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Dustborn

Análisis de Dustborn, por fin una aventura distinta

Hemos echado un vistazo más de cerca a esta aventura narrativa innovadora y diferente.

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Siempre he sentido un gran cariño por The Longest Journey, el legendario juego de aventuras sobre la perdida April Ryan que tenía que unir dos mundos muy diferentes. Es un juego que me dejó una impresión duradera, tanto por su profunda narrativa como por sus complejos personajes. Desde entonces, he seguido de cerca al creador del juego, Ragnar Törnquist. Ha firmado varias secuelas de The Longest Journey, y más recientemente su nuevo estudio, Red Thread Games, lanzó el juego Draugen. Después de Draugen, perdí la pista de lo que hacía su equipo, pero hace poco tuve la oportunidad de jugar a su último trabajo, Dustborn.

Red Thread Games es conocido por su fuerte enfoque en la narración de historias, y Dustborn no es diferente. En el juego, asumes el papel de Pax, un personaje ligeramente astuto y manipulador que huye con sus tres amigos en una especie de road trip. El juego te lanza directamente a la acción, donde te encuentras con Pax y su banda en medio de una persecución en coche. No hay introducción a la trama ni a los personajes, lo que puede desorientar un poco al principio. Los cuatro amigos tienen en su poder una memoria USB muy confidencial que han robado, y pronto queda claro que ese pequeño objeto es de gran importancia para alguien que no quiere que su contenido llegue a ser de dominio público.

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Sin embargo, esta introducción a la historia y a los personajes no está exenta de problemas. El juego se toma su tiempo para revelar lo que realmente está ocurriendo y el centro de atención pasa rápidamente de la trama a la relación entre los cuatro amigos. No es hasta mucho más adelante en la partida cuando la importancia de la memoria USB vuelve a ser el centro de atención. Esta elección narrativa de Red Thread Games puede resultar frustrante, ya que a veces hace que la trama parezca un poco desenfocada o desviada. Tengo que admitir que no soy el mayor fan de este tipo de narración, en la que la trama central pasa a un segundo plano para dar cabida a interacciones entre personajes que no siempre parecen relevantes para la historia general.

Dicho esto, irónicamente, lo que Dustborn hace realmente bien son los personajes y la forma en que se desarrollan a lo largo del juego. Dustborn está ambientado en 2030 en un mundo alternativo en el que la historia ha dado un giro completamente distinto. En esta versión del mundo, John F. Kennedy sobrevivió al asesinato de 1963, pero en su lugar murió su esposa Jacqueline. Esta tragedia hizo que Kennedy se volviera más autoritario, y la sociedad que encuentras en el juego se caracteriza por la vigilancia, la represión y un gobierno de mano dura que no tolera las desviaciones de la norma. Pax y sus tres amigas son esas desviaciones. Pertenecen a comunidades que hoy también luchan por sus derechos, y además de su estilo de vida, también tienen habilidades sobrenaturales similares a las que se encuentran en el universo X-Men.

Pax, la protagonista del juego, tiene la capacidad de influir en la mente de otras personas con su voz. Puede atacar el cerebro de las personas con sus palabras y hacer que discutan, paralizarlas o hacer que hagan lo que ella quiere. Sus amigos tienen habilidades similares, que pueden utilizarse para resolver puzles y manipular conversaciones con los muchos personajes que te encuentras por el camino. Esta parte funciona bastante bien y la forma en que las habilidades de los amigos de Pax se integran en la dinámica de juego es impresionante. Estas habilidades se adaptan perfectamente a sus respectivas personalidades y hay muchas oportunidades de explorar y comprender a estos personajes a medida que avanza la partida.

El viaje en Dustborn es un viaje por carretera a través del interior de Estados Unidos en el que los cuatro amigos, bajo la apariencia de una banda llamada Dustborn, intentan llegar a Nueva Escocia para entregar la misteriosa memoria USB. Esta configuración permite al juego explorar distintas comunidades estadounidenses, cada una con sus propias características y habitantes. Por el camino, Pax y sus amigos conocen a diversos personajes a los que pueden llevar en el viaje o dejar atrás, dependiendo de cómo elijas interactuar con ellos. Los diálogos entre Pax y sus amigos son detallados y a menudo bastante entretenidos, pero tengo que admitir que también pueden hacerse un poco pesados a veces. Sobre todo cuando tienes que escuchar a personajes que realmente no te importan.

