Me vais a permitir que me salga de nuestro estilo editorial habitual para reseñas de hardware en Gamereactor por un par de motivos. El primero es la novedad, ya que la versión titanio aeroespacial de este reloj llegó al mercado a finales del pasado mes de mayo, por unos 650 euros, mientras que yo lo he probado en tres semanas de agosto, y ahora se puede adquirir por algo más de 500 euros.
El segundo tiene que ver con que, si bien habréis leído mis análisis de gadgets de muchos tipos (altavoces, auriculares, ordenadores y otros cacharros), no soy un usuario de smart watch. Para eso, lee las otras reseñas de relojes de mis compañeros que adjunto bajo estas líneas. Yo llevo todo lo que llevamos de siglo sin usar siquiera reloj de pulsera, por lo que me tomé el proceso como algo de interés y curiosidad personal: veamos cómo me relaciono con un reloj inteligente de gama alta en la muñeca, cuánto me aporta y cuánto me molesta. Pienso que esta perspectiva puede ser útil a más de uno.
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Lo primero que he de decir es que el, *coge aire*, Huawei Watch 4 Pro Space Edition Titanium, no es un reloj. Es un peluco. Usaréis o estaréis acostumbrados a ver los smart watch de tipo deportivo, con forma rectangular y bordes redondeados, con correa de velcro, que pusieron de moda los Apple Watch y compañía y que lleva el 80% de los usuarios.
Si bien Huawei sigue ese estilo en su línea Fit, tanto los Watch 4 como los GT o Ultimate apuestan por una esfera tradicional circular, disponiendo los elementos en la pantalla de forma 3D y concéntrica o imitando las agujas analógicas. Su tamaño es generoso, y alberga una pantalla táctil de 1,5 pulgadas rodeada por un bisel cerámico de color rojo, que contrasta con el gris metálico del resto del acabado, que en esta versión apuesta por una carcasa de titanio.
Como la correa es de eslabones metálicos (por cierto, me resultó muy sencillo quitarle uno para adaptarlo a mi muñeca más delgada), el reloj queda muy elegante en comparación con los deportivos, con un toque lujoso pero que no llama la atención por hortera. "La Space Edition es un tributo a las audaces máquinas que han llevado a la humanidad a nuevas alturas" y esto, aparte de la combinación de metales y colores, también se nota en la temática de los fondos y disposiciones de pantalla, con el ciclo día/noche en los planetas del sistema solar, información lunar o constelaciones, una delicia para los amantes de la astronomía.
Como lego en smart watch y divorciado de los relojes de pulsera lo noté algo pesado, y no solo el primer día. Son 65 gramos la esfera más la correa, que está muy bien, pero en mi caso concreto quizá habría necesitado el paso intermedio de los modelos deportivos, tanto por la ligereza como por el ajuste. Desde ahí, me dispuse a sumergirme en la experiencia smart watch de Huawei hasta donde pudiera ofrecerme.
¿Y da la hora? Claro, en todos los formatos imaginables, incluso en dos zonas horarias al mismo tiempo, lo que nos viene genial en Gamereactor cuando cubrimos eventos en Los Ángeles o Japón. Pero los smart watch se centran principalmente, a nivel de funcionalidad y aparte de las notificaciones y otras cosas que puede hacer tu móvil, en mediciones para la salud y el deporte. En este sentido, sí que llevo años empleando un brazalete de Polar para medir mi ritmo cardíaco en deportes como el running, el kung-fu, la bicicleta, la natación, el remo o el pilates, así que me iba a servir de comparación.
Pero los smart watch no se quedan en el ritmo cardíaco de rutinas específicas. Más allá de llevarlo todo el día (a diferencia de los sensores de HR puntuales), también incluyen funciones de control de estrés, de respiración, de temperatura de la piel o de presión arterial y oxígeno en sangre. Aún más importante para mí, que sufro de insomnio, hacen de monitor constante de la calidad del sueño. Vamos, que le iba a dar varios usos comparativos.
Todas estas funciones se registran a través de la app Salud de Huawei en tu smartphone, cuando la sincronizas diariamente con tu reloj. Aquí he de elevar la primera gran conclusión en base a mi experiencia: donde el hardware del Huawei Watch 4 Pro Space Edition Titanium impresiona y tengo pocas pegas que poner, del lado del software deben trabajar para ponerse a la altura.
