Análisis de Ride

Si hay algo que no les falta a los del estudio italiano Milestone, es pasión. En septiembre de 2014, tuve la oportunidad de visitar sus oficinas, y aparte de una pila de tazas de café y colillas, lo único con lo que me encontré fue con un equipo apasionado, entusiasta y ambicioso, un equipo en el que todos intentan combinar sus habilidades y conocimientos para crear juegos increíbles.

Después de haber desarrollado juegos como SBK Generations, MotoGP 14, WRC 4 FIA World Rally Championship y SBK 2011: Superbike World Championship, en Milestone han decidido poner el listón aún más alto. Ride es un intento de crear un universo de carreras inspirado en los mismos principios que Gran Turismo, pero incorporando el sistema de conducción, los ajustes, y los controles propios de una moto. Sin duda, esta experiencia inspirará a fans acérrimos del motociclismo y a principiantes por igual.

La trayectoria que seguimos en Ride es casi idéntica a la de Gran Turismo. Todo consiste en empezar desde abajo y apuntar a lo más alto, competir en carreras algo aburridas con motos viejas y desastrosas para ganar premios y gastarnos el dinero en mejoras y ajustes para la moto que nos permitan subir de rango y enfrentarnos a desafíos cada vez mayores. Ya durante mi visita a Bolonia el otoño pasado, me quedó claro que los de Milestone han conseguido captar a la perfección la experiencia de conducir una moto y las sutiles diferencias entre los diferentes modelos.

El placer de pisarle a fondo y conducir con la moto en horizontal, casi tocando con el hombro y la rodilla el ardiente asfalto de la cuarta curva del Circuito de Potrero de los Funes resulta muy estimulante y casi imposible de describir. Me imagino que debe de ser la misma sensación que produce subirse una moto de alto rendimiento y correr por la pista de verdad a máxima velocidad. La capacidad de Ride para alimentar esa sensación es precisamente lo que lo convierte en una experiencia realmente impresionante. Nos encontramos ante un título lleno de pasión, entusiasmo y amor, no solo por los deportes de motor, sino también por el automovilismo de velocidad presente en las carreras de motos. Este es el aspecto en el que de verdad se han lucido los de Milestone.

Desgraciadamente, también hay un montón de aspectos que no están tan conseguidos. Por ejemplo, la experiencia se ve interrumpida por lentísimas pantallas de carga. Si exceptuamos Bloodborne, en el que las pantallas de "Has muerto" me hicieron tirarme de los pelos, hacía ya bastante tiempo que no jugaba a un título con tantas pantallas de carga. Cada vez que reiniciamos la carrera, tenemos que soportar tiempos de carga larguísimos, de hasta dos minutos. Lo mismo ocurre cuando navegamos por el menú o realizamos algún ajuste en la moto.

Lo peor de todo son los tiempo de carga antes de cada carrera, porque primero se carga la intro y luego el nivel en sí. Una vez elegí la carrera que quería disputar, el juego empezó a cargar y tuve que quedarme mirando una imagen de una moto durante 44 segundos antes de poder pulsar X para saltarme la intro. Después, tuve que esperar y mirar la misma imagen de la moto... otra vez. Desde luego, jugar a Ride requiere armarse de una buena dosis de paciencia, porque me pasé más tiempo mirando pantallas de carga que conduciendo. Es evidente que los de Milestone no poseen los conocimientos técnicos necesarios para competir contra los mejores títulos del género y, desafortunadamente, la experiencia se ve afectada por esa falta de refinamiento técnico. Con estas esperas, ahora entiendo lo de los cafés y cigarros.

Las pistas y los escenarios son otro de esos aspectos que no impresionan en absoluto. Algunos de los entornos y paisajes parecen robados de un juego de PS3, y si bien es cierto que las motos y los pilotos tienen un aspecto infinitamente mejor, mentiría si os dijera que Ride es un juego de carreras con buenos gráficos. Como ya he mencionado antes, los de Milestone han demostrado que no están en condiciones de competir contra los gigantes del género en lo que respecta a calidad gráfica (los juegos de WRC tampoco es que fuesen una maravilla en ese sentido, precisamente). Por desgracia, en Ride queda patente que el estudio debería haber invertido en un motor gráfico como CryEngine o Unreal 4 en vez de intentar utilizar el suyo.

Además de todo esto, Ride también tiene ciertos problemas de 'popping' de texturas que hacen que el horizonte se parezca a las palomitas cuando explotan. Este defecto se vuelve más evidente al jugar online, pero lo cierto es que está presente en todo el juego. Obviamente, este tipo de fallos no deberían ocurrir en una consola tan potente como PlayStation 4.

Una parte del juego que no decepciona para nada son las animaciones, cuya realización ha sido posible gracias a la tecnología Emotion FX autorizada por Mystic Game Developement. El piloto y el modo en el que se balancea al tomar las curvas están muy conseguidos. Esto, junto con la física de la moto, hace que verlo sea un placer para los ojos para cualquier fan del motociclismo. Al contrario que ocurre en el resto de juegos del género que he probado en los últimos 15 años, los pilotos y las motos en Ride parecen 100% reales cuando nos dedicamos a maltratarlos en algunas de las 14 pistas disponibles.

De hecho, maltratar nuestra moto de carreras es bastante divertido. La "cámara-casco" que los de Milestone han tomado prestada de Need for Speed: Shift, desarrollado por Slightly Mad, funciona muy bien, y la física de la moto, como ya he dicho, tampoco está nada mal. El equilibrio entre torque y velocidad es más que aceptable y la forma en la que la física de los neumáticos se combina con la gravedad también me ha dejado bastante satisfecho. En mi opinión, todo lo demás degrada la impresión general del juego y echa a perder la experiencia, un poco como pasaba en las tres últimas entregas de Gran Turismo. La presentación es tremendamente seca y sin vida, la narración es tan aburrida que da ganas de dormir, los tiempos de carga duran demasiado y la música es una catástrofe. De todos modos, si los de Milestone le diesen un buen repaso a todo excepto a lo que es la conducción en sí, la continuación de Ride podría convertirse en todo un exitazo.