Desde que se lanzó la primera Xbox, ha habido un debate sobre qué es mejor entre los sticks analógicos colocados simétrica o asimétricamente en los mandos. La verdad es que en muchos aspectos ambos son tan buenos como el otro, y se reduce sobre todo a la preferencia personal. Claro que se puede argumentar que el stick analógico izquierdo es ergonómicamente un poco mejor en el caso del formato asimétrico del mando de Xbox, mientras que esto es, en cambio, cierto en el caso del D-pad del formato alternativo de PlayStation.
Hay algunos casos en los que ninguna de estas variantes es la óptima. Para los que juegan a juegos de lucha o retro, por ejemplo, los sticks analógicos suelen estorbar. Aquí es donde el mando podría haberse optimizado mejor, y con esto en mente se ha desarrollado el Turtle Beach Stealth Pivot. Se trata de una solución híbrida inalámbrica con módulos giratorios que te permiten quitar o cambiar la posición de los sticks analógicos para dar al mando una configuración más útil cuando la situación lo requiera, además de ofrecer botones de más fácil acceso.
Las piezas móviles son siempre una señal de advertencia que suele traducirse en una construcción más inestable, pero por suerte el Stealth Pivot está sólidamente construido, con un peso decente, y una práctica posibilidad de bloquear los módulos giratorios pulsando un interruptor en la parte trasera. Como mando normal, recuerda al Turtle Beach Stealth Ultra, y desde luego no es un mal punto de partida, ya que lo considero uno de los dos mejores mandos disponibles para Xbox. También está equipado con sticks analógicos de efecto Hall, botones programables adicionales en la parte posterior y gatillos bloqueables (lo que lo hace mejor para casi todo, excepto para las carreras).
Si quitas el stick analógico izquierdo, se puede sustituir por un D-pad mejor situado y dos botones extra etiquetados LSB y RSB, que se corresponden con la presión sobre los sticks analógicos. Resulta un poco extraño, pero es innegablemente una solución mejor cuando juego a Sega Mega Drive Classics o a Street Fighter. Si quito el stick analógico derecho, obtengo en su lugar dos botones extra programables y así tengo ante mí un conjunto que coincide con los que suelen ser necesarios en los juegos de lucha de Capcom.
Por supuesto, también hay perfiles para que puedas disponer rápidamente los botones de la forma que más te convenga, porque al fin y al cabo, Darkstalkers y Mega Man no deben tocarse de la misma manera. También hay iluminación RGB disponible para personalizar aún más el Stealth Pivot.
Realmente no tengo nada de lo que quejarme en el caso del Stealth Pivot, pero en los días que he estado probando el mando no me ha convencido mucho, hasta que me he dado cuenta de lo que le faltaba. Si juego a juegos retro, prefiero un mando más sencillo y suave que transmita la sensación de cómo eran los juegos en el pasado, mientras que Turtle Beach Stealth Ultra es mi opción principal para el juego normal. Lo que obtengo aquí es un mando que, a pesar de todo, no alcanza la sensación retro de lo que ofrece, por ejemplo, 8BitDo, pero que tampoco está tan sólidamente construido como un mando normal.
Esto significa que el Stealth Pivot acaba siendo un mando que cuesta 129,99 euros y que realmente no me satisface del todo en ninguno de los dos frentes. No me malinterpretes, es un gran mando, pero prefiero tener una solución retro dedicada y un mando normal y sensato que un híbrido un poco raro. Y puesto que cuesta lo que cuesta, también podría haber tenido eso. Por tanto, mi valoración debe quedarse en un siete, ya que aunque el Stealth Pivot te hará feliz y ofrece una solución única y emocionante, para el jugador exigente hay mejores opciones.