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Ys VIII: Lacrimosa of Dana

Análisis de Ys VIII: Lacrimosa of Dana

No te dejes engañar por su apariencia, Nihon Falcom sabe muy bien lo que se hace.

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Puede que si mencionamos la palabra RPG, o más concretamente jRPG, el primer nombre que se dispare en tu mente sea Final Fantasy, y después Square Enix (o Squaresoft si tiras un poco más de memoria). La saga ha logrado ganarse el título de referente por lanzamientos, éxito y longevidad; pero hay otra que goza de la misma antigüedad y que no ha tenido la misma suerte en nuestro territorio a pesar de todas sus bondades.

Ys, la franquicia que nació en el seno de la empresa nipona Nihon Falcom, es una de esas a las que tendríamos que hablar de usted. No solo por su edad (30 años en una industria tan joven como es la del videojuego son muchos), sino por el éxito que tiene a sus espaldas. Aunque en Occidente no sea tan conocida, culpa también de un periodo de vacío entre principios de los 90 y 2005 en el territorio, el público japonés siempre está expectante cada vez que una nueva entrega con su nombre sale al mercado.

Para los más puristas del género, puede que este discurso no sea nuevo. A pesar del desconocimiento general y lo discreto de esta IP por estas tierras, goza de una base de jugadores tremendamente fiel, cosa que se ha ganado a pulso. Cada entrega parte de unos elementos siempre comunes, pero siempre dando un paso más al frente, buscando algo con lo que mejorar sus mecánicas y atrapar al jugador. Por eso, podemos decir de primeras que Ys VIII: Lacrimosa of Dana es muy buen juego, porque también ha conseguido atraparnos a nosotros. Mantiene herencias de sus predecesores, sí; pero cambia muchísimo en casi todos los terrenos para pillar por sorpresa a seguidores y captar la atención de más jugadores.

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Ys VIII: Lacrimosa of Dana

Las primeras impresiones no son muy buenas. A los pocos segundos de arrancar la partida te topas con el aventurero Adol Christin, eterno protagonista de la saga, en una gran embarcación junto a su fiel compañero Dogi. La secuencia con la que los conocemos (o nos volvemos a encontrar con ellos) es sumamente simple, y no nos referimos a la conversación que ambos mantienen, sino a todo lo demás. Ys VIII no es un juego que sorprenda por la calidad de sus gráficos. Las animaciones son muy toscas y los entornos carecen de detalle a pesar del énfasis puesto en el diseño (con un toque que grita anime a los cuatro vientos) de los personajes principales y los monstruos.

Los que conocen Ys ya saben que no es un nombre que suela venir acompañado de la etiqueta de portento técnico. En la versión que hemos jugado, la de PlayStation 4, es cierto que se mueve con una tasa de 60 fotogramas por segundo que son una pura delicia. El problema es que la vagancia en el resto de aspectos técnicos es algo que se nota demasiado, aunque sea de los pocos toques que amargan la experiencia. Pero bueno, volvamos con Adol y Dogi.

El comienzo de la historia apunta a seguir la tradición de los Ys: dos aventureros llegan a una nueva ciudad para resolver los problemas de sus habitantes mientras una trama se va tejiendo de fondo para convertirse en el problema principal. En Ys VIII no hay ciudad porque, antes de que el barco donde los personajes iban llegue a su destino, una criatura marina ataca y provoca un naufragio.

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Ys VIII: Lacrimosa of Dana

Pam. Barco hundido y secuencia de introducción mientras te preguntas qué ha pasado. Este primer giro en el argumento es el aviso de Nihon Falcom al jugador. Son fieles a sus raíces, pero hay que hacer cambios, y el primero en esta entrega es que tu objetivo es construir un campamento en la isla desierta donde acaba un buen puñado de náufragos. La idea es establecer un lugar donde reunir a todos y convivir hasta poder abandonar el lugar, y su construcción es tan importante que al principio no hay ni una triste tienda. Tendrás que averiguártelas para curar tus heridas con lo que recojas en tus expediciones hasta que reclutes a un médico o un especialista en brebajes. Y olvídate de pagar con monedas, todo funciona con trueque. ¿Para qué querrías dinero en una isla desierta?

