Análisis de Detective Gallo

El género point-and-click es, seguramente, el que menos sorpresas nos da, porque siempre sabemos lo que nos vamos a encontrar. Tendremos que mover el cursor y hacer clic en cosas, mientras hablamos con gente y buscamos objetos que, más adelante, nos servirán para resolver puzles. Detective Gallo es, sin duda, una aventura gráfica de manual. Parece que hayan pasado siglos desde que conseguimos que George dejara atrás a esa cabra en Broken Sword o desde que recorrimos una isla llena de monos. Pero lo cierto es que todavía se utiliza la misma fórmula.

Como habréis podido adivinar por el título (y por nuestra ingeniosa entradilla), el protagonista es un gallo que trabaja como detective privado, y, siguiendo con los juegos de palabras, si sabéis un poco de inglés, igual os hacéis una idea de por qué los desarrolladores italianos han preferido usar "gallo", y no han tirado del inglés. En un mundo lleno de pollos que hablan, este gallo sarcástico tendrá que resolver los asesinatos de muchas plantas. Sí, ¡plantas!

Después de leer este breve resumen, os habréis dado cuenta de que es, más bien, un título para niños. Pero, dicho eso, también es divertido para "niños" más grandes (como el crítico de treinta y algo que ha hecho el análisis). Básicamente, es una historia de cine negro, a lo Dick Tracy, pero también hay mucho humor y tiene momentos muy divertidos que os harán reíros como hienas en El Club de la Comedia.

El diálogo es muy bueno, y todo está perfectamente redactado y representado. Gallo aparece con un acento neoyorquino, y vemos a un cactus que se dedica a echar miradas a las chicas de la ciudad, cual latin lover. La historia es ingeniosa y creativa, y los puzles no son especialmente complicados (aunque tiene el nivel de dificultad necesario para mantener el cerebro activo).

Algo que nos encantó fue que, cuando había un objeto no se podía utilizar más veces, desaparecía del inventario. Así que, eso de ir probando todas las combinaciones de objetos posibles hasta que algo funcione, no se hacía especialmente pesado. Algunos títulos han quedado en el olvido porque había demasiadas combinaciones, y, además, iban aumentando, así que está bien ver que los desarrolladores han esquivado esa bala.

Desde el principio, la historia se presenta de una forma perfecta, y en ningún momento cambia su ritmo. Hay unos cuantos personajes típicos de la novela negra, como un cliente angustiado, un sospechoso traficante de armas, un vendedor igual de sospechoso, y un informante clave al que recurrimos para saber lo que se cuece en las calles. Cada uno de ellos tiene una personalidad diferente y unas rarezas propias, que están bastante bien retratadas.

Durante la historia, se deja ver el trasfondo de cada uno de estos personajes, y parece que tanto los desarrolladores como los guionistas pensaron muy bien el mundo que querían crear, como podemos ver con el apasionado vendedor de pasteles al que Gallo intenta evitar o el local al que no quiere entrar por algo que sucedió en el pasado.

Los fans de los point and click se harán una idea de las tareas que habrá que llevar a cabo, y aunque hay algún reto que otro con tiempo límite, en general es una aventura bastante estándar. Esa es nuestra única pega, que no intenta nada nuevo. En vez de ofrecernos algo novedoso, lo que nos trae esta aventura 2D es una historia única, unos gráficos propios y un mundo personalizado, o al menos, eso es lo que parece.

La verdad es que tiene un aspecto muy bonito, porque cada una de las animaciones e ilustraciones se han hecho a mano. Sus colores vivos y ese diseño único son lo que lo diferencia de otros títulos y, fijaos que hasta nos recuerda un poco a las películas de Disney dibujadas a mano, que es todo un piropo.

Los controles son bastante estándar, y en PS4 podemos usar el stick, la cruceta digital y el touchpad. Además, si en algún momento nos vemos un poco perdidos con las pistas, siempre podemos usar los sentidos de Gallo para ver en qué objetos podemos hacer click. Pero nuestro problema con eso era que, a veces, sin querer, tocábamos el touchpad con los dedos, y era muy frustrante, porque el cursor se movía del sitio donde queríamos hacer clic.

Y otra cosa que no nos gustó demasiado fue el sistema de guardado, porque el progreso no se va guardando de forma automática, sino que tenemos que ir al menú y hacerlo manualmente. Luego, cuando abrimos el juego, la opción de "partida guardada" no está disponible, así que tenemos que ir al menú de opciones para encontrarla. No es un problema muy gordo, pero molesta.

Con una duración de tres o cuatro horas, la historia tiene lo necesario para entretenernos, pero nos habría gustado que hubiera más contenido, o incluso más investigaciones diferentes. Eso sirve para que os hagáis una idea de lo que lo hemos disfrutado, porque está claro que siempre es bueno quedarse con ganas de más.