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Pathfinder: Kingmaker

Análisis de Pathfinder: Kingmaker

Un RPG extenso y ambicioso ambientado en un universo bien establecido y un poco inspirado en Robin Hood.

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Quizás Pathfinder te resulte familiar. Es una franquicia bien conocida en el ámbito de los juegos de rol analógicos y ahora ha dado el salto al formato digital con el sufijo Kingmaker. Owlcat Games se está encargado de desarrollarlo y Deep Silver de publicarlo. Vale, eso era lo básico.

Para empezar, como suele pasar en estos juegos, tenemos que crear a nuestro héroe, ya sea basándonos en un par de modelos predeterminados o desde cero. Escogemos género, aspecto, raza, especialidad, arma y, finalmente, los atributos que nos distinguirán del resto. Una vez que lo tenemos, elegimos un nombre (en nuestro caso, el mediocre juego de palabras "Lockliar") y partimos hacia nuestro viaje. Ya desde las bases, Owlcat merece un aplauso por la amplia asistencia que nos ofrece en el proceso de creación de personajes.

Pathfinder: Kingmaker
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Que la versión de mesa de un juego de rol esté inspirada en Dungeons & Dragons implica que va a ser algo complicado. Por eso, las descripciones detalladas que aparecen constantemente son de agradecer. Si quieres que sea más desafiante puedes, por supuesto, desactivar estos consejos.

Que este juego se llame Kingmaker tiene un porqué desde el principio. Se te ha llamado, junto al resto de la población, a un palacio donde una dama de nombre Jamadi Aldori reclama nuestras atenciones. Ha llegado el momento de expandir el reino con la conquista de lo que ella denomina las Tierras Robadas. Esta zona está, para empezar, controlada por un hombre malvado llamado el Señor de los Ciervos, y Aldori no envía allí. El que consiga vencer al Señor de los Ciervos y a sus súbditos (nadie ha podido hacerlo hasta ahora) obtiene el título de gobernador de, digamos una "provincia," en Golarian (el universo de Pathfinder).

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Desde el principio, nos acompaña una chica apasionada llamada Linzi (que aspira a ser escritora y te ve como el héroe en la biografía que aspira a escribir) y un tío muy pesado, Tartuccio, que es extremadamente egocéntrico. Esto nos lleva a una de las características clave: los compañeros. Aunque estamos más que acostumbrados a los compañeros, estos ya vienen con su propia historia y la idea es que, como jugadores, debemos tenerla en cuenta, ya acabemos en simpatía, lealtad, amor, enfado, distanciamiento u odio.

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A decir verdad, los desarrolladores han hecho muy bien, especialmente si alguien de tu equipo muere repentinamente. Una noche decidimos acampar en lo que era claramente una zona encantada. Nos vimos sorprendidos por una calavera mágica que flotaba. Se produjo una batalla y, ya que la calavera flotante era inmensamente poderosa, uno de nuestros héroes cayó. En su último aliento, susurró: "¡véngame!" y nos dolió tanto que tuvimos que cargar una partida guardada anterior.

Sin desvelar mucho, pronto se hace aparente que algunos personajes tienen intenciones y opiniones ocultas sobre nuestra personalidad y nuestras elecciones. Jugamos como "neutral-bueno" (también existen "respetuoso con la ley", "neutral", "neutral-malvado" y "caótico") y algunos de nuestros compañeros se cambiaron enseguida de bando. Así como suele ocurrir en juegos de temática similar, tus acciones determinarán cómo te ven los demás. Afortunadamente, tu personaje dirá exactamente lo que ponga en la opción de diálogo (sí, Fallout 4, te estamos mirando a ti), lo que hace que las cosas sean más fáciles de juzgar. Aparte de las conversaciones clásicas, existe otro elemento que incrementa la sensación de estar en una versión fantástica de la Inglaterra del siglo XIII (ahora dejando a un lado a Robin Hood) y son los episodios escritos, que se nos presentan en formato de cuento.

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Estas secciones nos ofrecen un registro escrito de lo que ocurre y de cómo actúa tu grupo. Se nos da una descripción seguida de diferentes opciones (algunas requieren de cierto nivel para completarlas con éxito, otras afectarán a tu posición). Dependiendo de tus decisiones, los acontecimientos tendrán diferentes finales y puede que tus compañeros te vean de una manera diferente. Durante nuestro tiempo jugando, estos momentos fueron de nuestros favoritos y nos vimos apurados cuando supimos qué impacto tendría nuestra decisión en el estatus de nuestro héroe y en nuestra habilidad para conservar y reclutar seguidores.

Tus compañeros no están solo ahí por la compañía, están son clave en el combate. El sistema de combate ofrece batallas por turnos similares a lo que sin duda habrás visto en muchísimos títulos similares, pero el elemento de los dados es más importante de lo normal. Puedes posicionar a tus personajes (todos se pueden equipar con diversas armas) y planear tu estrategia. Por ejemplo, los arqueros detrás y los espadachines delante. Sin embargo, tendrás que tener en cuenta una serie de hechizos para asegurarte de que sacas partido de la fuerza de cada compañero.

A excepción del énfasis en los personajes, el juego es igual que todos: recoges diferentes objetos que luego vendes, aceptas misiones de ambos bandos y equilibras tu propia moral con los beneficios de la lealtad de los demás. Como suele ser. Para los principiantes, los juegos de rol ofrecen la oportunidad de perder horas, días, semanas, meses e incluso años... y, por supuesto, son bastante extensos y tienen una curva de aprendizaje bastante empinada. Aunque no sea el RPG más elaborado del mercado, seguimos advirtiéndote de que tal vez no sea la introducción al género más amable.

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Es un RPG clásico en el sentido de que casi toda acción tiene consecuencias y de que siempre tienes que tener en cuenta tus opciones, ya que pueden afectar de manera negativa a tu personaje. Con eso en mente, si quieres sumergirte en esto siendo un novato, va a suponerte todo un reto.

Un apunte positivo son los controles. No importa cómo de bien estén mapeados los controles: no pueden superar al combo teclado y ratón en esta clase de juego. Envías a tus personajes a donde tienen que ir simplemente usando el ratón, controlas la cámara con la rueda del ratón (o WASD), cambias de arma y otras cosas con las teclas numéricas (asignadas en el inventario) y seleccionas a tu objetivo con el botón izquierdo del ratón. Elegante e intuitivo.

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En resumen, Pathfinder: Kingmaker es un juego ambicioso (en especial porque se financió originalmente vía Kickstarter). Los gráficos nos recuerdan a los cuentos de hadas románticos bajo la luz de las estrellas, donde se enfrentan el bueno y el malo. La música es la que podría escucharse en las tabernas o de fondo mientras el narrador habla de nuestras heroicas hazañas. La historia parece salida de cuentos antiguos, del folklore, clásica, pero lo suficientemente interesante como para sumergirte y engancharte hasta el final.

Para los veteranos en el rol, merece la pena echarle un vistazo más de cerca, mientras que para los novatos puede suponer un buen desafío que, si acaba por gustarte, puede engancharte al género. Por lo tanto, aunque hay algunos bugs importantes y varias pegas, diríamos que es un producto muy bien conseguido.

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08 Gamereactor España
8 / 10
+
Buenos gráficos, las decisiones importan, controles bien pensados, extenso, muchas opciones.
-
Un par de fallos gráficos, puede ser demasiado complicado para los novatos, ciertos personajes son demasiado estereotípicos.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Andreas Blom

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