Análisis de MSI Vector 16 HX

Es complicado crear un portátil para juegos hoy en día. Las exigencias de los jugadores son mayores que nunca. No solo tienes que ofrecer un rendimiento de gama alta, que pueda igualar o incluso superar el de un PC de sobremesa, sino que también tienes que hacerlo siendo una fracción del tamaño, el peso y bien refrigerado.

Con cada nueva generación de tarjetas gráficas y procesadores que sale al mercado, este reto se hace más difícil, pero MSI se ha atrevido a afrontarlo una vez más. El Vector 16 HX lleva ya algún tiempo en mi casa, y tengo que decir que en general me ha impresionado mucho. Es un equipo grande, algo que notarás nada más sacarlo de la caja, con una pantalla de 16" 1920x1200 que ocupa gran parte de su cuerpo.

Para los que busquen una mejor resolución, esto puede parecer un poco deprimente, y aunque costó un poco acostumbrarse, la pantalla me pareció uno de los encantos más destacados de este portátil. Su altura permite que una persona alta como yo no tenga que encorvar la espalda para ver mejor la pantalla, y ayuda a crear una sensación general más cinematográfica al ver películas o jugar. Una menor resolución también significa que puedes aprovechar al máximo los 144 Hz de la pantalla incluso en juegos mucho más exigentes.

Hablando de la exigencia de los juegos, el Vector 16 HX los aguantó sin muchas preocupaciones. Incluso los juegos que están diseñados para pasar factura no fueron rival para su rendimiento, y con un Intel Core i9-13980HX más una 4080 eso no debería sorprender demasiado. El único problema es que, al haber componentes tan potentes en su interior, el MSI Vector 16 HX hace muchísimo ruido. Quítate los auriculares incluso después de una hora de juego y te sentirás como si estuvieras sentado en el ala de un avión. Mientras tengas un sistema de cancelación de ruido decente, no pasará nada, pero hay que tener en cuenta que esta bestia es ruidosa.

Pero es una bestia, y además ligera. A pesar de su tamaño, el MSI Vector 16 HX solo pesa 2,7 kilogramos, pero parece aún más ligero cuando lo coges. También es una máquina delgada, lo que probablemente sea otra de las razones por las que los ventiladores tienen que trabajar tan duro para garantizar que nada se sobrecaliente. El modelo que nos cedieron para la reseña tenía un diseño encantador, con un teclado y un trackpad rápidos y sensibles. Tenía las habituales luces RGB en el teclado, pero por lo demás MSI me impresiona con su capacidad para hacer que un portátil para juegos no apeste absolutamente a "gamer". El color Cosmos Gray del chasis da una sensación profesional y desprende la calidad que cabe esperar de un portátil que cuesta 2600 euros.

Puede que ese precio te dé escalofríos, pero es un portátil que te ofrece una muy buena relación calidad-precio. Además de su sobresaliente GPU y CPU, también tienes 16 GB de RAM DDR5-5600, que se pueden ampliar a 64 GB si eres lo suficientemente hábil como para profundizar en las tripas de un portátil, y una unidad SSD NVMe de 1 TB. También hay otros periféricos bastante redondos, como unos altavoces funcionales y una webcam aceptable, pero realmente cuando compras un portátil para juegos lo que buscas es jugar, siendo estos otros añadidos comprensiblemente secundarios. Añade un montón de puertos y una batería de larga duración, y tendrás la receta para un portátil de juegos muy, muy potente, que es una fuente de energía absoluta para cualquier jugador de PC que quiera que su equipo principal sea portátil.