Análisis de MacBook Air (2022)

El MacBook Air es sin duda el producto Mac más importante que Apple produce en la actualidad. ¿Qué por qué? Porque es claramente el que se dirige a un público más amplio y el que es más fácil que te encuentres por ahí. No es el Mac más vendido, pero junto al Mac Mini es el producto más orientado al consumidor de su línea. Así que también podemos decir que también es el más importante.

Ahora que el Air recibe su primer rediseño en años te preguntarás cómo se puede mejorar un dispositivo tan influyente. Será mejor que tomes asiento. En primer lugar, esta nueva versión sigue la línea de los relativamente nuevos MacBook Pro . Esto quiere decir que la antigua forma de pisapapeles se ha ido dejando atrás para dejar paso a un grosor uniforme en toda la máquina con unas esquinas redondeadas pero de corte industrial, que lo hacen parecerse más a un MacBook Pro 14 más fino que su predecesor. Es un cumplido, por si había dudas, porque el nuevo MacBook Air es increíblemente bonito.

Funcionalmente no hay mucha diferencia. Sigue siendo bastante fino, alrededor de 11 milímetros, tan solo un poco más compacto que su predecesor. También es algo más ligero, pesa unos 1,2 kilos. Básicamente cuenta con un puerto Thunderbolt/USB-4 más (dos en total) y un puerto de carga MagSafe que se combinan con un jack para auriculares común.

En el interior, sin embargo, encontramos una gran cantidad de mejoras. Sí, tiene el mismo teclado de membrana, el mismo trackpad gigante y el mismo módulo de WiFi 6 y soporte para Bluetooth 5.0, pero la nueva webcam es 1080p, el sistema de altavoces está compuesto por cuatro unidades separadas y se oye realmente bien, el jack soporta auriculares de alta impedancia y la batería ha pasado de 29,9 Wh a 52,6 Wh, proporcionando unas 15 horas de uso medio. Además, el nuevo Air se carga a 67 vatios gracias al cable MagSafe que viene en color a juego con cada modelo.

Parece algo trivial, pero este MacBook Air da una sensación de uso tremendamente moderna, y no es solo porque su estética encaje mejor en la filosofía de diseño del resto de productos de Apple. Simplemente es... mejor. Como tiene que ser.

La pantalla pasa de ser una Retina estándar de 13,3 pulgadas a una Liquid Retina de 13,6 pulgadas que deja pasar algo más de luz a través del panel y que llega a emitir unos picos de luz de 550 NITS. Sigue siendo un panel excelente, mucho mejor que la mayoría, pero mucha gente se fijará directamente en el nuevo "notch". Este ha surgido al recortar los finos bordes de la pantalla para ganar 0,3 pulgadas, dejando a la vista la distintiva webcam en una pequeña muesca. Personalmente no me molesta mucho, pero tampoco lo considero una parte clave del lenguaje de diseño de Apple. Se trata, en otras palabras, de una forma aceptable de conseguir más espacio de pantalla activo sin recortar en la calidad de la cámara.

Luego está el M2. En primer lugar, el Air parte de unos 8 GB de RAM, aunque puede ampliarse hasta los 24 GB, y tanto el viejo como el nuevo modelo parten de unos 256 GB de almacenamiento ampliables a 2 TB. Es el procesador lo que es realmente nuevo, con ocho núcleos de CPU en vez de siete y diez de GPU en lugar de ocho. Se trata de una mejora, pero probablemente no una tan drástica como la que vimos del M1 a los M1 Pro y Max, por ejemplo. Pero estos núcleos también funcionan a una frecuencia distinta. En una prueba con Cinebench R23, los ochos núcleos de CPU configurados a 3,50 GHz dieron más de sí con una diferencia de un 15 %, más concretamente de 8903 trabajando en multinúcleo frente a los 7560 del antiguo MacBook Air con un M1. La mejora de la GPU es más significativa, por supuesto, y aquí la diferencia en multinúcleo en Geekbench 5 fue del 20 %.

Puede parecer que estemos pasando por el M2 un poco deprisa, pero la verdad que se trata de una mejora realmente secuencial para los equipos de Apple basados en un procesador M. Todo ha mejorado un poco sin generar problemas de sobrecalentamiento del equipo durante un uso regular. Siguen estando presentes los mismos problemas con las aplicaciones que tengan que usar una capa de traducción basada en Rosetta y los mismos beneficios si están optimizadas para ejecutarse en Apple Silicon.

Sin embargo, no tiene una gestión del calor tan buena. Recordemos que Apple ha lanzado un nuevo MacBook Pro con el mismo diseño que el Pro definitivamente viejo, con Touch Bar y todo, pero con la diferencia de que ejecuta un M2 con un ventilador instalado. Esto básicamente lo hace mucho más optimizado para un flujo de trabajo de mas de 10 o 15 minutos bajo estrés, tal como la edición de vídeos con el paquete de Adobe y numerosos plugins, por ejemplo. El nuevo MacBook Air solo tiene refrigeración pasiva y, aunque no está diseñado para lidiar con aplicaciones tan exigentes durante largos periodos de tiempo, es algo a tener en cuenta a largo plazo.

Gran diseño, adiciones notables, batería de gran duración y una mejora del procesador bastante buena ¿Qué puede tener de malo? Que Apple ha complicado las cosas algo más de lo necesario ya que el precio de esta versión no es el mismo que el modelo anterior. Apple ha decidido mantener el MacBook Air antiguo entre su oferta actual a un precio que parte de los 1.219 € frente a los 1.519 € que cuesta el nuevo. Una diferencia de 300 €, y el antiguo, aparte de tener un teclado mejor, sigue siendo un ordenador compacto, con 15 horas de batería y un procesador M1 que no es para nada lento.

Así pues, ¿merece la pena esta actualización con esos 300 € extra? En mi opinión sí, aunque la subida de precio sea algo molesta.