Análisis de Superhot

Incluso desde el primer prototipo de Superhot, estaba claro que el concepto era bueno. El tiempo pasa solo cuando tú te mueves. Cuando esta premisa tan simple se une a un shooter de estilo futurista, la experiencia se transforma por completo, pasando de ser algo potencialmente mediocre en muchos sentidos a convertirse en un puzle de acción que se ve y se siente de una forma totalmente única.

Hay muchas cosas que nos gustan de Superhot, y casi todas ellas giran en torno a esa mecánica central de distorsión del tiempo. Si te mueves, también lo hará el mundo que te rodea, y el tiempo avanzará al ritmo que tú elijas. Desplázate con delicadeza por los blancos escenarios y las balas pasarán silbando a cámara lenta sin tocarte, pero en cuanto muevas el stick con algo más de urgencia estas mismas balas aumentarán su velocidad y, quién sabe, cualquiera podría llevar tu nombre.

Este juego cuenta con cientos de instantes en tiempo bala y tu eres El Único, como Neo, aquel que se desliza entre proyectiles mortales, que coge y lanza objetos para frenar a sus oponentes, que vuelve sus propias armas contra ellos, y que incluso toma el control de sus cuerpos para utilizarlos en el campo de batalla. Aunque tú también puedes morir de un solo disparo, te sientes enormemente poderoso en todo momento.

También se cuenta una historia como trasfondo de los niveles llenos de acción, pero hemos de reconocer que no es el fuerte del juego. Es muy metafísico, mezcla elementos de Matrix con algo más que unos cuantos guiños a Hotline Miami. La cuarta pared prácticamente no existe. La narrativa resultante parece en muchas ocasiones una distracción, y aunque podíamos intuir qué es lo que trataban de conseguir con ello, solo queríamos saltarnos esas partes y continuar el siguiente nivel.

Si hablamos de la duración, la campaña por sí misma (incluyendo esos enrevesados momentos de historia) dura tan solo un par de horas o tres. No cabe duda de que habrá algunas misiones que retrasarán tu avance, pero aún con ello no tardarás mucho en llegar a los créditos. Pero no te preocupes, hay modos adicionales que pueden proporcionarte pasatiempos secundarios. El modo sin fin tiene un montón de contenido desbloqueable y te tendrá luchando contra una oleada tras otra de enemigos hasta que alguno de ellos te pegue un balazo por la espalda. También hay un buen puñado de modos de desafío en los que podrás jugar misiones ya existentes de una forma diferente. Por ejemplo, el primer desafío es abrirte paso entre los enemigos con tan solo una katana.

Se agradecen mucho estos modos adicionales, pero las misiones principales no dejan de ser la estrella principal de este espectáculo y la parte más divertida fue intentar pasarlas. Eso nos ha dado grandes momentos; por ejemplo, uno de nuestros favoritos fue cuando intentamos salir de un ascensor, noqueando a toda prisa a los enemigos para desarmarlos antes de movernos hacia el siguiente, esquivando balas por todas partes y cogiendo armas que giraban en el aire para luego usarlas y terminar con la batalla.

Acabar una escena exigente se vuelve aún más satisfactorio cuando después puedes ver la repetición, baño de sangre incluido (aunque en realidad no hay sangre) a velocidad real, con tu supuesto entendimiento paranormal del enfrentamiento provocando un asesinato múltiple digital asombrosamente breve. Es una verdadera lástima que, al menos durante la campaña, tengas que ver las repeticiones con las palabras "SUPER HOT" destellando en la pantalla.

Su aspecto es genial también, un buen ejemplo de cómo menos es más, mucho más. Los efectos visuales son simples: los fondos resplandecen en blanco, los objetos arrojadizos y las armas son negros, y los enemigos están teñidos de rojo. Puedes saber de forma aproximada cuándo se acercan tus oponentes porque sus puntos débiles brillan en escarlata. Lo más impresionante es quizás cómo se hacen añicos tras recibir un impacto, alejándose aún más de la violencia realista y consolidando las credenciales de Superhot como un juego de puzles lleno de acción. El diseño simple, pero a todas luces lleno de sentido, se extiende en los pequeños detalles, como el leve movimiento del punto de mira que te hace saber que va siendo hora de disparar de nuevo.

Si puedes ver más allá de una capa narrativa un poco decepcionante (que suponemos que sí), te encontrarás con un híbrido entre puzle y shooter de lo más intenso que estimula el talento y la audacia. La mejor parte es cuando vas descubriendo todo por primera vez, ahí es donde Superhot brilla con más fuerza. Dicho esto, también nos gustan los modos adicionales que se han incluido, ya que alargan la experiencia de forma considerable, aunque repetir misiones pasadas de formas distintas y cargarse oleadas de oponentes no es lo mismo que dar tus primeros pasos en campaña. Un par de fallos menores le arrebatan la calificación de clásico indie, pero sigue siendo una vuelta de tuerca de lo más entretenida e inmensamente satisfactoria dentro del género shooter.

Análisis de SUPERHOT para Nintendo Switch

Actualización: El increíble juego de Piotr Iwanicki y compañía salió por sorpresa en verano de 2019 para Nintendo Switch, después de triunfar en múltiples plataformas e incluso tener una igual de aclamada adaptación a Realidad Virtual. La versión de Nintendo Switch viene muy bien traducida (a diferencia del lanzamiento original) e incluye control por movimiento, amén de la evidente posibilidad de jugar en cualquier lugar en modo portátil. Los gráficos se ven ligeramente perjudicados por la potencia limitada de Nintendo Switch, sobre todo en ese modo portátil, pero es una ligera cuestión de definición y detalle que no estropea la experiencia. Lo que sí nos habría gustado que fueran más suaves son precisamente esos controles por movimiento, pues inclinar la consola para apuntar con el sensor giroscópico es algo útil y muy preciso en otros juegos, y algo que le queda como un guante a Superhot en portátil. En todo caso, mantenemos la valoración final en la versión de Nintendo Switch, una forma ideal de que la gente que aún lo desconoce descubra Superhot... y de que los veteranos volvamos a jugarlo en busca del speedrun y los desafíos.