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Análisis de Oculus Quest

Un headset total sin cables ni sensores externos, que además estrena el nuevo modelo mandos Touch.

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Novedades como Oculus Quest es lo que necesita la Realidad Virtual para seguir construyendo, pasito a pasito, el camino hacia la relevancia que desde hace un par de años se viene dibujando. La filial de Facebook ha dibujado una hoja de ruta en la que abandona la batalla por el hardware bruto y apuesta por aparatos más asequibles, que puedan estar al alcance de muchos bolsillos. Y, sobre todo, prácticos, para que no espanten a las primeras de cambio. La tecnología de movimiento inside-out tracking es la clave porque aporta libertad total bien representada.

Mientras nos fijábamos en Oculus Rift S y pensábamos cómo encajarlo en el espectro, ha ido tomando posiciones esta vertiente presentada el otoño pasado que se coloca justo en el centro de todas las propuestas. Procesador móvil, sí, pero con todos los elementos adicionales para jugar en la liga de los grandes. Durante las pruebas realizadas con una unidad prestada por la compañía, nos hemos topado con un aparato que tiene mucho sentido en una casa, en cualquier casa. Pero no solo como equipo de navegación y ocio en VR con juego esporádico como ocurría con Oculus Go, sino también como plataforma de videojuegos e interactividad. Y para ello ayudan también, y mucho, los nuevos mandos Touch, que son una maravilla de la os hablaremos después.

Análisis de Oculus Quest
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Aspecto, comodidad y ergonomía

Que Oculus quiere que la gente vea y asocie Quest a los headsets de alta calidad, se demuestra con su diseño y su packaging. Nada más abrir su elegante caja negra te encuentras con unas gafas y un par de mandos perfectamente colocados, y ni un cable ni cordón a la vista.

La primera impresión visual también es muy positiva gracias al acabado en tela grisácea y la sujeción de goma y no te correas de tela. La tapa frontal, en negro imita a la de Rift para ahondar en estas sensaciones. Rápidamente llaman la atención sus cuatro cámara frontales, pequeños ojos de camaleón que todo lo ven. Esconde todo lo posible botones como el ajuste de la distancia entre ojos y el volumen, ambos abajo, y el pequeño puerto de carga. Y, si no lo sabes, ni te imaginas que lleva altavoces integrados hasta que empiezan a sonar.

En estabilidad y comodidad encontramos la pequeña pega que podamos ponerle. La idea de diseño es muy buena, porque esas gomas rígidas terminadas con tiradores ajustables, junto a un mecanismo de raíl para el quita y pon, hacen que la colocación sea muy rápida y automática. La esponja frontal tiene muy buen tacto y elimina prácticamente toda la luz (e incluye expansión para gente con gafas), y en esas pruebas de primavera no nos ha hecho sudar demasiado. Te sientes bien con él y no hay riesgo de caída, aunque se nota un tanto pesado y algo suelto.

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Interfaz, sensores y manejo

La puesta en marcha es tan sencilla como la de su hermano pequeño y se hace en unos minutos con la app para móvil que hace falta tener a mano. En tu primera visita te recibe una app de introducción que te enseña cómo utilizar el equipo y todo lo que dan de sí los mandos. Es la primera demostración de que aquí hay suficiente equipo como para que las experiencias sean completas, por mucho que la capacidad de procesado sea limitada. La respuesta de los sensores, en cabeza y manos, y el sistema guardián empiezan a despuntar.

El sistema guardián es la jaula virtual en la que te sientes seguro. Es un espacio de un mínimo recomendado de 2x2 metros que tú debes definir primero sabiendo que no hay nada con lo que chocar o golpear. Tu zona de juego y experiencias en la que te olvidas de absolutamente todo. Se configura en un instante, disparando un láser al límite entre suelo y paredes/objetos delimitantes. Y una vez hecho, puedes entrar y salir de él: si estás dentro, la pantalla te muestra el mundo virtual en el que estabas, el menú o una app cualquiera que quedara en suspensión; si te acercas al borde te va avisando pintando la rejilla primero en azul y después en rojo; y si sales por un sitio seguro automáticamente cambia a modo cámara externa y puedes ver exterior sin necesidad de quitarte el headset.

Análisis de Oculus Quest

Es una visión de baja calidad y blanco y negro, insuficiente como para realiza actividades complejas pero lo justo para coger una botella de agua de una mesa y beber o incluso responder al móvil. El sistema guardián es una genialidad que te permite liberar la mente y perder los miedos al mundo real, esencial para ese despegue de la Realidad Virtual.

De nada serviría sin su complemento perfecto, los sensores de movimiento. El gran avance Oculus Quest (y después de Rift S) es ese reconocimiento de posición inside-out que hace que te olvides de cámaras y rollos por habitación. ¡Qué diferencia hay de montar todo el paripé de antes a esto! El seguimiento de los giros de cabeza y de los desplazamientos en el espacio es total y rápido, sin un lag aparente. Es tan genial como demuestran unas partidas a un juego tan exigente como Beat Saber.

Nuevos mandos Oculus Touch

La nueva versión de los mandos Touch está al mismo nivel sobresaliente que el headset. Los controladores son cómodos una vez cogidos y replican los movimientos de las manos con gran precisión y sin un lag aparente. El reconocimiento en seis grados de libertad te sigue hasta los giros más leves de muñeca y también es capaz de leer la colocación de los dedos dentro de esa aureola de plástico. La posición de los botones es muy natural, con especial mención para el gatillo del pulgar. Agarrar, soltar, lanzar o pegar puñetazos, todo sale como debe.

