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World of Warcraft: Legion

Análisis de World of Warcraft: Legion

¿Aún puede Blizzard inyectar vida al MMORPG más longevo y exitoso de todos los tiempos con una expansión tradicional?

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World of Warcraft: Legion me ha dejado la sensación de ser el comienzo de una despedida, una despedida de esas de entre enamorados, eternas; un "cuelga tú" tan parodiado como cierto. En este caso, la relación de amor entre los jugadores del WoW y el juego, un idilio que ya va para los tres lustros de vida, parece que comienza su fin. ¿Esto influye en la calidad de la ¡sexta! ampliación de World of Warcraft? No, estrictamente hablando, pero marca profundamente su tono, su forma de hacer las cosas.

Decimos que parece una despedida porque tenemos todo el tiempo la sensación de que Blizzard está cerrando un ciclo con Legion. Siempre que hablamos de Warcraft tenemos que remontarnos a Warcraft III que, sin ser el primer juego de la saga, sí que fue el que sentó las bases de los personajes protagonistas y el título que comenzó a perfilar en serio cómo era el mundo de Azeroth. Hasta entonces, teníamos entre manos una licencia parche de Warhammer, algo creado para aprovechar un juego ya terminado. Pero fue a partir de Warcraft III que cobraron vida muchos de los personajes más icónicos de la franquicia. Hablamos, sobre todo, de Arthas e Illidan. Y a este segundo nos vamos a remitir, ya que si hay que hablar de un protagonista de Legion, aparte del propio jugador, es el hermano atormentado de los Tempestira.

Illidan es un viejo conocido para los jugadores de World of Warcraft, que ya tuvieron que enfrentarse a él durante la Burning Crusade. Ya entonces muchos soñaban con la clase de los Cazadores de Demonio, una clase que Blizzard ha ido negando sistemáticamente a los jugadores y que, finalmente, ve la luz en Legion. Podemos argumentar que no tenía sentido sacarla antes, ya que las temáticas de las expansiones estaban muy alejadas de la lucha contra la Legión Ardiente (el Rey Exánime, a pesar de ser un agente de peso de este ejército demoníaco, siempre estuvo canibalizado por la figura de Arthas). Sería cierto, pero siempre ha existido esa sensación de que estaba lista, guardada en un cajón.

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Y con Legion, Azeroth se va a poblar de Cazadores de Demonios, ya que tenemos entre manos una clase tremendamente divertida de jugar, poderosa, ágil, con mucha movilidad sobre el terreno y, ante todo, con uno de los trasfondos más profundos y emocionantes de todo World of Warcraft. Blizzard ha repetido el planteamiento de los Caballeros de la Muerte y ofrece a los Cazadores de Demonio como clases de héroe. Esto significa que, después de un tutorial divinamente bien llevado y en el que exploramos el origen de la clase, sus lealtades y su introducción en la historia reciente de Azeroth después de los acontecimientos del Templo Oscuro, tendremos entre manos a un personaje de nivel 100, listo para adentrarse en las Islas Abruptas y combatir contra las hordas de Sargeras.

Profundizando un poco en los nuevos territorios para explorar y en las mazmorras que hay disponibles por ahora, advertimos que toda Legion está diseñada para el lucimiento de los Cazadores de Demonios. Las zonas de las Islas Abruptas son muy verticales y con barrancos, con salientes algo más altos de lo normal y aptos para las habilidades de exploración de la nueva clase. No podemos olvidar que, además de sus peculiaridades de combate, tenemos una clase capaz de planear y con doble salto, lo que facilita enormemente el desplazamiento por un mundo en el que volvemos a tener vetadas las características de vuelo.

El Cazador de Demonios, en su función de tanque flojea un pelín en comparación con los que ya hay disponibles, especialmente el paladín. Tiene poco aguante y basa su juego en la regeneración de vida y en su alto daño. Tiene un daño en área más que destacable y parece enfocado a aguantar a grupos de enemigos. Como hemos mencionado antes, las mazmorras parecen que están diseñadas para ser jugadas así, volviendo a los tiempos de la Lich King en la que los pulls se hacían de cinco en cinco.

