Análisis del Lenovo Legion 7 Slim 15 ACH6

A la hora de comprar un ordenador portátil, hay una pregunta que encabeza cualquier búsqueda: ¿para qué se va a utilizar? Generalmente, quienes buscan un equipo para trabajar cuando viajan, necesitan algo ligero, con buena batería y que sea duro, con un diseño sobrio, pero fino. Cuando se busca algo para jugar, un portátil gaming, empiezan los festivales de luces RGB, aumentan los tamaños y los pesos y la finura suele quedar relegada a un segundo plano. Pero, ¿y si se combinaran ambas cosas?

La gama Slim de Lenovo Legion cae en ese punto que parece tierra de nadie. Llevo un tiempo usando el Legion S7 15 ACH6, un equipo que, por fuera, parece el compañero perfecto para trabajar en el tren o en el avión. Pero, dentro esconde una serie de componentes que lo convierten en el compañero ideal para esos momentos en los que cierras el editor de texto y las hojas de cálculo para echar una partida con amigos. Es un portátil gaming vestido de equipo de ofimática, es una gratísima sorpresa.

Lenovo Legion Slim 7 15 ACH6 - Todoterreno para llevar

Dicen que las apariencias engañan, y el Slim 7 de Lenovo es un absoluto mentiroso. Desde fuera, su diseño destaca por un acabado completo en aluminio, líneas rectas y un estilo sorprendentemente sobrio. Es ligero, pero también robusto, y lo único que se permite a nivel estético son los logos de Lenovo y Legion en dos esquinas opuestas del dorsal de su pantalla de 15,6 pulgadas (a 1080p en formato 16:9).

No es un equipo que se lance a la grandeza de las 16 pulgadas o las 17, pero tampoco se echan en falta. Sus líneas rectas y ese toque sobrio en general claman que se trata de un ordenador pensado para trabajar y estar en movimiento, y detalles como el teclado numérico (teclas finas, pero funcionales) y una apertura de pantalla de casi 180 grados lo refuerzan todavía más.

Desafortunadamente, su afán por el minimalismo limita considerablemente su conectividad. El Legion 7 Slim llega con mentalidad inalámbrica. Solo tiene dos puertos USB-A 3.2 Gen 2 junto a la toma de corriente en su parte trasera, dos puertos USB-C Gen 2 en el lateral derecho y el lector de tarjetas y al jack 3,5 para auriculares en el izquierdo. Conectar un ratón hace que solo haya ya un puerto USB libre, y la ausencia de puerto Ethernet o de salida HDMI recorta sus posibilidades considerablemente. Es el sacrificio a pagar para tener un ordenador portátil de menos de 2 kg y de poco más de 1 centímetro de grosor.

Otra decisión que cuesta entender, más por lo extraña que por ser poco práctica, es el borde que sobresale por detrás de la pantalla. La parte inferior del portátil es algo más grande que la superior, lo que hace que por detrás quede un raro espacio sobrante que se ha empleado para las tres conexiones traseras y, también, para dejar las bisagras de la pantalla algo más protegidas. De nuevo, no es algo que critiquemos por ser poco práctico, ya que incluso frena la pantalla al abrirla y puede evitar posibles roturas. Es simplemente algo llamativo.

Especificaciones técnicas

• Dimensiones y peso: 25,2 x 35,6 x 1,5 cm | 1,96 kg.


• Procesador: AMD Ryzen 7 5800H (8 núcleos, 16 hilos de 3,2 GHz hasta 4,6 GHz, 16 MB caché L3)


• Tarjeta gráfica: Nvidia GeForce RTX 3060 (6 GB VRAM GDDR6)


• Memoria RAM: 16 GB DDR4 3200 MHz


• Almacenamiento: 512 GB SSD NVMe.


• Sistema Operativo: Windows 10 Home Edition (con actualización a W11).


• Pantalla: IPS de 15,6 pulgadas Full HD (1920 x 1080 píxeles) a 165 Hz compatible con Dolby Vision.

Las prestaciones de este modelo de Legion son francamente buenas. Pueden no ser las más punteras para jugar a los títulos más modernos, pero, como veremos más adelante, los resultados que ha dado en todo lo que hemos probado han sido sobresalientes.

