Análisis de Tiny Glade

Es difícil que no te guste el otoño. Esto no es una declaración de amor por esta colorida estación que se avecina, pero no deja de ser un punto de partida para el sentimiento que puede aplicarse fácilmente a Tiny Glade. Aunque puedes elegir entre diferentes estaciones y un tema especial que cambia regularmente, la atmósfera general es de pura acogedora otoñalidad. Básicamente es un juego muy sencillo, una especie de The Sims despojado se encuentra con Minecraft con unos gráficos impresionantes, es un conjunto muy simple de bloques de construcción que, aunque te invita a algo que es fácil de coger, se convierte en el mayor inconveniente del juego al cabo de un rato.

En Tiny Glade construyes pequeñas casas, torres, muros, vallas y las decoras con árboles y flores, pero en realidad no hay mucho que construir. Todo está ya hecho, con pequeñas plantillas que ajustas en altura y longitud, y sí, puedes cambiar algunos colores y demás en los edificios, pero todo es extremadamente sencillo. Me gusta cómo el juego añade pequeños detalles como bancos, una escalera y algunas otras cosas dependiendo de cómo modeles tus edificios, y es posible variar y probar bastante a pesar de su sencilla configuración. Es simpático ver cómo aparece aleatoriamente una silla porque pones una ventana en un lugar determinado o cómo una ventana se llena de cortinas porque ajustas su posición.

Hay que decir aquí que no hay ningún objetivo en Tiny Glade. Construyes y eso es todo. El espacio de que dispones es bastante pequeño, pero puedes apretujar bastantes edificios en él si quieres crear un pequeño barrio o una pequeña plaza, por ejemplo. Es fácil darse cuenta de que el único límite a qué y cómo puedes construir es tu propia imaginación, sin embargo, ésta se ve bastante limitada por el hecho de que el juego te da muy pocas herramientas. De acuerdo, no creo que sea una gran desventaja en lo que respecta al conjunto de infraestructuras, sino más bien un detalle extra. Sólo hay un tipo de árbol y sólo puedes utilizar un único tipo de flor, y aunque el aspecto varía un poco según dónde se coloquen y qué época del año sea, ésta es la parte que me parece más difícil para introducir variedad. Otra cosa demasiado rudimentaria es el modelado del paisaje. Puedes subir y bajar y así crear algunos cambios, pero a menudo son zonas más grandes las que se hacen cambiar y hay una grave falta de intrincación. Me habría gustado un control más detallado sobre la roca y el suelo, en lugar de que esté tan predeterminado como ahora.

Tiny Glade es bonito, muy bonito de hecho. Es divertido ver cómo el motor gráfico, en tiempo real, pinta lo que colocas, pero también es muy reconfortante desde una perspectiva puramente técnica. Por desgracia, a la música le falta mucho carácter, pero por suerte es posible crear tu propia banda sonora a partir de las pistas atmosféricas disponibles. El aspecto del juego es uno de los mayores placeres y esto también nos lleva al modo foto del juego, que es absolutamente magnífico. Una vez que has creado un lugar bonito, es muy divertido dar vueltas con la cámara y encontrar buenos ángulos, ajustar la profundidad de campo y luego capturar la toma perfecta. Aunque me encantan los modos de foto en los juegos en general, aquí era una característica especialmente buena. El juego fluye muy bien, sin ningún percance técnico, y a veces me encontraba iniciando el juego sólo porque era muy agradable de ver.

A pesar de las herramientas limitadas, me cunde que sea posible crear proyectos personalizados. Puede nacer una idea y unos minutos después ya estás en marcha para realizarla. Por ejemplo, tuve la idea de hacer un pequeño castillo con una muralla y algunas casas en el exterior, y de ser una pequeña imagen en mi cabeza a convertirse en una realidad en la pantalla, pasó la velocidad del rayo. Además, resulta tan bonito mirarlo y luego encontrar los ángulos perfectos con el modo foto. Para mí, se convirtió en un juego al que volver en lugar de sentarme delante de él durante mucho tiempo. Claro que podía perderme en su encanto y sencillez, pero después de juguetear un rato, solía sentirme satisfecho, sólo para querer probar algo nuevo un día después.

En muchos sentidos, los puntos fuertes de Tiny Glade son también sus puntos débiles. Por supuesto, es un equilibrio muy difícil de alcanzar porque es fácil desear infinitamente más cosas. Al mismo tiempo, me hubiera encantado que hubiera un poco más de opciones de flora y mejores habilidades para cambiar el paisaje e introducir mayor complejidad en el terreno. Sin embargo, estos pequeños defectos no impiden que Tiny Glade sea una pequeña joya en muchos aspectos y estoy convencido de que quienes quieran construir pequeños escenarios simpáticos pueden divertirse increíblemente con este juego.