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Al final del día, el grupo hace descansos en varias paradas donde puedes hablar con tus amigos y explorar más a fondo sus pensamientos y sentimientos. Estas conversaciones proporcionan una visión más profunda de las personalidades y relaciones de los personajes, pero también pueden alargarse, sobre todo si no te interesan todos los personajes. A los que no les gusten tanto las conversaciones largas, el juego también les ofrece la opción de componer nueva música en un minijuego en el que debes hacer coincidir los botones de la pantalla con las pulsaciones de los botones del mando. Lo mismo ocurre con los conciertos en directo con la banda. Por desgracia, este tipo de minijuego no es mi fuerte, y aunque puedes bajar la dificultad al mínimo absoluto, me costó mucho hacerlo funcionar. Tengo que admitir que no soy el mayor fan de esta mecánica.

Uno de los mayores retos de Dustborn, sin embargo, es la variedad de mecánicas de juego, y no todas dan en el blanco. Aunque la narración y el desarrollo de los personajes son los puntos fuertes del juego, se queda corto en otras áreas. Las secuencias de combate son probablemente el mayor problema. Pax va armada con un bate y no tiene miedo de usarlo, pero el combate resulta simple e insatisfactorio. Hay que enfrentarse a los enemigos, que van desde moteros a agentes de la ley, pero la mecánica de combate es muy simple y carece de profundidad. Golpeas salvajemente sin ninguna estrategia real y todo se vuelve rápidamente monótono y sin la satisfacción que esperas de un sistema de combate.

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Aunque también puedes utilizar las habilidades sobrenaturales de Pax y sus amigos en combate, como hacer que los enemigos luchen entre sí gritándoles o utilizar sus habilidades especiales para realizar ataques combinados, sigue resultando plano y carece de la profundidad necesaria. Pero donde Dustborn brilla de verdad es en su narrativa. El juego toma prestadas mecánicas de los juegos de Telltale y de Quantic Dream, lo que no es sorprendente, ya que Quantic Dream es también el editor del juego. Esto significa que las decisiones que tomas tienen un gran impacto en la historia y en las relaciones entre los personajes. Por ejemplo, si eres duro con uno de tus amigos, ese personaje lo recordará y afectará a sus interacciones más adelante en el juego. Este tipo de narración dinámica es algo de lo que siempre he sido fan, y Dustborn consigue utilizarla de un modo que realmente marca la diferencia en la experiencia de juego.

Pax puede ser una amiga bastante difícil y sus acciones tienen consecuencias sobre cómo la perciben sus amigos. Es una mecánica interesante que añade una dimensión adicional al desarrollo del personaje y te permite tener recorridos de juego muy diferentes en los que las decisiones que tomas hacen que la historia cambie significativamente. Además, cada recorrido de la historia se apoya en un cómic único que refleja las decisiones que has tomado. Después de cada capítulo, se crea un cómic que resume las decisiones y acciones tomadas, lo que es una forma estupenda de unir la historia y dar al jugador la sensación de que sus elecciones realmente importan.

En conjunto, Dustborn es una experiencia mixta, pero tiene sus puntos fuertes. Por un lado, la historia y la forma en que se cuenta son muy entretenidas y atractivas. El viaje de Pax y sus amigos a través de una América distópica está lleno de personajes interesantes y relaciones complejas, y la forma en que el juego permite al jugador influir en estas relaciones a través de sus elecciones está realmente bien hecha. Por otra parte, hay ciertas mecánicas de juego que Red Thread Games no acaba de dominar. Las batallas y los muchos pequeños minijuegos parecen a veces un apéndice que no aporta nada a la experiencia de juego, sino que la perjudica.

Si te gustan las historias fuertes y los juegos en los que tus decisiones importan, Dustborn es para ti. Es un juego que trata más del viaje y de la gente que conoces por el camino que de batallas llenas de acción o complejas mecánicas. Si buscas un título con una mecánica de combate profunda y satisfactoria, existen alternativas mejores. Pero si estás dispuesto a pasar por alto estos pequeños problemas, Dustborn es sin duda una obra que merece la pena experimentar, especialmente para quienes aprecian una buena historia y unos personajes complejos.

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08 Gamereactor España
8 / 10
+
Gran historia. Toneladas de opciones significativas. Muchos misterios que resolver. Personajes profundos.
-
Sistema de combate mediocre. Abarca demasiado. Algunas partes de la historia parecen un poco desenfocadas.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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