No es precisamente fácil fabricar un mando más caro de "nivel Pro" para Xbox, PlayStation o PC. En primer lugar, ambas plataformas de consola han lanzado los suyos propios y, además, Sony, entre otros, ha bloqueado varias funciones cruciales para que sólo ellos puedan ofrecerlas a los consumidores.
Pero quizás lo más importante es que estamos hablando de un molde muy bien establecido, una plantilla que ha superado la prueba del tiempo y que realmente no se puede manipular. Esto significa que el último Razer Wolverine V3 Pro no sólo se parece a los anteriores mandos de Wolverine, sino que también se parece un poco a un mando de Xbox, y también se parece a los mandos de otras consolas.
La disposición en sí también es la esperada. Presenta cuatro botones M4 adicionales en la parte posterior que se pueden personalizar mediante una sencilla aplicación, lleva algunas luces Chroma RGB aquí y allá, y luego están gatillos de dos pasos que se pueden personalizar en profundidad. Viene con una bonita funda que viene con sticks analógicos intercambiables. Así puedes determinar tú mismo la longitud y la punta cóncava/convexa, y éstos también son de Efecto Hall para que no se produzca "deriva" (drift) con el tiempo. El D-pad de 8 direcciones tiene una gran respuesta táctil.
Y, por supuesto, Razer también cumple ahora algunos estándares que garantizan que el Wolverine V3 Pro pueda considerarse de "nivel profesional", donde especialmente la tasa de sondeo de 1000 Hz que es posible a través de un cable en PC es, por supuesto, notable en el mejor sentido.
La construcción en negro mate no recoge las huellas dactilares como tal, y aunque en principio es un poco demasiado pequeño para mis manos, la forma más truncada podría ser más cómoda universalmente, pero es difícil de decir. En otras palabras, el paquete esperado de características está presente y todo funciona al pie de la letra.
Pero al mismo tiempo, ¿qué ofrece Razer aquí que no ofrezca Scuf? ¿O Astro? ¿O Nacon? ¿O Turtle Beach? ¿O PowerA? Muchos fabricantes están presentando algo parecido a este paquete, y Razer pide 200 libras, un precio de algo más de 200 euros por él, que es lo mismo que un Xbox Elite Series 2 o un Scuf Instinct. Incluso puedes conseguir el bastante salvaje Stealth Ultra de Turtle Beach por un poco más, y tiene un panel OLED.
Y merece la pena mencionar ese panel OLED, porque aunque el Wolverine V3 Pro responde bien, está impecablemente construido y es infinitamente funcional, no tiene ni una sola idea nueva o innovadora. ¿Una pequeña estación de carga con batería reemplazable? No. ¿Una pantalla con preajustes Chroma para el mando? No. ¿Algún tipo de personalización en forma o funcionalidad? No. De nuevo, funciona, y funciona bien, pero aparte de la esperada mejora de las especificaciones, Razer realmente no consigue dar la vuelta a las expectativas de los consumidores.
Los seis botones adicionales son bienvenidos, la calidad y el acabado son impecables, el protocolo inalámbrico HyperSpeed de Razer está entre las mejores conectividades inalámbricas de la industria, el modo Torneo PC a 1000 Hz es genial: le daremos una recomendación aquí sólo por estos aspectos fundamentales. Pero ya van faltando innovación y exploración del terreno del mercado.