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I'm not a Monster

Análisis de I'm not a Monster

No es un Werewolf, no es un cylon, pero es evidente que por aquí merodean algunos monstruos...

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I'm not a Monster tiene un pie en el monitor de tu PC y otro en tu mesa del salón. Aunque tiene un escenario embaldosado y una configuración por turnos que evoca el espíritu en general de algo como Xcom 2, tiene, de hecho, mucho más en común con juegos de deducción social como Werewolf. Como los populares juegos de fiesta que tienen a los jugadores intentando averiguar quién es el traidor de entre ellos, I'm not a Monster tiene a los jugadores trabajando en equipo para averiguar quién es el impostor extraterrestre disfrazado y quién es definitivamente un amigo.

Lo que nos atrajo de I'm not a Monster es su estilo. Nos chifla la estética retro de ciencia ficción y este juego está repleto de homenajes de coña a la ciencia ficción de antaño. Todo, desde el filtro granulado que se superpone a los gráficos, hasta los mejores intentos del narrador para evocar la época a través de un tono de voz chillón pero estilizado, se ha creado para producir una sensación muy específica y, realmente, hace un gran trabajo al recrear ese ambiente. En particular, los distintos entornos son ricos en detalles, los personajes son exquisitamente genéricos y el menú principal tiene mucha clase.

Después de describir el estilo y las aparentes mecánicas a lo Xcom, nos sorprendimos al descubrir que I'm not a Monster es, realmente, muy diferente a lo que nos esperábamos. Al principio, para bien. Como se ha mencionado antes, es más un juego de deducción social y las mecánicas se han ajustado para facilitar esta clase de jugabilidad en comunidad. En resumen, todos los jugadores planean sus acciones durante el mismo periodo fijo de tiempo y después todos los turnos se juegan simultáneamente en la siguiente fase. Y vuelta a empezar.

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Hay menos extraterrestres que humanos, pero gracias a su habilidad para convertirse en humanos y mezclarse entre la multitud, pueden ser difíciles de detectar. Todos están atentos a lo más mínimo que nos diga la diferencia entre amigos y enemigos. Hay muchas conjeturas en juego y esta es la clase de experiencia que se beneficiará de los amigos que juegan repetidamente, explorando el metajuego juntos mientras evoluciona en múltiples jugadas. Entonces, el problema está en encontrar gente suficiente con la que jugar.

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Un buen juego de deducción social te costará unos 20€, quizás el doble si es un juego de mesa grande con un elemento de deducción (como la excelente adaptación de Battlestar Galactica, esos molestos Cyclons son siempre difíciles de detectar). I'm not a Monster te costará poco más de 10€, pero cada jugador tendrá que tener su propia copia, lo que eleva considerablemente el coste si sois un grupo grande (y lo vas a necesitar para jugar a este juego). ¿Por qué? Porque simplemente no es tan divertido de jugar cuando lo haces solo.

Para los principiantes, la falta de un tutorial adecuado hace que el juego casi no se pueda jugar al principio y, a no ser que estés preparado para buscar instrucciones adicionales necesarias para jugar al juego en condiciones, vas a estar en una serie desventaja respecto a otros jugadores. Simplemente, no está bien del todo lanzarse a un juego sin un entendimiento básicos de las características principales, pero eso es lo que pasa aquí. Es especialmente frustrante porque de hecho hay algunas ideas muy interesantes, como los objetos que pueden combinarse para ofrecer habilidades adicionales. Tras buscar aclaraciones en un par de aspectos importantes, nos hemos dado cuenta de jugadores existentes a los que estaban derivado a foros para explicaciones más completas de los básicos.

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Entonces llega su otro fallo principal: el chat. Los juegos de deducción social se basan en la comunicación discreta que se lleva a cabo entre jugadores y necesitas ser capaz de interpretar el lenguaje corporal tanto como tienes que intentar descifrar sus palabras. Sencillamente, eso no es posible a través de comandos de voz, al menos no en la misma medida, y el hecho de que (en nuestra experiencia) la gran mayoría de los jugadores que hablan lo hacen en ruso hace que esta parte del juego sea casi impenetrable. Puedes comunicarte con los jugadores utilizando las frases predeterminadas, pero no hay lugar para la discreción o los matices.

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Dicho esto, con un buen puñado de amigos puedes pasar un rato genial con este juego, especialmente si alguien se ha tomado el tiempo de explorar bien las mecánicas y comunica las reglas más sutiles al resto del grupo. Aunque hay muchas cosas que no se explican, los básicos son bastante directos. Los jugadores humanos tienen que rescatar a los PNJ y todo mientras los extraterrestres tratan de detenerles apoderándose de los PNJ y convirtiéndoles en futuros extraterrestres en potencia, preferiblemente fuera de la vista de los jugadores, que van bien armados. Si se detecta a un extraterrestre y se le elimina, un PNJ que ya se ha convertido pasa a ser un extraterrestre controlado por los jugadores y, así, el ciclo continúa hasta que un equipo gane.

Los juegos de deducción social pueden ser muy entretenidos y las mecánicas de este juego propiciarán casi seguro una divertida experiencia de juego de fiesta en las condiciones adecuadas. Jugar con amigos es lo mínimo, pero sin duda sería aún mejor si todos os pudierais reunir alrededor de la mesa con vuestros portátiles o hacer una LAN party. Por tanto, si vas en busca de un gran juego de deducción social y os vais de casa rural, probablemente te recomendemos cerrar el portátil y conseguir una copia de One Night Ultimate Werewolf, Shadows Over Camelot, Battlestar Galactica o cualquiera de los otros grandes juegos que hacen lo mismo.

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Aplaudimos de buena gana lo que la desarrolladora Cheerleaders ha intentado hacer y si los astros se alinean y puedes jugar con un grupo grande de amigos, la base que tiene es suficiente para ofrecerte algunos momentos divertidos. Por ello, a pesar de encantarnos su estilo y apreciar el esfuerzo, no podemos recomendar I'm not a Monster para el jugador individual: todo gira en una espiral negativa desde el principio, básicamente por los tutoriales escasos, pero también por las barreras de comunicación entre jugadores. Hay algunas ideas buenas en marcha, pero probablemente no lo suficiente como para rescatar este valiente intento de hacer algo un poco diferente en el universo de los videojuegos.

Habiendo dicho todo esto, I'm not a Monster podría ser tan brillante cono un juego de PlayLink de PS4 y con gusto le daremos otra oportunidad si alguna vez llega a la consola de Sony. Los juegos de deducción social son geniales porque las experiencias que ofrecen se basan en las reglas, que evolucionan con el tiempo para tener vida propia, con cada jugador contribuyendo a un meta en constante cambio que está muy ligado a la gente que lo juega. Tal y como están las cosas, hay demasiados elementos que frenan este juego, muchas de ellas más allá de la capacidad de un programador para arreglarlas. Sin embargo, creemos que si fuera de una sola compra y reuniera a la gente en el mismo lugar y con la misma pantalla, lo que crea una experiencia que transciende los límites de su mecánicas básicas, tendría potencial para tener éxito.

I'm not a Monster
05 Gamereactor España
5 / 10
+
Gran diseño visual, idea interesante, gran potencial para grupos grandes.
-
Tutoriales muy flojos, algunas mecánicas no se traducen con brillantez al espacio digital, no es una experiencia divertida en solitario.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Mike Holmes

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