No tenemos experiencia con el modelo anterior Oculus Touch para poder comparar su respuesta, pero a los viejos Move de PlayStation VR los deja en ese cajón del pasado al que pertenecen.

Especificaciones técnicas


  • Panel: Diamond PenTile OLED a resolución 1440x1600 (2880x1600 en total)
  • Campo de visión: 110 grados (mismo que Oculus Rift)
  • IPD ajustable de forma manual
  • Procesador: Qualcomm Snapdragon 835
  • Memoria: 64GB o 128GB (sin expansión microSD)
  • Conexión: Bluetooth, Wi-Fi: 802.11 a/b/g/n/ac, dual-band, USB-C
  • Audio: altavoces estéreo integrados, doble minijack, micrófono.
  • Sensores de movimiento: tecnología inside-out 6DoF con cuatro cámaras y sin cables, dos mandos Touch controler 6DoF
  • Batería: unas 4 horas de uso gaming, 2 horas para carga completa
  • Peso: superior a 560 gramos

Software y rendimiento

La gran duda que nos rondaba la cabeza y el motivo por el que no hemos encuadrado hasta ahora este modelo con los mejores es su capacidad. La libertad que se gana con un equipo independiente y de tamaño y peso limitado se pierde en potencia, pues no tienes un PC o una consola a su lado encargándose de los cálculos. Los grandes juegos de Rift/HTC Vive no funcionan aquí, eso debe quedar claro, pues estamos ante un procesador Qualcomm Snapdragon 835 diseñado para móviles.

Siendo conscientes de esa limitación, el resultado es bueno. Quest mueve sin ningún problema de ralentizaciones y caga con solvencia todas las apps y vídeos que le hemos pedido (ninguno 4K) y también puede con una serie de juegos que se mueven en ese espectro intermedio. Esa maravilla que es Beat Saber corre a la perfección, y también nos hemos divertido en aventuras de mundo abierto y libre como los de Journey of the God o Apex Construct. Llegará con unos 50 juegos y algunos son exclusivos, como Vader: Immortal.

En todos ellos destaca por su excelencia la gestión que hace de los movimientos del jugador, y eso es muy positivo para la inmersión. Apuntar con un arco o una pistola, orientar la cámara con la mirada rotando el cuello, coger y soltar ítems con las manos y girarlos, agacharse tanto como uno quiera o dar pasos laterales o frontales... todo lo pilla y lo representa a la perfección. Recordad, sin cámaras ni sensores externos, todo interno y en procesado constante.

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El sacrificio está, como era de esperar, en la calidad visual. Partimos de que la filial de Facebook ha optado por unos paneles Diamond PenTile OLED de resolución 1440 x 1600px cada uno y su capacidad estable de refresco es 72Hz, por lo que ya viene bastante limitado para las exigencias del videojuego. Pero, además, se aprecia la baja resolución de texturas y escasa carga de elementos a la que han de recurrir los creadores de software para evitar saturarlo. Frente a la fluidez total de juegos como Beat Saber, hemos sufrido con una reproducción de la intro de Juego de Tronos en 360º, borrosa y mareante. Y olvidaos de la distancia de dibujado.

Esa ha sido una de las dos ocasiones en las que hemos sentido cierto mareo con Oculus Quest, y el motivo era claramente la malísima calidad de imagen. La tasa de refresco es un elemento clave para que el cerebro se encuentre cómo en espacios VR y este headset puede sufrir. La otra ha sido jugando a Journey of the Gods con avance manual, y eso que el título peca de simplismo y nitidez.

No nos olvidamos del audio, aunque sea de pasada. El sistema de sonido es el mismo que el de Go, unos altavoces integrados estéreo con mucha fuerza que envuelven bien al jugador y no molestan mucho hacia afuera. Aunque la auténtica Realidad Virtual pide siempre unos buenos cascos que te aíslen del exterior, para lo que hay un minijack y conexión bluetooth.

Este headset sirve para jugar y sirve como reproductor multimedia o para navegar por la web y consultar redes sociales, tranquilamente en el sofá o en la cama. Y también como dispositivo para crear vídeos y hacer streaming. Pulsando un par de botones, se puede exportar la imagen a un móvil con la app instalada o a una televisión con Chromecast para que otros vean lo que ocurre. La función está en fase beta y no nos ha salido del todo bien la prueba, así que le daremos más tiempo.

Análisis de Oculus Quest

Valoración final

En comparación con Oculus Go, que también es un headset sin cables con procesador móvil, mejora un poco en rendimiento e imagen, y se devora a su hermano pequeño con el reconocimiento de movimiento y esos mandos tan buenos. Le dan muchísima más versatilidad y amplían el horizonte de posibilidades, especialmente al videojuego o cualquier otro tipo de app interactiva. Eso sí, cuesta aproximadamente el doble y parece que sale más o menos por lo mismo que Rift S.

Oculus Quest cumple a la perfección la promesa de libertad física gracias a unos sensores de movimiento en cabeza y manos magníficos. Y lo hace protegiendo a su usuario en una jaula de seguridad fiable que facilita la inmersión. Su potencia limitada es suficiente para hacer correr todo tipo de apps, tanto de navegación y vídeo como juegos, aunque hay que renunciar a los títulos más punteros y también a la resolución de imagen nítida de un televisor. De momento, la tecnología de móviles a precios asequibles no permite hacer un equipo independiente, sin cables y potente. Hasta entonces, Quest es un propuesta formidable, la más equilibrada hasta la fecha.

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08 Gamereactor España
8 / 10
+
Libertad total. Reconocimiento de movimientos en headset y mandos Touch. Sistema guardián. Accesibilidad y manejo.
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Resolución y nitidez de imagen. Ajuste en la cabeza.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países


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