Análisis de Flipping Death

Flipping Death es un juego de plataformas con puzles del estudio sueco Zoinc Games, que puede que os suene de juegos como el reciente Fe y el anterior, muy divertido Stick it to the Man!. Fe fue una experiencia única, pero después de eso, Zoink Games no se ha salido demasiado de su zona de confort, porque Stick it to the Man! y Flipping Death se parecen bastante más, en lo visual, en lo sonoro y en lo jugable.

Pero no os guardéis la cartera todavía, porque ahora viene la recomendación.

La historia gira alrededor de Penny Doewood, una trabajadora de una funeraria a la que despiden por ser "demasiado entusiasta", y a la que luego confunden con la Muerte. Después de eso, tiene la misión de guiar a las almas inquietas hasta el lugar donde descansarán para siempre, lo que incluye hacer muchos recados. Podríais pensar que la Muerte tiene cosas mejores que hacer, pero este es uno de esos juegos en los que se rompe el cuarto muro constantemente, así que la única razón por la que hacemos estos recados es porque solo es un juego.

Todavía no sabemos cómo nos sentimos respecto a este enfoque irónico. Cambiando de tema, el estilo visual refleja lo que pasaría si Tim Burton y Craig McCracken hicieran un libro desplegable juntos. La banda sonora se compone, sobre todo, de trompetas pedorras de jazz, lo que nos lleva en seguida a los días de gloria de Ed, Edd & Eddy. Tiene un tempo y un tono muy divertidos e intensos que encajan perfectamente con el estilo visual y las mecánicas.

En cuanto a la dinámica de juego, hay que ir resolviendo puzles a través de las dimensiones. O sea, tendréis que poseer cuerpos de personas vivas y hacer cosas que les faciliten el camino al más allá o, dicho de otra forma, invertir la muerte. Con estas mecánicas podréis "visitar" a un número considerable de personajes que tendrán sus propias características y rarezas. Es en estos momentos cuando su humor tiene la oportunidad de brillar, pero, por desgracia, comparte el resplandor con un montón de fallos y errores.

En general, nos encontrábamos con estos bugs al intentar poseer el cuerpo de una persona y, entonces, se paralizaba todo el proceso. Otras veces era la física del juego la que hacía que una tarea tan sencilla como mover objetos se convirtiera en un infierno, de forma figurada. Y hasta cuando funcionaba correctamente, parecía menos preciso que la astrología. Seguía siendo divertido, pero, claramente, podría estar un poco más pulido.

A medida que avanzábamos, nos íbamos dando cuenta de que nos gustaba bastante el diseño de niveles de Flipping Death. Sí, descubrir dónde está todo y cómo funciona lleva su tiempo, pero una vez que damos con la solución a un problema, el resto parecen mucho más sencillos. Es como una experiencia de efectos dominó y momentos eureka. Aunque tenemos que decir que no hay demasiado desarrollo o progreso en la mecánica, así que el humor sigue siendo el que carga con todo el peso del juego hasta la línea de meta.

Pero a veces el humor va más allá. Nos podemos divertir muchísimo cuando un juego es tan rápido que ni siquiera te da tiempo a pensar lo que se está diciendo, y parece ser la especialidad de Flipping Death. Aunque de vez en cuando sueltan algún comentario que suponemos que es una crítica social. Intentamos llevar la cuenta de esos comentarios y, en cuatro ocasiones, como mínimo, escuchamos menciones o alusiones a la masculinidad tóxica.

En nuestra opinión, era innecesario y tenía un tono que chirriaba. No nos malinterpretéis, es un tema importante, pero aquí era como si un padrino recién divorciado dijera en su discurso de boda que el matrimonio es un constructo social.

Sin embargo, dejamos Flipping Death con un buen sabor de boca. Seguramente, aquellos que hayáis jugado a Stick it to the Man! no estaréis fascinados por lo innovador y refrescante que es Flipping Death, pero sigue siendo un juego muy bueno. El estilo visual exagerado y la banda sonora nos dieron la sensación de estar jugando a un título de Cartoon Network. Y sinceramente, no podemos ni contar las veces que nos ha sacado unas risas.

Flipping Death no quiere abusar de la hospitalidad y no sobreestima su propia capacidad de entretener. Está claro que cuando el final está cerca, ya ha agotado todas sus estratagemas y se ha visto obligado a sacrificar los sonidos de pedorretas en la horca del humor, pero aun así, sigue teniendo un encanto divertido y oscuro.