Unos años antes de que por fin tuviéramos la oportunidad de analizar nuestra primera luz de monitor, ya estaban dominando ese rincón particular de YouTube donde las almas creativas mostraban sus setups a sus espectadores. Sigue siendo algo común hoy en día, y es bastante fácil ver por qué. En lugar de hacer espacio para algún tipo de lámpara de escritorio, estas se pueden sujetar en la parte superior de la pantalla de tu ordenador, y no solo ahorran espacio, sino que se sugiere que la luz que emiten hacia abajo ayuda a enmarcar el contenido en la pantalla, facilitando la concentración.
La ScreenBar Halo de BenQ es considerada como una de las mejores, y es bastante fácil entender por qué una vez la sacas de la caja. Toda la unidad es resistente, con un peso de casi un kilo. Se alimenta mediante un puerto USB-A conectado a tu ordenador y el mando es inalámbrico, diseñado para colocarse en tu escritorio y además utiliza pilas tipo AAA. Con un pequeño ajuste, puedes hacer que la tira de luces LED brille hacia abajo, apuntando al escritorio, y hay un segundo conjunto de LED en la parte posterior que están diseñados para iluminar la pared detrás de la pantalla.
Entonces, antes de nada, ¿es una luz agradable? Sorprendentemente, sí, es una de las luces más cómodas que he probado en un entorno de oficina, principalmente porque el mando te permite ajustar la temperatura para que sea mucho más cálida, por ejemplo, lo que resulta agradable y suave.
Además de la luz que puedes personalizar tú mismo, hay tres modos diferentes de iluminación, de los cuales ninguno necesita utilizarse en situaciones específicas. Uno simplemente proyecta luz hacia abajo, otro apaga la parte frontal, proyectando luz únicamente hacia atrás, cara la pared, y el último enciende ambos a toda potencia, ajustando la temperatura a muy fría, aparentemente para ayudarte a concentrarte.
El mando también es un punto que sin duda debemos destacar. Tiene un peso artificial y hay moldeados de goma gruesa en la parte inferior para que se mantenga donde lo coloques en tu escritorio. Tiene botones táctiles en la parte superior, aunque todo el dispositivo se puede ajustar circularmente, como una corona activa gigante con un mecanismo de clic mecánico. Poder ajustar tanto la temperatura como la intensidad es algo realmente agradable.
Una gran lámpara, un diseño que ahorra espacio, una calidad sólida: estas razones por sí solas podrían valer el precio de casi 175 €, pero ¿qué pasa con la idea de que este tipo de iluminación hace que seas más productivo? Te debo una respuesta, pero puedo informarte de que, personalmente, no me sentí más concentrado utilizando ninguno de los diferentes modos, incluido el que está diseñado justo para lograr eso. Además, no tenía sentido reducir el brillo propio de la pantalla, por lo que en ese sentido la ScreenBar era ligeramente redundante.
Aunque al mismo tiempo no, pues aunque no consigo terminar de entender la ciencia detrás de esto, es una manera muy agradable, natural y efectiva de iluminar un escritorio. No tengo mucho con qué compararlo, pero la ScreenBar Halo seguirá formando parte de mi escritorio, eso lo tengo clarísimo.