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Análisis de Battlezone

El nuevo Battlezone hace un enorme trabajo actualizando el concepto clásico para la Realidad Virtual moderna.

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El nuevo Battlezone de Rebellion, un título para PlayStation VR inspirado en el clásico homónimo de 1980, aprovecha el mismo modelo que han usado otros tantos juegos de VR para combatir el problema del movimiento: sentar al jugador en la cabina de un vehículo. Pero trabajar en esta franquicia y seguir este camino no parece una elección vaga o poco inspirada, pues el estudio inglés lleva con la ilusión de hacer una nueva versión desde que compraron los derechos, y resulta que la Realidad Virtual sencillamente encaja genial con el concepto (y naturalmente la serie lleva la VR en la sangre). Conforme arrancas el juego y aparecen los paneles, la experiencia virtual muestra su esplendor y realmente te sientes como si estuvieras en la cabina de un enorme tanque futurista, rodando hacia la batalla mientras los controles del cuadro de mando brillan a tu alcance.

En cuanto al movimiento, te desplazas con el stick del mando, pero empleas el casco de VR para mirar alrededor, justo como si estuvieras pilotando un vehículo del mismo tipo en la vida real. El apuntado también se controla con la palanca, y por tanto no depende hacia dónde mires (a diferencia de RIGS). Uno podría preguntarse qué sentido tiene la VR si no forma parte de la dinámica de juego, pero el simple hecho de que te sientas de verdad a los mandos del tanque, en su interior, sentado en la cabina y saliendo en busca de batallitas, es en este caso suficiente para justificar el uso del casco.

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Los enemigos del juego incluyen distintos tipos de tanques de tierra, drones voladores y torretas de defensa, todos teñidos de rojo y facilmente identificables. Para derribarlos necesitas hacer uso de tus armas, que se cambian con un botón y se disparan con otro, y que van desde misiles dirigidos hasta ametralladoras, pasando por otras opciones. Los enemigos también son variados y proponen un reto considerable, sobre todo porque los tanques rivales tienen esa capacidad tan esencial de disparar no donde estás sino donde vas a estar, de modo que te pueden acertar incluso cuando te estás moviendo lateralmente, algo que nos resultó inesperado y bienvenido. Porque está genial ver que la IA enemiga emplea cierta profundidad táctica, y es algo que ha cambiado nuestra experiencia de juego por completo. Así, no es solo cuestión de rodear a los tanques enemigos, sino de superarlos con movimientos tácticos para conseguir derribarlos, y todo esto hay que reconocérselo y agradecérselo a Rebellion.

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La campaña se emplaza en un mapa de hexágonos que pueden ser de distintos tamaños según su configuración, y su exploración es completamente libre, de modo que cada jugador descubre distintas misiones, puntos de suministro y encuentros hostiles por su camino. A su vez, las misiones proponen distintos estilos de juego, por ejemplo derrotar un convoy, atacar una base o simplemente destruir al enemigo. Combinándolas con los puntos de suministro y los descubrimientos como los laboratorios abandonados, dos campañas siempre se desplegarán de una forma diferente, lo que supone una profundidad que tampoco nos esperábamos encontrar.

Y resulta que la profundidad también se aplica a la personalización. Habilidades, armas y mejoras se pueden comprar e intercambiar utilizando la moneda virtual Data, que se va generando en cada misión. Hay un buen puñado de armas en el arsenal, cada una con sus pros y sus contras, y lo mismo pasa con las habilidades. Aquí entra en juego el estilo de cada jugador, que configurará su tanque según sus preferencias o según la estrategia que mejor le vaya. El tanque también se puede mejorar en cuanto a escudos, 'salud' (energía) o recarga activa, de modo que la 'customización' de la partida es plena y al tiempo supone un incentivo para rejugar y probar cosas nuevas.

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Otra característica interesante de la campaña es que los enemigos también pueden mejorar al subir de nivel, y esto sucede conforme vas avanzando entre los distintos hexágonos del mapa central. Y cuando la barra de enemigos alcanza cierto punto, un gran rival conocido como Nemesis aparece en el mapa, moviéndose por el tablero al mismo tiempo que el jugador. Estos encuentros son los más difíciles, por lo que toparse con el súper-tanque supone un reto realmente complicado que suele costar una vida... de las que sólo cuentas con una cantidad hasta que se acaba la partida. Este sistema añade otra capa de desafío al juego, pues afecta no sólo a tus acciones en la batalla, sino también a tu destino en el mapa principal.