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Como clase de daño, no obstante, el Cazador de Demonios hace una labor más que destacable. Igualmente, es muy buena haciendo daño en área, pero es que además se caracteriza por tener picos de daño realmente abrumadores, capaz de liquidar él sólo a todo un grupo de adversarios con apenas dos o tres habilidades. Además, muchos de sus ataques se basan en la movilidad, en cargar y alejarse, en saltar y en cogerle el ritmo a las habilidades, su cadencia, para generar daño sostenible.

Pero, sobre todo, el Cazador de Demonios sobresale por su trasfondo, por la profundidad de sus raíces en el lore. Sin duda, estamos ante la ampliación que más se preocupa por hacer que comprendamos la historia que cuenta. Por supuesto, siempre habrá jugadores que pasen olímpicamente de leerse los textos de las misiones y que se limiten a llegar cuanto antes a nivel 110, comenzar a hacer heroicas y, más adelante, mazmorras míticas, que Blizzard se ha dedicado a enriquecer con un sistema de subidas de dificultad extraído directamente de las fallas de Diablo III. Pero para aquellos que le dediquen un tiempo a la lectura, a saber por qué está haciendo lo que hace, se encontrará con una historia apasionante y unas zonas la mar de interesantes.

Después de seis ampliaciones podría decirse que Blizzard ya ha gastado todas las inspiraciones habidas y por haber y, en el caso de Legion, es totalmente cierto. Tal vez podríamos destacar Suramar y su enorme espacio urbano en el que tendremos que pasar desapercibidos, pero por lo demás nos encontramos ante iteraciones de paisajes que ya hemos visto en el juego. ¿Cuántas formas diferentes hay de crear un bosque? Este podría ser el punto más débil de todo Legion, que no sorprende en sus escenarios y que únicamente brilla en la ejecución de algunas de las mazmorras, cuando no está sometida a los rigores de un mundo natural y más real y la fantasía puede campar a sus anchas.

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Tenemos un cierto regusto a clásico con algunas temáticas recicladas, como es el caso del arco argumental de Tormenheim, que entronca directamente con las Cumbres Tormentosas y el Fiordo Aquilonal de la Lich King. Son ciertos detalles que ensombrecen algo el trabajo final y que, en cuanto rasquemos un poco en la superficie desaparecerán, ya que Legion es una ampliación dedicada a aquellos que busquen bucear en los recuerdos de Azeroth, en explorar su pasado más remoto y en indagar en la primera entrada de la Legión Ardiente en este mundo, de la caída de los Elfos de la Noche y en la figura de Illidan, su ascenso y caída.

Con esto se podría resumir lo que es Legion. Es el proceso de un largo trayecto de aprendizaje de Blizzard. Coge elementos de todas las expansiones anteriores y los adecua a su nuevo contenido. Trata al jugador como a uno de los seres más poderosos de Azeroth después de más de una década de heroicidades, pero le sigue mandando a matar cinco bichos determinados o a recoger setas. Le proporciona armas épicas y le pone a la altura de los grandes personajes de la historia de este mundo, como Kahgdar o Jaina y le permite explorar en el germen histórico de Azeroth, en el origen de todos los males, le permite jugar con la figura de Sargeras. Y todo apunta a que algo importante va a ocurrir, algo que va a cerrar el ciclo de Sargeras que no es otra cosa que el ciclo de toda la historia de Azeroth que conocemos. Puede que no sea con esta ampliación, sino con la siguiente, pero lo que está claro es que, aunque Blizzard tiene suficiente mundo como para seguir un siglo entero si quiere, la sensación que nos queda al final es que se está preparando un gran final y que Legion trae los primeros vientos de cambio.

World of Warcraft: Legion
08 Gamereactor España
8 / 10
+
Los Cazadores de Demonio traen uno de los trasfondos más completos de WoW. Bucear dentro de los orígenes del mal en Azeroth y de contemplar el esplendor de la primera cultura de este mundo y su caída es lo que más destacamos de esta expansión.
-
Síntomas reales de agotamiento, no en la fórmula, sino en las formas de expresión de WoW. Las nuevas zonas recuerdan demasiado a otras y los momentos de originalidad son puntuales. Blizzard domina la receta, pero está encorsetada por su propio pasado.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Carlos Mato

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