De lo que no se libra Ys VIII es de su marcadísimo estilo oriental. No tardas ni una hora en toparte con la típica escena de chica bañándose y luciéndose accidentalmente ante el protagonista, y la bofetada con cámara al cielo. Los nipones son muy tradicionales, y su forma de contar las cosas y desarrollar a los personajes es algo que no cambia. Quizá demasiado cliché.

A pesar de estos recursos y de esas secuencias tan sosas, la trama es capaz de aportar algo interesante, o al menos pelear por ello. Se va gestando como trasfondo, poco a poco, hasta que se devela por completo y te enseña que, en realidad, Adol no es el único protagonista. Y hasta aquí podemos leer.

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El poblado y la exploración de la Isle of Seiren (el juego está en inglés, por cierto) se convierten en tu principal motivación durante los primeros compases hasta que la historia llega a ese giro; entonces pasan a seguir presentes en un segundo plano que justifica las subidas de nivel y el "farmeo". Ambos elementos conforman algo interesante. Explorar la isla es divertido gracias a los combates en tiempo real y al continuo descubrimiento de entornos, enemigos y aliados tanto para tu campamento como para tu equipo, y por supuesto también hay sitio para mazmorras. Pero antes de que saquéis conclusiones, no estamos ante un mundo abierto. Todo está dividido en salas disimuladas como zonas abiertas que requieren de pequeñas cargas entre una y otra.

Puede que en Nihon Falcom no sean los maestros de lo visual, pero sí que saben cómo plantear un sistema de juego que engancha. Ys VIII es realmente un ARPG, con combates en tiempo real en los que puedes formar equipos de 3 y vapulear a los enemigos machacando botones. El sistema de habilidades se ha simplificado para que se puedan ejecutar 4 distintas combinando tan solo dos botones, y además se ha implementado un sistema de cambio entre personajes instantáneo, botón cuadrado en PS4, perfecto para dar más dinamismo y un poco de estrategia.

Cada personaje tiene un manejo idéntico, aunque tienen pequeños matices que los diferencian además de las habilidades que aprenden al subir de niveles. Por ejemplo, Adol puede hacer más daño a ciertos enemigos y es equilibrado, mientras que Sahad es más lento y contundente. Son solo dos de todos los que hay, con esas sutilezas que afectan a su función en el combate y hacen divertido el experimentar con unos y otros mientras peleas.

Ys VIII: Lacrimosa of Dana

Las peleas son rápidas y muy divertidas, hasta se atreven con ciertas licencias de los hack 'n slash (hay un poco de Tiempo Brujo en esas esquivas...). El cambio de personajes, la simplicidad de los comandos y la variedad de habilidades construyen un solidísimo sistema que se juega más con el instinto que con la cabeza y que te enganchará si te gusta machacar botones, probar combinaciones y lucir reflejos. Y te van a hacer falta. Los monstruos, sobre todo los jefes, te lo van a poner difíciles desde el principio escojas la dificultad que escojas.

Que este elemento sea divertido es importante. En un juego que mezcla la acción y el rol, el pilar del combate no puede flaquear. Pero lo que más destaca en Ys VIII no es lo bien que se desempeña ahí, es su capacidad para proponer nuevas ideas y alimentar tus ganas de avanzar. Descubrir mapeado puede darte recompensas, poco a poco vas creando establecimientos que gozan de sistemas propios de trueque o mezclas para conseguir equipamiento y objetos, hasta hay momentos en los que los monstruos tratan de invadir tu campamento y debes defenderlo como si estuvieras en un musou, además de reforzarlo con catapulta y un buen surtido de trampas. Son migas que te va dejando de forma gradual, para seguir picando tu curiosidad, y cuando crees que el rastro se acaba y no da para más, te lanza a la cara la auténtica trama.

Puede que no tenga una historia memorable, ni tampoco un apartado técnico de escándalo, pero Nihon Falcom ha demostrado con Ys VIII: Lacrimosa of Dana que sabe dotar a un juego de unas mecánicas brillantes. Engancha poco a poco y no deja de presentarte nuevas cosas a probar mientras te atrapa con su ágil sistema de combate y alimenta tus ganas de explorar su mundo. Va a ser cierto eso de que las apariencias engañan.

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08 Gamereactor España
8 / 10
+
Sistema de combate rápido, ágil y divertido; constantes novedades en la jugabilidad; vas a tener juego para muchas horas.
-
Muy pobre a nivel técnico; la historia lo intenta, pero le falta un toque que la haga memorable.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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