Una de las críticas que España siempre arrastrará consigo por toda la eternidad (da igual si otros europeos cometieron mayores atrocidades en el mismo lugar) es su Leyenda Negra en la conquista de América. Tribus enteras fueron exterminadas, bien por el afán de buscar oro, bien por reclamar con acero y sangre sus tierras, o por las enfermedades a las que el Nuevo Mundo nunca se había enfrentado. Sin embargo, siempre solemos mirar más allá del Atlántico cuando hablamos (o callamos) estos temas, pero lo cierto es que unos pocos años antes también ocurrió algo similar en la "pacificación" de las Islas Canarias. Afortunadamente, la tradición oral consiguió salvar algunas de estas historias, y ahora tenemos un rayo de luz para acercarnos ligeramente a ellas con Guayota, de Team Delusion.
Guayota es una aventura de puzles en la que encarnamos a un archivista a finales del siglo XV en una misión de la Casa de Contratación de Sevilla (el organismo que organizó las expediciones de Colón y la gestión de recursos de la Corona para nuevas tierras) en busca de la legendaria isla de San Borondón, una tierra desconocida de la que se decía era el Paraíso en la Tierra, y a la que era imposible llegar por medios convencionales, si bien los aborígenes de las islas (los guanches) afirmaban que aparecía de tanto en tanto en el horizonte, envuelta es una impenetrable niebla. Siguiendo las pistas de la leyenda local, llegamos a la costa y comienzan los misterios.
Aquí no somos héroes ni valientes guerreros. Somos un erudito que busca investigar la verdad completa sobre la isla y la leyenda. Para ello iremos acompañados de una fiel libreta en la que tomar nota de los murales que encontremos, y de una fiel antorcha que se convertirá en nuestra baza contra la oscuridad y la muerte. Adentrándonos en las ruinas, tendremos que esquivar las peligrosas trampas que sus constructores colocaron y realizar combinaciones con piedras luminosas para ir abriendo el camino, en secciones cargadas de acción. Si la antorcha se apaga, todo habrá terminado...
¿Terminado? No exactamente. La primera vez que nuestra antorcha se apague caeremos en una especie de trance en el que descubrimos a un maxio (un espíritu benigno también de la tradición canaria) que nos acompañará en la aventura y con el que podremos atravesar el velo para explorar el mundo de los espíritus. Estas secciones de puzles en el Reino Espiritual comparten la misma disposición que las del mundo real, pero su resolución es distinta: No hay enemigos, y los puzles cambiar por completo, aunque el elemento de la luz siempre está presente. Así con todo, Guayota tiene un diseño dual de cada nivel que avanza en paralelo, ofreciendo en cada "reino" una pieza de la historia.
Y en su variedad y su ingenio, los puzles harán las delicias de los amantes del género. Guayota es un desafío sencillo en su presentación pero retorcido en su resolución. Habrá secciones en las que tendrás que dar muchas vueltas por el reducido escenario, buscando ese detalle que pasaste por alto, y en otras perderás la paciencia por las agotadoras trampas y la movilidad de nuestro protagonista.
Quizá este sea mi mayor pega con el juego, que los niveles en los que el movimiento y la precisión para esquivar los ataques de las trampas busquen el 'píxel perfect' y además te obliguen a pasar por esas zonas letales como mínimo un par de veces. Si se apaga la antorcha tendrás que repetir el nivel, y os aseguro que en las fases más avanzadas repetir el camino y recordar los pasos del gran puzle puede ser una tortura.
Afortunadamente, los puzles son una verdadera genialidad y un derroche de buen diseño, que es casi todo lo que se puede pedir aquí. Además, la progresión en la dificultad también es suave, y sientes que con cada nivel completado aumenta tu destreza, además de tu conocimiento de la historia. De hecho, si alguna sección se te complica, puedes obviarla y continuar a la siguiente, aunque todo tiene un precio: Hay varios finales en la historia de Guayota, y tengo la sensación de que para obtener el mejor de ellos tendremos que descubrir toda la verdad sobre lo que realmente ocurrió aquí. En cualquier caso, la rejugabilidad estará sujeta a conocer los diferentes desenlaces.
Vaya por delante que no soy el jugador más hábil de plataformas, ni tampoco el más rápido resolviendo puzles, así que mi percepción de lo que puede ofrecer Guayota en cuanto a tiempo de partida (unas 15 horas) puede ser muy muy dilatado respecto a otros. Sin embargo, sí me ha dado suficiente satisfacción y el desafío justo (a veces, rozando el límite también) para que no me diera por vencido.
Incluso sin ser el juego más bonito ni el más pulido en lo técnico, Guayota tiene ese halo de orgullo y de ambición por hacerse un buen hueco en el abarrotado calendario de este verano. A destacar un sobresaliente trabajo de doblaje y localización del juego, y un sonido y una banda sonora que crean la atmósfera para sumergirte en la aventura, que ya tiene un enorme valor recuperando y difundiendo la tradición canaria y sus leyendas. Si estabas buscando un desafío con el que afilar tu mente, la leyenda de Guayota te espera.