste recientemente al coetáneo Super Mario Galaxy. Que sí, que son plataformas puros basados en las mecánicas de acción y no una aventura centrada en una idea (por otro lado increíblemente innovadora y complicada de implementar) por la que pintas o diluyes el escenario de dibujos animados, pero el olorcillo húmedo a cuadro olvidado en el desván no se va ni con lejía.
No es una crítica tan negativa. Disney Epic Mickey: Rebrushed se juega ahora casi perfecto, pero a la antigua. O a la anticuada, para ser precisos. Y como remake también cabían retoques que deberían llegar como actualización en un parche. A saber; los subtítulos van a toda pastilla para que lo lean los niños, el modo foto no funciona en los niveles 2D, las pantallas de carga repentinas cortan el punto, se han dejado muchas cosas sin traducir y en ocasiones hay que hablar varias veces con un personaje para que te dé la respuesta que buscas.
¿Pero? Pero es un juego deliciosamente raro, único. Irrepetible. Y mejor que nunca. Cuando diluyes un trampantojo para encontrar un secreto, cuando golpeas una cabra cuyo balido onomatopéyico se convierte en plataforma, cuando encuentras esa referencia tan rebuscada de la escena que marcó tu infancia, cuando entras en interiores como el del nuevo cine de la Calle del Mal, ahora lo haces en condiciones. No parece que vayamos a ver un simulador inmersivo en formato de plataformas 3D noventero en el futuro próximo... o nunca más. Disney Epic Mickey: Rebrushed es un documento histórico jugable -para Disney y para los videojuegos- que, simplemente, ha tardado demasiado en llegar, pero que rinde el mejor homenaje a una creación solo comparable al propio Oswald.