Lo he dicho antes y lo diré de nuevo: me gustan mucho los productos de Keychron. Su filosofía general de diseño da en el clavo la mayoría de las veces y la calidad de producción es siempre inigualable. Pero incluso yo tengo que admitir que su gama de más de mil millones de modelos diferentes es, como mínimo, confusa.
Pero este modelo en concreto es bastante fácil de recomendar, porque el Q10 Max es un teclado de los llamados "Alice", un teclado con una disposición ergonómica específica que se convirtió en un éxito de Internet allá por 2018. La idea es bastante sencilla: partes por la mitad un diseño tradicional, dividiéndolo por la mitad, y luego giras las dos mitades ligeramente hacia dentro y las vuelves a pegar.
Ya hay muchas imitaciones del TGR Alice original, y este no es precisamente el más personalizable. Es un poco alta, sin reposamuñecas y no puedes controlar el ángulo de rotación hacia dentro: todo depende de ti, y aunque la disposición de la Alice es más cómoda, y saludable, para tu postura, no es necesariamente la mejor para ese fin.
No, lo que obtienes es un teclado Alice que conserva simultáneamente todas las ventajas principales de un teclado Keychron de la serie Q. Esto significa que tienes conectividad de 2,4 GHz mediante dongle, Bluetooth y por cable. Tienes opciones Mac y Windows con teclas Command/Windows intercambiables para adaptar el teclado a un sistema operativo específico. Tienes 1000 Hz de frecuencia de sondeo a través del chip ARM Cortex M4 integrado. Y, por último, también tienes una base de aluminio CNC con un diseño de doble junta que lo hace todo cómodo, pesado y bien construido.
En otras palabras, se trata de un teclado Keychron de la serie Q, por lo que todo lo básico es perfecto. Incluso los interruptores Gateron Jupiter que lo acompañan son brillantes, al igual que las tapas PBT de doble disparo que se colocan encima. La experiencia de escritura es sublime en prácticamente todos los teclados Keychron, simplemente lo es. Y si quieres trastear con el formato, admite tanto QMK como VIA, dos estándares que te permiten personalizar las funciones del teclado hasta la tecla individual.
Y luego está la disposición Alice. Es difícil acostumbrarse a ella, por no decir otra cosa. En concreto, la barra espaciadora dividida es un poco desagradable a la vista y es aún más difícil entrenar tus dedos, tus instintos, para utilizar los dos pulgares para pulsar esta tecla. Pero aparte de eso, no es que Alice cambie demasiado.
Lo único que necesito ahora es que Keychron empiece a diseñar sus teclados de forma que el ángulo en el que se apoyan las muñecas no sea tan pronunciado, o que incluya su ligeramente ingenioso reposamuñecas de silicona. Marca un mundo de diferencia y es infinitamente mejor que la versión demasiado delgada.
Pero un Keychron sigue siendo un Keychron, y eso significa que tiene una buena relación calidad-precio.