Análisis de Ghost Recon: Shadow Wars

Ghost Recon se ha encontrado con el hombre detrás del cásico X-COM, Julian Gollop, que decidió inspirarse en sus títulos anteriores y otros como Advance Wars o Fire Emblem. Suficiente razón para celebrar. Pero antes de ponerme con Ghost Recon: Shadow Wars, no supe hacerme una idea de lo que iba a encontrarme. Cuando conseguí sentarme con él, fue una sorpresa muy placentera, porque aquí la estrategia y la visión constante de lo que está ocurriendo juegan un papel esencial.

El juego comienza con un repaso del mundo en el 2016, año en que Fidel Castro ha sido asesinado. Cuando atacan varios puntos clave en la línea fronteriza rusa, un ultra nacionalista intenta ganar las próximas elecciones con sus promesas de una Rusia más segura y estable, pero también con deseos de convertirse en un dictador. Eso daría lugar a una nueva Guerra Fría.

Así que hay que detenerle, claro está. Al rescate vienen los Ghost, muy entrenados y muy americanos, que son enviados a la Europa del este a investigar los misteriosos ataques. Podría parecer algo sacado de G.I. Joe, sin ningún problema.

Las diferentes unidades a tu disposición tienen sus propias habilidades y armas, y las primeras misiones te sirven para conocer a tus nuevos colegas. El equipo Ghost está formado por seis miembros principales, cada uno con sus obvias bazas y debilidades. Están el soldado, el doctor, el francotirador, el ingeniero y el artillero, pero la más interesante es la unidad sigilosa, completamente invisible para los enemigos mientras mantenga la distancia adecuada.

Antes de cada misión puedes escoger armas, equipo y protección para cada miembro, para luego lanzarte a la batalla. Si alguna vez has probado algún RPG basado en turnos, ya sabes de qué va la cosa. Tus tropas se colocan en un gran mapa y puedes hacer cierto número de movimientos antes de que le toque al oponente. Pero debes moverte con cuidado, pues si el enemigo te descubre puede comenzar el fuego sobre tu posición de forma instantánea. De hecho, gran parte de la estrategia se reduce a asegurarte de llevar la iniciativa y terminar la misión de la forma más efectiva.

Cada personaje va sumando puntos de comando que pueden invertirse en arrancar un ataque especial, y ahí debes decidir si quieres golpear duro y rápido o que tu ataque lleve más tiempo. Cuando has alcanzado cierto punto en la historia, puedes conquistar diversos puntos y edificios que activan el soporte aéreo y otras ventajas. Se van introduciendo nuevos elementos de forma constante, así que siempre estás entretenido con nuevas tareas. Y por supuesto, sumas puntos de experiencia por completar misiones o matar a los terroristas, que luego puedes emplear en varias habilidades a tu gusto; por ejemplo si prefieres las armas más demoledoras o mejor centrarte en acabar con los enemigos desde la distancia.

La campaña está repleta de contenido. Dependiendo del nivel de dificultad que escogieras, tienes un montón de horas por delante para pasar con tus Ghosts. También hay una extensa lista de misiones alternativas disponibles fuera de la trama principal. Ahí puedes encontrar planteamientos más reducidos, por ejemplo intentar sobrevivir el máximo tiempo posible frente a una racha constante de enemigos que reaparecen.

Si hay un colega por ahí cerca, siempre puedes desafiarle a una partida mediante el multijugador local, válido sólo con una sola consola. Es muy divertido, siempre que tengáis paciencia para iros pasando la Nintendo 3DS. Aunque parece una locura que está sea la única forma de multijugador: el juego podría haber incluido juego online, o al menos multiplayer ad-hoc entre dos consolas. Pero nada.

Luego, tengo una relación difícil con el aspecto visual de Ghost Recon: Shadow Wars. Por un lado, me encanta el papel pasivo que juega el efecto 3D en el juego, ofreciendo más profundidad. Los niveles pintan genial y nunca te aburres de contemplarlos. Pero por el otro lado, los personajes tienen tanto ruido que la mayoría del tiempo sólo es posible distinguirlos mirando sus armas. Al mismo tiempo, no siento que los efectos 3D vayan a ser demasiado para mis pobres ojos, algo que sí me pasa con otros tantos juegos de Nintendo 3DS. Parece que está perfectamente equilibrado, algo por lo que Ubisoft merece reconocimiento.

Ghost Recon: Shadow Wars es uno de los RPG por turnos más divertidos que he jugado en mucho tiempo. La cantidad de contenido y los diferentes elementos para jugar son fantásticos, y parece que nunca te vaya a aburrir. El juego funcionaría muy bien con más gente, así que es una pena que los jugadores tengan que limitarse a una variación "silla caliente". Pero si te basta con disfrutarlo por tu cuenta, obtienes una campaña en solitario larga y satisfactoria. Esa es la otra razón para celebrar.