El proceso de actualización del reloj es realmente lento en el primer encendido o cuando toca una gorda (más de una hora, y te pide que no uses el móvil), pero es que también debe mejorar la sincronización diaria. Cada función pide una serie de permisos por cuestiones de acceso a datos personales biométricos, pero ese proceso también puede aligerarse. Y luego está el elefante en la habitación: si lo usas con un iPhone, como yo, en lugar de un smartphone Android o de Huawei, tendrás una experiencia bastante más limitada, en este caso quizá más por las restricciones que impone la propia Apple a la hora de comunicar un reloj que no sea suyo con sus terminales.
Entendedme, no soy de los que se ponen cada notificación en el reloj porque ya las estoy reduciendo en el teléfono para que no me vuelvan loco, pero algo como controlar la reproducción de música, ver la canción que suena o darle a "me gusta" sí que es muy útil en la muñeca, sin tener que sacar el móvil. Y no se puede hacer con iPhone.
También tuve problemas con algunas notificaciones que no dejaban de salir pese a haberlas visto anteriormente, con errores puntuales de programas, con una traducción pobre a español, o con el teclado en pantalla, no el mejor para escribir un mensaje breve o guardar una nota. Pero todo esto es de software porque, de nuevo, la calidad de construcción, los materiales y la respuesta del dispositivo son de primera casi en todo momento.
Casi, porque no me parece normal que el agua de la ducha pueda activar y controlar la pantalla táctil con tanta facilidad, cuando es un reloj sumergible y superresistente en líneas generales. Esa es mi única pega respecto a la parte tangible, junto con la advertencia de que, lógicamente, dado su peso y forma no es el mejor smart watch si lo quieres principalmente para uso deportivo; el Huawei Watch 4 Pro es para lucirlo y usarlo todo el día, en toda situación.
Es posible coger una llamada directamente en el reloj cual Michael Knight hablando con KITT y, si bien la calidad es tan pobre como cabe esperar de un dispositivo de muñeca con microaltavoz, la verdad es que puede solucionar una conversación breve cuando te pilla, por ejemplo, en la piscina.
En cuanto al sueño, que era mi principal interés médico, no le pedía que fuera tan preciso como un actígrafo (un anillo de sueño profesional, por ejemplo), y si bien los registros me resultaron tan útiles como interesantes, también observé ciertas imprecisiones. Por regla general, es capaz de leer las fases de sueño "REM, ligero y profundo" de forma decente y luego hace análisis y comentarios que dan en el clavo (mi continuidad en sueño profundo es un desastre, por ejemplo), pero también es cierto que no detectó varios estados de "despierto" en los que incluso me había levantado. Entiendo que es como en la práctica deportiva, que sirve más de orientación que de dispositivo dedicado ultrapreciso para llevar un informe al médico, pero hay que tenerlo en cuenta.
Hablando del deporte, también vi ciertas discrepancias entre los LPM del reloj y los del Polar OH1+, sobre todo cuando la patata se ponía por encima de 140 PPM en disciplinas como el remo. Al principio me mosqueó más, pero al comparar los resultados totales del ejercicio -muy a la par- y no la medición en tiempo real, vi que la diferencia, que podía llegar a las 5-7 pulsaciones (una gran diferencia), podía tener más que ver con la velocidad de actualización de ambos dispositivos que con la precisión real.
Entonces, ¿voy a comprarme un smart watch tras mi experiencia con Huawei? Es una pregunta trampa. Creo que es un reloj excepcional y muy elegante para el que busque uso general y acabado tradicional, sobre todo si su smartphone es Android o Huawei. Sus materiales son lujosos, su construcción de primera y su pantalla mucho más brillante que la de modelos inferiores como el Fit. Su batería dura una semana fácil y, la verdad, cosas como la alarma de por las mañanas me han acabado gustando mucho más con una ligera vibración en la muñeca que con la estridente alarma sonora del iPhone.
La brújula, el GPS (aunque tarda en activarse) o pagar con NFC también pueden tener más sentido en un dispositivo de muñeca y quedan genial en formato circular, a lo que hay que sumar todas las funciones de salud y deporte 24 horas. Si usas un smart watch para sacar menos el móvil puede ser una triunfada, siempre que no termines enganchado a sus notificaciones a cada momento, pero esto es una opinión personal. Recuerdo que este reloj cuesta lo mismo o cerca de lo mismo que un smartphone de gama media, por lo que lo recomiendo a personas con las necesidades del párrafo anterior que quizá estén familiarizados con estos relojes y quieran... pues eso, un peluco más lujoso. Yo seguiré con la muñeca desnuda, pero reconozco que el dispositivo en sí me ha sorprendido y que con unas mejoras de software estará en el top de su gama.