Algo está pasando con Konami. Durante años, la compañía ha recibido críticas muy duras, algunas merecidas. Ahora, poco a poco, está regresando a la senda del éxito. Muy lejanos quedan los tiempos de las máquinas pachinko, de las apuestas por los NFT o de los juegos infames como Metal Gear Survive. Todo eso sigue ahí, pero ya no es lo primero que visualizamos al pensar en Konami. Es verdad que este intento de resurgimiento se basa, sobre todo, en la explotación y recuperación de sus IP más emblemáticas; pero eso no tiene porque ser algo malo. Al fin y al cabo hablamos de Castlevania, Silent Hill, Metal Gear, Yu-Gi-Oh! o la saga que hoy nos ocupa: Suikoden.
Lo importante aquí es que hay dos formas de hacer las cosas, igual que hay dos formas de traer de vuelta juegos o sagas ya existentes: la buena y la mala. Y lo mismo pasa con los remasters: los hay buenos y malos. Suikoden I&II HD Remaster Gate Rune and Dunan Unification Wars, más allá de un título de cuyo nombre no vamos a querer/poder acordarnos, pertenece a la primera línea. Así pues, para ir abriendo boca, los remasters de Suikoden I&II —originales de PS1— han salido bien. Sumado al remake de Silent Hill 2 y la pinta que tiene el futuro Metal Gear Solid Delta... ¿alguien ha usado el código Konami en un ritual celebrado en un pueblo con niebla? Qué importa. Celebrémoslo.
Por supuesto, este recopilatorio va dirigido, principalmente, a los fans de una saga que llevaba tiempo siendo invocada. Pero si es la primera vez que jugáis a un Suikoden, debéis saber que la leyenda no es casual. Como tampoco lo es que Konami se haya decantado por las dos primeras —y mejores— entregas. Ambos tenían, ya en su época, la capacidad de trasladar lo mejor de la estructura típica de los JRPG de aquel entonces (16-32 bits), añadiendo capas de personalidad únicas y nunca antes vistas en el género. Algo así como la imitación a Squaresoft que tantos otros habían intentado, pero con la suerte de dar en el clavo con aquellos elementos identitarios.
Como no será posible desmenuzar a conciencia ambos juegos en este análisis, os resumiré cuáles son esas señas de identidad. De entrada, la saga se caracteriza por ofrecer historias con un claro enfoque político y militar. Y aunque también tiene toques medievales, se siente todo más contemporáneo y realista, sobre todo a nivel estético y gracias a una ambientación mucho más nipona que la de otros JRPG desarrollados en el país del Sol Naciente. Además, es brillante su forma de tratar la guerra, proponiendo constantemente dilemas y cuestiones morales sobre el tema, como el honor o la necesidad o no de desperdiciar vidas humanas. ¿Hay realmente un bando correcto? ¿Es posible la amistad en ese contexto?
Otro de los grandes rasgos de Suikoden es su capacidad de ofrecer distintos tipos de combates. Por un lado, están los típicos combates por turnos, pero con particularidades como la posibilidad de que ciertos personajes puedan realizar ataques combinados debido a su relación en la trama, las runas para las magias o incluso detalles como poder "dejar ir" a los enemigos en vez de huir cuando somos nosotros los que tenemos mayor nivel. Pero la gracia de Suikoden es que existen otras situaciones —menos numerosas— en las que podemos disfrutar de batallas muy distintas. Así pues, tenemos las batallas de guerra, que son minijuegos de estrategia (muy mejorados en Suikoden 2) y los duelos, que consisten en una pelea entre dos personajes. En estos últimos, solo tenemos tres acciones posibles y funciona a modo de piedra-papel-tijera, pero con la distinción de que no jugaremos totalmente a ciegas; de hecho, serán las frases que diga nuestro contrincante lo que nos ayudará a deducir cuál es su próximo movimiento y, por lo tanto, a escoger la acción correcta. Algunos duelos son memorables y uno especialmente difícil, cof, cof.
Y por último, la guinda del pastel. El auténtico gancho en cuanto a señas de identidad de Suikoden: las 108 Estrellas del Destino. Parece una tontería, pero ningún otro JRPG había incluido en su estructura que uno de los principales coleccionables del juego fueran los personajes de tu grupo. Aquí no hay 5 o 6 personajes, sino 108. Todos reclutables, todos jugables en las batallas y la mayoría útiles en otras tareas del juego. Esto último, algo posible cuando, avanzada la historia, el héroe puede adquirir un castillo que sirve de base para nuestro ejército. La traducción es que todos los personajes reclutados irán ahí, e incluso algunos tendrán funciones especiales en la base: abrir una tienda, cocinar, fabricar ascensores, ofrecer minijuegos, etc. Por lo tanto, los Suikoden también son excelentes juegos de gestión. Y mejorar la base es un auténtico vicio.