Parece, aun así, que el Legion 7 Slim está empeñado en sorprender por las decisiones que le han dado forma. Su pantalla es compatible con la tecnología Dolby Vision, lo que da unos resultados la mar de interesantes en juegos compatibles, pero echa por tierra la posibilidad de usar el HDR que se usa en la mayoría de títulos del momento. Por otro lado, su disco duro de 512 GB tarda poco en quedarse corto si instalas títulos como Doom, Call of Duty: Warzone y Fortnite.

A pesar de todo, insistimos, brinda un rendimiento sorprendentemente bueno y tiene una autonomía más que destacable. En nuestra experiencia con él hasta el momento, ha ofrecido entre 6 y 7 horas de uso sin batería para cosas como usar procesadores de textos o navegar por internet. A la hora de jugar, claro está, la duración se queda en la mitad o menos, pero es totalmente lógico.

La duración de la batería depende ya no solo del uso que se le dé, sino de cómo se configure su funcionamiento. Algo que nos ha gustado, y mucho, es que solo necesitas usar la combinación de teclas Fn + Q para elegir si quieres que funcione en modo ahorro, automático o a pleno rendimiento (este último, solo si está conectado a una toma de corriente), lo que altera aspectos como la luminosidad de la batería o la velocidad de los ventiladores. Por otra parte, cada vez que el sistema detecta la ejecución de un juego o de alguna aplicación que necesita exprimir el hardware, deja de usar la GPU integrada y activa la GPU dedicada para reducir los picos de consumo solo a esos momentos y, de paso, reducir la fatiga de todo el hardware. Es un mecanismo muy inteligente, que no nos ha dado ni un problema hasta el momento y que resulta ideal para alargar la vida útil del ordenador.

La prueba de fuego - ¿Cómo se porta a la hora de jugar?

Cumple para un uso cotidiano y para cuestiones de ofimática, pero, ¿cómo van los juegos en el Legion 7 Slim 15 ACH6? Totalmente sobrados.

La dupla RTX 3060 y Ryzen 7 5800H nos ha dado muy buenos resultados en todos los títulos que hemos probado. La GPU de Nvidia puede sacar partido a la tecnología DLSS, lo que le permite hacer menos esfuerzo para ofrecer una mayor calidad de imagen a tasas de fotogramas por segundo mayores. Esto, combinado con una resolución máxima de 1080p que encaja totalmente con esa pantalla de 15,6 pulgadas, hace que tenga las prestaciones perfectas para rendir sin temer por las resoluciones 4K. La pantalla no llega, y eso permite más fotogramas sin renunciar a la nitidez.

El primer título que probamos fue Doom Eternal. Con la configuración gráfica al máximo, salvo texturas por no tener suficiente VRAM, a una resolución de 1920 x 1080 estática y con DLSS en "Rendimiento", el título no ha bajado de los 100 fotogramas por segundo. Tras unos retoques aquí y allá, pudimos moverlo a 165 fotogramas por segundo para disfrutar de la fluidez que ofrece la tasa de refresco del monitor (a 165 Hz), y no tenemos mucho que añadir. Destrozar demonios a ritmo de Metal con tanta suavidad es una macabra delicia.

Otros títulos que hemos empleado para ver hasta dónde era capaz de llegar han sido Final Fantasy VII Remake, en el que se negaba a bajar de los 90 fotogramas por segundo a configuración máxima (salvo alguna puntual caída por falta de optimización); un World War 3 que necesita pulimento, pero que se mueve por encima de los 70 fps también al máximo; Control, con una media de 100 fps también configurado al máximo y con la ayuda de un DLSS que marca mucho la diferencia; y hasta Fortnite, que hemos podido jugar a 120 fps sin preocupaciones.

Cabe mencionar que los ventiladores han trabajado al máximo en todo momento durante las sesiones de juego, con unos niveles de sonido bastante elevados. Afortunadamente, el sistema de sonido y la distribución de los altavoces han sabido capear el ruido y evitar que este se solape sin complicaciones. El sello de Harman se nota.

En definitiva, el Legion 7 Slim de Lenovo nos ha demostrado que es un ordenador portátil robusto, ligero y tremendamente eficiente. Su diseño y especificaciones están plenamente equilibrados con un precio que se aleja enormemente de la gama media-alta, pero con unos resultados perfectamente comparables con equipos que pueden llegar a costar casi el doble.