Análisis de Runner 3

El estudio Choice Provisions ha creado un universo propio desde que en 2009 presentaran a CommanderVideo en la maravillosa serie retro-rítmica Bit.Trip, personaje que más tarde aparecería en Bit.Trip Runner en 2010, título que tendría dos secuelas. La última, conocida simplemente como Runner 3, nos trae de vuelta a CommanderVideo listo para correr, con unos gráficos en 3D que ya se introdujeron en la segunda entrega, esta vez añadiendo a Nintendo Switch a la ecuación (de hecho, es la primera consola en la línea de salida).

De hecho, nosotros decidimos jugarlo en la híbrida de Nintendo y hemos de empezar diciendo que lo hemos disfrutado mucho en ambos modos. En casa, sentados en un sofá con el mando Pro en la mano, el juego nos absorbía, pero es que cuando nos llevamos la consola en modo portátil por ahí, nos lo pasamos igual de bien, y además, ambas versiones daban la talla incluso cuando la acción está en su punto álgido.

Pero volvamos al juego. Si es la primera vez que pruebas uno de estos títulos, te vamos avisando: es extremadamente difícil. La premisa en si misma es simple. El personaje estará corriendo todo el tiempo y tú solo tienes que utilizar comandos simples como saltar o golpear para ir evitando los obstáculos, pero entre los pocos checkpoints y el mínimo margen de error que se te da, acabarás viendo como una premisa tan simple hace que caigas una y otra vez, incluso en los primeros niveles, por lo que te verás repitiendo varias veces las mismas secciones. Si no lo consigues a la primera, sigue probando que, como se suele decir, a la tercera, octava o decimoséptima va la vencida.

Lo que mejor hace el juego es ir introduciéndote nuevos elementos gradualmente. Por ejemplo, en los primeros niveles vas aprendiendo cómo saltar, pero entonces te meten nuevas mecánicas, como deslizarte por debajo de los obstáculos, abrirte paso a través de las paredes, hacer un doble salto, etc. Esto evita que el juego te abrume mientras vas aprendiendo los controles y también te va enseñando los movimientos instintivos que te permitirán sobrevivir.

Como ya hemos mencionado, la dificultad no viene solo por el escaso margen de maniobra al haber espacios ínfimos entre dos obstáculos, sino que también interviene la velocidad a la que se te fuerza a jugar, lo cual te obliga a estar atento y ágil en todo momento. Esto hace que conocer los niveles sea un punto clave si no quieres acabar pegando un grito que haga que el vecino de abajo tenga que volver a sacar la escoba, ya que la clave para conseguir pasarte un nivel es que, después de 40 intentos, ya no tengas que fijarte en los obstáculos, sino que actúes por memoria muscular.

El juego se ve muy suave si te paras a admirar el entorno, y lo mismo pasa con las animaciones que además, en muchos casos, se pueden combinar. Por ejemplo, manteniendo el botón de agacharse y pulsando la A, puedes dar una patada mientras te deslizas, por lo que no tendrás que ir pasando siempre de un movimiento a otro, lo cual facilita bastante la jugabilidad.

Los escenarios son quizás la parte más bonita de Runner 3, ya que son salvajes, coloridos y únicos, estés corriendo en unos frondosos campos verdes o en un congelador lleno de gelatina y helado. Los obstáculos están diseñados específicamente para los niveles, como los cubos de gelatina sobre los que puedes saltar. Los desarrolladores siempre nos dejan con las ganas de ver que viene después.

Y no siempre vas a estar corriendo (sorprendente viendo el nombre de este título), ya que habrá secciones en las que vayas en vagoneta o en avión, lo cual añade un extra de dificultad para que no sea siempre lo mismo. En ciertos casos, también cambia la perspectiva para que siempre tengas que estar atento, como cuando la cámara se pone a la espalda del personaje y parece que te estás alejando de la pantalla, en vez de ir de un lado a otro de forma lateral como suele ser el caso en los plataformas.

Otro elemento que también puede sorprender es que no se trata de una selección de niveles lineal en un mapa, sino que se va ramificando. Por poner un ejemplo, hay niveles extra que puedes desbloquear si consigues suficientes lingotes de oro en el mapa, pero además, hay caminos alternativos también dentro de los niveles para conseguir coleccionables extra o incluso para conocer a la figura misteriosa que te dará una misión secundaria en la que tendrás que conseguir ciertos objetos. Este título es más que un plataformas, aunque no de esa impresión viendo su premisa.

Y hablando de coleccionables. Está claro que este juego ha sido creado pensando en los coleccionistas ya que, como en Crash Bandicoot, tu tabla de puntuaciones al final muestra cuántos objetos has cogido de cada en ese nivel, lo cual hará que más de uno tenga la mosca detrás de la oreja al descubrir que le falta un lingote para llegar a los 100, por poner un ejemplo. Tiene un toque muy arcade en ese sentido y le da rejugabilidad, pues siempre tendrás el aliciente de conseguir la máxima puntuación.

También se ve muy claro que los desarrolladores pensaron en los speedrunners, pues cada nivel se puede completar en un tiempo concreto y sin muertes, siendo este último factor el más complicado, por lo que la élite de los jugadores de plataformas tendrá que ponerse manos a la obra para descubrir estrategias y oportunidades que aceleren todos y cada uno de los niveles, especialmente los niveles más complicados que van llegando conforme avanzas (no son imposibles, los creadores nos lo han garantizado).

En resumen, es como si Runner 3 estuviera diseñado específicamente para Nintendo Switch, siendo un juego rápido y divertido, con una premisa arcado y un apartado visual muy colorido, pero también es de esos juegos que puede acabar dándote dolores de cabeza, y a tus vecinos, si eres de los que tiende a acabar gritando, por lo que será mejor no jugarlo a altas horas de la madrugada. Sin embargo, si eres capaz de aguantar el estrés y el desafío propios del título, este se vuelve increíblemente satisfactorio y ofrece mucho contenido a los jugadores, incluso tras haberte pasado los niveles principales.