Llegados a este punto, centrémonos en las novedades y características de estos remasters, lo cual agradecerán tanto los viejos como los nuevos jugadores. Ya hemos avanzado que Konami ha realizado un buen trabajo, pero lo que quizá no esperábamos es que ambos títulos lucieran tan bien gráficamente. Si habéis seguido las novedades del lanzamiento, ya sabréis que para estos remozados se han rehecho los escenarios. Eso significa que las ilustraciones de fondo están ahora en HD. Y lo mejor de todo es que se ha hecho sin alterar ni un ápice la esencia de los originales. Hay escenarios en los que se nota especialmente, sobre todo cuando hay elementos vivos como cascadas, o al vivir un ocaso, pero se han tocado absolutamente todos los elementos: casas, árboles, estatuas, suelos etc. Y encima, los nuevos efectos para la animación pixel art son oro puro.
Personalmente, dispongo de ambos juegos como clásicos de PSone para PSP, PS Vita y PS3. Y cuando los pones de lado para comparar (por ejemplo en PS Portal), quedas realmente alucinado. No es un trabajo menor y es seguramente lo que más quebraderos de cabeza le ha dado a Konami. Y hablando de los clásicos de PSN —que estaban en inglés—, la otra gran novedad del recopilatorio es un motivo de gran alegría: la traducción al español. Básicamente, ambos juegos llegan totalmente traducidos a nuestro idioma. Mientras el primer Suikoden nunca antes había estado en castellano, Suikoden 2 solo estaba traducido en la versión PAL ESP del juego original de PlayStation. Y no es una traducción muy bien valorada, por cierto. La de estos remasters es sencilla pero impecable.
Esto es importante porque ninguno de los dos primeros Suikoden era demasiado accesible. Por plataforma, porque te obligaba a tener consolas antiguas de PlayStation, con acceso limitado a esas Store. Y por precio, porque los originales de PS1 cuestan un riñón y medio, todavía a día de hoy. Solo por eso, no me cabe la menor duda de que por fin la saga llegará a muchas más personas, consiguiendo las ventas que siempre mereció. O al menos, una mayor atención. Y de accesibilidad y calidad de vida va también este remaster. De hecho, hay otras dos novedades de peso que debéis conocer. Por un lado, tenemos el registro de conversaciones, que permite abrir el menú y leer, en cualquier momento, las charlas anteriores con los personajes. Eso es de gran utilidad en esos momentos de un JRPG en los que no sabes muy bien qué tocaba hacer y debería ser obligatorio en cualquier remaster del género. Y por otra parte, está el avance rápido en las batallas, que permite acelerar los combates con velocidad doble o incluso triple cuando avanzamos. Eso quita mucha paja si queremos avanzar más rápido en la historia.
Lamentablemente, se echan de menos otras opciones que son más propias de los clásicos emulados que no de los remasters, pero que deberían estar presentes. Por ejemplo, la posibilidad de rebobinar la acción o la capacidad de grabar la partida en cualquier momento. Konami nos ha vendido que este remaster incluye una función de autoguardado muy útil. Y es cierto, pero es extremadamente limitada ya que solo funciona cuando entramos en una habitación con un orbe de guardado. Es decir, que solo habrá autoguardado en situaciones en las que tenemos el guardado manual a mano. Un sinsentido. Y menos cuando un jefe nos destroza y toca repetir una sección de 40 minutos. No en 2025 si te propones hacer el juego más accesible.
También habría estado bien disponer de opciones que sí están presentes en otros remasters del género, como por ejemplo la opción de limitar (o incluso eliminar) los combates por turnos. No es algo que yo usaría, pero dado que el juego tiene algunos picos de dificultad altos, no habría estado mal. Sobre todo porque algunos no van a querer jugar en Fácil, pero notarán esos picos en Normal o Difícil. Por último, aunque Konami se ha esforzado por mejorar mucho los menús, se nota más en lo estético que en lo funcional. Dicho de otro modo, ambos juegos siguen arrastrando algunas problemáticas propias de los originales. Sin ir más lejos, el sistema de equipamiento del primer Suikoden es odioso.
Volviendo a lo positivo y para ir terminando, las nuevas ilustraciones para los personajes son perfectas. Y se nota mucho que han corrido a cargo de Junko Kawano, que al fin y al cabo es quien realizó también las originales. Cambian, pero mantienen el estilo y son mucho más molonas. Asimismo, los nuevos efectos de sonido ambientales son una pasada y añaden mucho realismo, también en las batallas.
En definitiva, aunque Suikoden I&II HD Remaster Gate Rune and Dunan Unification Wars no es necesariamente la versión definitiva de estos dos juegazos, sí es la mejor versión posible hasta la fecha y, sobre todo, la más accesible. Su precio (49,99 euros) puede espantar a algunos, pero os garantizo que solo por la traducción, las mejoras visuales y la calidad incontestable de los originales, ya vale la pena. Sus argumentos os atraparán, sus bandas sonoras os emocionarán, sus batallas os exigirán y sus Estrellas del Destino os harán viciar de lo lindo. Bueno, puede que el minijuego de cocina de Suikoden 2 —que además es una secuela superlativa— también lo haga.