Análisis del Samsung Galaxy Book 4 Ultra

La verdad es que los portátiles de Samsung han sido un poco irregulares en los últimos años. Hace más o menos un lustro reintrodujeron los Galaxy Books, con una forma elegante, un rendimiento razonable y, sobre todo, una cierta perspectiva de mercado. Pero desde entonces ha habido demasiados modelos y todos han sido demasiado similares como para destacar.

Lo mismo puede decirse de su serie Galaxy Tab, pero al menos esta ha recibido un verdadero impulso con una variante Ultra que lleva al máximo nivel todos los parámetros del amplificador Spinal Tap. La pregunta es: ¿también funcionará esta vez el «enfoque Ultra»?

En primer lugar, cabe señalar que el Samsung Galaxy Book4 Ultra puede costarte fácilmente más de 2.500 euros. Es ligeramente más barato que el modelo de MacBook Pro 16 más caro que existe, pero eso no es mucho, así que el modelo superior de Samsung tiene que ser el mejor de su clase para poder siquiera ser considerado. Esto también significa que en esta carcasa bastante delgada tienes la respuesta de la plataforma Windows a un MacBook Pro 16", con el mismo tamaño de pantalla, una CPU Intel Core Ultra 9 185H, una RTX 4070 y 32 GB de RAM. Eso es algo menos de RAM que en Apple, pero tienes un SSD de 1 TB. El problema que se plantea es que puedes conseguir un Asus ROG Zephyrus G16 con la misma CPU, la misma RAM, el mismo SSD y la misma GPU por casi la mitad de precio en el momento de escribir estas líneas.

¿Cómo se atreve Samsung a pedir semejante precio? En primer lugar, es la forma más delgada y ligera de utilizar estos componentes internos. El mencionado Asus ni soñaría con ofrecer una carcasa de solo 19 milímetros de alto y 1,7 kilogramos de peso. Además, en nuestras pruebas consiguió algo así como 10 horas de reproducción de vídeo con una sola carga, lo que es cuando menos impresionante.

El chasis es delgado, pero no escatima en funcionalidad: hay dos puertos Thunderbolt 4, HDMI, USB-A y un lector de tarjetas microSD, hay un cargador relativamente delgado de 140 W, y hay espacio tanto para un trackpad gigante como para un teclado francamente decente. Incluso con un uso relativamente intenso, mantuvo una temperatura caliente, pero la ventilación es consistente en su curva de ventilación y nunca llegó a ser molesta o distraer, así que eso es otro punto positivo.

La pantalla también es fantástica. Es un panel táctil AMOLED de 16 pulgadas a 2800x1800. Puede funcionar a 48-120 Hz mediante VRR y, en nuestras pruebas, superó el espectro de color DCI-P3 con una cobertura del 135 %. Si no fuera por el brillo ligeramente bajo (alrededor de 420 NITS), sería un competidor directo de las pantallas Retina de Apple. Y Samsung se acerca mucho, lo que es una locura teniendo en cuenta la larga duración de la batería.

Entonces, ¿hay alguna objeción real además del desorbitado precio? Bueno, un poco, pero aquí entramos en terreno subjetivo. No creo que los Galaxy Book de los últimos años hayan sido feos, pero Samsung no ha hecho prácticamente ningún esfuerzo por hacerlos destacar a nivel visual. No tienen personalidad, no tienen ingenio. Son francamente aburridos, y el Ultra en particular es simplemente.... bueno, falto de pasión. Lo mismo puede decirse de la gama MacBook Pro de Apple, pero aquí es casi hasta peor, y estaría bien que Samsung jugara con la estética, porque este portátil no rezuma lujo como indican sus especificaciones.

Dicho esto, es un buen paso en la dirección correcta y parece que el tratamiento Ultra ha funcionado. Será interesante retomar esta línea en el futuro.