Análisis de Goat Simulator Remastered

Conseguí el Goat Simulator original en oferta hace poco. Había escuchado que empezó siendo un simple prototipo, pero me sorprendió para bien al ver lo divertido que era. Recuerdo que enseguida me llamó mucho la atención poder jugar en modo cooperativo con amigos, por no hablar del humor que lo caracteriza y lo imprevisible que es. Además, como había disfrutado tanto del original y de Goat Simulator 3, estaba impaciente por probar Goat Simulator Remastered. Pero, al mismo tiempo, me entraron dudas sobre si esta versión valdría realmente la pena, sobre todo porque no sigue ningún hilo argumental ni una estructura fija, lo que es muy característico de la serie. Aparte de esto, también me pregunté si este remaster tenía algo nuevo que ofrecer, teniendo en cuenta que ya se lanzó Goat Simulator 3.

En cuanto a mis dudas iniciales, Goat Simulator Remastered es prácticamente igual que Goat Simulator, pero rediseñado con el motor gráfico de Goat Simulator 3. Como siempre, tomamos el rol de una cabra dentro de un entorno tipo sandbox que nos da la libertad de explorar por donde queramos y provocar tanto desorden como podamos. No importa si embestimos a los peatones, si metemos patadas a objetos random o si damos lametones a cosas a ver qué pasa, la dinámica de juego está pensada para ser aleatoria y no tener un propósito definido. No hay objetivos reales más allá de sembrar el caos, lo que puede ser divertido si queremos ver el mundo arder. Visualmente, este título se ha actualizado para igualar los estándares de Goat Simulator 3 y, aunque los gráficos mejorados son buenos, no creo que cambien mucho la experiencia.

El remaster incluye varios mundos y sentía mucha curiosidad por explorarlos, especialmente las expansiones que no probé en el original. Por ejemplo, hay una zona estilo RPG con temática medieval, una estación espacial con sus naves e incluso una zona de supervivencia zombi con una ciudad bastante grande para recorrer. El humor y el tono absurdo siguen tan presentes como siempre y me he divertido mucho viendo los nuevos chistes y los detalles peculiares de las zonas DLC. Sin embargo, cuando eché un vistazo a los dos mapas originales, me decepcionaron un poco porque ya había descubierto la mayor parte de lo que ofrecía y, como no tenía un contenido nuevo ni grandes actualizaciones, pasé a los otros mapas.

Al igual que en el resto de entregas de Goat Simulator, para mí, una de las ventajas de Goat Simulator Remastered es poder usar el modo cooperativo de sofá. Poder jugar con hasta cuatro personas hace que nos lo pasemos mucho mejor, ya que la caótica dinámica se vuelve aún más graciosa cuando la disfrutamos con amigos. Mis amigos y yo nos partimos de risa con las referencias a otros títulos y las situaciones absurdas en general. Este modo multijugador realmente saca lo mejor del proyecto. También considero que es una muy buena opción si queremos jugar con niños. Como tiene una mecánica simple y no implica ningún riesgo, es accesible y fácil de disfrutar para los jugadores más jóvenes. En mi opinión, el juego realmente saca su verdadero potencial estando en grupo, y la diversión random se siente como algo nuevo por más tiempo.

Es una pena que muchos de los bugs que estaban en el Goat Simulator original sigan presentes en el remaster. Esperaba tener una experiencia mucho más fluida que en el original, pero cuanto más jugaba, más frustrado me sentía. Mi cabra a menudo se quedaba atascada en sitios aleatorios, especialmente entre los escombros. Una vez, mi amigo y yo quedamos atrapados dentro de un palé de madera flotante en el área espacial, lo que nos sacó de nuestras casillas, aunque siempre está la opción de hacer respawn. También me di cuenta de que muchos objetos como puestos de comida o vallas en el modo zombi que frecuentemente se derrumban poniéndolo todo patas arriba y haciendo que nos quedemos enganchados. Para mí, en un remaster no debería haber ese tipo de bugs, ya que reducen la jugabilidad básica.

Cuando jugué al Goat Simulator original, no le di mucha importancia a sus fallos. Al saber que había empezado como un proyecto para un concurso de programadores, sus peculiaridades tenían mucho encanto y no resultaban frustrantes. Pero, a día de hoy, creo que Goat Simulator Remastered ha perdido parte de ese encanto. Como no incluye una historia ni actualizaciones con grandes cambios, la mecánica aleatoria puede resultar algo repetitiva y dejó de sorprenderme más rápido de lo que pensaba. Cuanto más jugaba, más me daba la sensación de que prefería el Goat Simulator 3. En ese título, la diversión y el caos al menos siguen una especie de estructura, además de que los chistes parecen tener más profundidad.

En conclusión, tal y como yo lo veo, Goat Simulator Remastered puede ser una introducción divertida a la serie para los que la descubren por primera vez. Es una opción sólida para jugar en modo cooperativo, en la que la dinámica absurda y el caos nos garantizan muchísimas risas. Si estamos buscando un 'party game' casual para disfrutar con nuestros amigos o niños, lo recomendaría totalmente. Sin embargo, para los jugadores que ya han probado la serie o aquellos que quieren jugar individualmente, creo que hay otros juegos que se adaptan mejor a estas necesidades que el remaster de Goat Simulator. Como no sigue una historia y cuenta con algunos errores, esto puede hacer que nos planteemos comprar otro título, como Goat Simulator 3, que podría ser exactamente lo que buscamos, ya que nos ofrece la misma diversión en un paquete mucho más completo.