Sumando factores, resulta que la campaña de Battlezone no es nada fácil. Hay muchas cosas a tener en cuenta, ya sea las armas que llevas en cada nivel o el blindaje que tienes a cada lado del tanque. Siempre hay que jugar tácticamente, nunca es cuestión de arrasar con el nivel, pasar a toda pastilla disparando a todo lo que se mueve y volar por los aires a los enemigos con el cañón más gordo que tengas. En los niveles del final del juego, cuando los enemigos son más numerosos y poderosos, el juego puede ser realmente implacable, pero con la práctica irás mejorando y desarrollando las destrezas necesarias para convertirte en un maestro de Battlezone. En este sentido, es un juego duro pero siempre justo.

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El diseño de niveles también es bastante bueno, incluyendo estructuras con rampas no demasiado pronunciadas, obstáculos y un sabor a arena que impregna todos los mapas, y al ser todos creados aleatoriamente por generación procedimental, nunca repetirás la misma partida. En nuestro caso, por estos decorados hemos aprovechado la cobertura o nos hemos desplazado de lado para esquivar el fuego enemigo, y creemos que el diseño de niveles encaja perfectamente con el tipo de batallas que se despliegan en su interior, otra cosa que reconocer a Rebellion.

Sin embargo, aunque la estructura y el diseño sea bueno y funcional, lo que echamos en falta es mucha más variedad. Si bien a nivel visual son unos escenarios brillantes y atractivos, con esos edificios de neón y esas superficies brillantes que recuerdan adrede a los diseños retrofuturistas de antaño, lo cierto es que los entornos parecen muy similares, como si fueran siempre la misma temática pero con distinto color. Vimos un nivel de volcán bastante diferente, pero más bien en términos de tamaño y escala, por lo que es una pena que no haya más variedad en este sentido.

Por otro lado, no podemos dejar sin mención el importante aspecto (para algunos preocupación) del posible mareo al jugar en Realidad Virtual, y de dos que hemos probado el juego para el análisis, dos resultados distintos hemos obtenido. El primero ha sentido algo de náusea ocasional en ciertos momentos, sin llegar a ser un problema. El segundo, sin embargo, se ha encontrado fatal tras solo diez minutos de partida en la cabina del piloto, y por tanto ha dejado de jugar de inmediato. Rebellion dice que han rediseñado algunos niveles para alterar las inclinaciones al ver que algunos jugadores se mareaban por este motivo, por lo que es algo que evidentemente tienen en mente, pero sigue existiendo el riesgo de que los más susceptibles a la cinetosis con VR no lleguen a llevarse bien con este juego. Como depende de cada jugador, te recomendamos que primero pruebes la demo que viene con el PlayStation VR.

Finalmente, en cuanto a posibilidades online, hemos jugado parte de la campaña con otro usuario y el juego funciona a la hora de alentar el trabajo en equipo. A nivel logístico la campaña funciona igual, pero las vidas se comparten y esto hace que sea vital colaborar, sobre todo teniendo en cuenta lo que cuesta comprar más. También hay un multijugador co-op con toque competitivo en el que los que mejor lo hacen se llevan más Data. Colaborar con otros jugadores también aporta otras ventajas, como las curaciones, revivir o hackear más rápido, de modo que la porción en línea, que además va bastante fluida, es un buen extra que ofrece algo nuevo.

Battlezone recupera un clasicazo y lo adapta a la Realidad Virtual con enorme maestría, fusionando la nostalgia con una dinámica de juego interesante, variada y sorprendentemente profunda, y por tanto conformando un genial juego de tanques de gran atractivo. Considerando la cantidad y el gancho del contenido, si te gusta el género sin duda será el juego de lanzamiento de PSVR que siempre volverás a poner.

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08 Gamereactor España
8 / 10
+
Adaptación fiel del original al mundo virtual. Sorprendentemente profundo sistema de juego con muchas opciones. Genial diseño de niveles. Una IA bastante lista.
-
A los escenarios les falta variedad visual. Alguno podría marearse un poco de vez en cuando.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Sam Bishop

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