Análisis de The Occupation

Los "simuladores inmersivos" son uno de nuestros géneros favoritos, ya que ofrecen una mezcla de experiencias que nos ha traído algunos de los mejores juegos de los últimos años. Con esfuerzo, los resultados pueden ser maravillosos, pero es muy arriesgado intentar diseñar algo con tantas partes en movimiento. Ya el año pasado, pudimos observar lo difícil que es hacer un buen juego de acción y sigilo con Underworld Ascendant, y eso que aquel equipo ya tenía mucho talento entre su personal. El siguiente estudio que ha intentado algo parecido es el británico White Paper Games, y es que su segundo proyecto es sumamente ambicioso.

Normalmente no damos demasiado contexto en nuestras reseñas, pero es importante destacar que este estudio realiza juegos muy atractivos. El primer título del equipo, Ether One, exploraba temas tan fascinantes como la salud mental. Incluso antes de que el primer juego saliera, nos reunimos con ellos y nos dimos cuenta de que iban a dar mucho que hablar. Años más tarde, The Occupation nos llamó la atención desde un primer momento gracias a su temática, que nos transporta hasta los años 80 dentro de un edificio burocrático al norte de Inglaterra. Aquí encontraremos abundantes hilos narrativos misteriosos esperando a que los desenredemos.

The Occupation, igual que su predecesor, tampoco tiene miedo de acercarse a temas contundentes en los que se centra la trama. Está ambientado en el año 1987 y te tocará controlar a un periodista que se dedica a investigar un ataque terrorista que ha causado muchas muertes, donde nada es lo que parece. La empresa que investigaremos, la cual utiliza tecnología de alta seguridad para proteger sus secretos, está involucrada en un programa del gobierno llamado Acta de Unión, una legislación que mermaría las libertades individuales y facilitaría las deportaciones de extranjeros. Teniendo en cuenta el clima político de Reino Unido en los últimos años, el mensaje del juego está clarísimo.

Hemos empezado este análisis diciendo que The Occupation es un simulador inmersivo, pero aparte del realismo del ambiente ochentero alternativo, la ausencia de violencia es lo que de verdad hace que destaque frente a otros juegos como Dishonored o Bioshock. En Occupation, eres un periodista investigador y no el protagonista de un thriller de acción, aunque sí que hay momentos estremecedores entre reunión y reunión con los personajes clave de la historia. No obstante, en vez de apuntarles con un rifle, tendrás que buscar pistas cruciales por todos los archivadores y tener cuidado de que no te pillen los guardias de seguridad.

A pesar de que vayas cambiando de perspectiva entre dos personajes, la mayor parte del tiempo te tocará controlar a Harvey Miller, un periodista que investiga una historia sin mucho sentido. El juego está integrado por una serie de capítulos en tiempo real, donde tendrás que reunir pruebas para entrevistas con el personal de la empresa que estás investigando. Podrás vigilar la hora en el reloj de tu muñeca izquierda, mientras que tu compañera de la redacción te manda mensajes al busca de tu bolsillo derecho. Finalmente, cualquier prueba que recojas en tu investigación se guarda en tu maletín y tus notas en una carpeta que puedes sacar en cualquier momento. Se han esforzado mucho para mantenerte atento al ambiente e inmerso en el juego, como la posibilidad de inclinarse para ver si se acerca alguien, que nos parece la característica más importante.

The Occupation cuenta con un rango muy amplio de mecánicas interconectadas, pero, por desgracia, no siempre funcionan demasiado bien en conjunto. En nuestra opinión, el sistema de ventilación organizado minaba un poco el buen diseño ambiental, pues a veces era la opción más rápida y eliminaba la necesidad de explorar el mundo en profundidad. Los guardias también pueden ser bastante aguafiestas, ya que sus niveles de atención no parecían demasiado equilibrados. Muchas veces nos acorralaba la patrulla de seguridad y tardaba siglos en irse, por lo que siempre nos capturaban cuando pensábamos que teníamos vía libre.

Los guardias constituyen una presencia opresora, aunque extrañamente alegre, y tienen mucha personalidad, algo que no se ve mucho en juegos de este estilo. Pese a la característica forma en la que intentan sofocarte mientras avanzas por las instalaciones, su interferencia sí que puede obstaculizar el curso de la experiencia: si te sorprenden curioseando por áreas del personal, te impondrán una sanción temporal y te mandarán a la oficina de seguridad. En principio, si te pillan no pasa nada, pero si son muchas veces, no encontrarás todas las pistas que hay antes de tu siguiente entrevista y no podrás hacer todas las preguntas que quieras. De hecho, si te cazan demasiadas veces, puede que hasta te pierdas la entrevista. Esto no resultaría un gran problema si pudieses volver a jugar los capítulos individuales, pero no se puede y tampoco hay puntos de guardado en ningún capítulo, por lo que, al durar más o menos una hora, no puedes salir de la partida pase lo que pase. Nosotros mismos lo pasamos muy mal con los guardias y con que nos pillaran constantemente en situaciones comprometedoras, lo cual resultó en que sacáramos conclusiones poco satisfactorias incluso en la segunda partida.

Es cierto que rebuscar una oficina con las persianas bajadas y en la oscuridad cuando hay guardias patrullando puede ser muy emocionante, pero también puede resultar frustrante tener que esperar debajo de la mesa hasta que se pire el guardia y puedas continuar. Un apunte: todo se vuelve más estresante cuando el reloj hace ruido constantemente, tu compañera de redacción te busca porque no le has cogido el teléfono y, por si fuera poco, solo queda un rato hasta la entrevista.

Crear un simulador inmersivo sobre una investigación tan emocionante es una gran idea, pero White Paper Games no clava este concepto en ciertos aspectos. El hecho de que te puedas pasar el juego habiéndote perdido partes de la narrativa es encomiable, pero la estructura del juego y la falta de puntos de guardado tampoco te da ganas de repetir. Para ser sinceros, nuestro poco sigilo nos llevó a tener un final bastante malo. En general, la historia es tan apasionante que volvimos a empezar el juego inmediatamente, pero hubiésemos preferido la opción de elegir capítulos individuales o incluso poder guardar a mitad del nivel para explorar la aventura entera en el segundo intento y llegar a una conclusión mejor. La segunda partida solo empeoró nuestra frustración con respecto a los guardias de seguridad y la imprecisión de ciertos aspectos.

Eso sí, la segunda partida nos permitió observar los mejores aspectos del juego y disfrutamos mucho la exploración de edificios, por no mencionar que la narrativa ambiental del estudio es notablemente hábil. Hay algún que otro momento magnífico que merece la pena descubrir. De hecho, valoramos la atención al detalle en todos los aspectos del mundo. En general, la narrativa en sí está muy bien ejecutada, con excelentes actuaciones del equipo de doblaje, un diálogo magnífico, y una historia con mucha fuerza. En conjunto, diríamos que es el juego más interesante que hemos probado en un tiempo y que, a pesar de que nos ha frustrado más veces de las que nos gustaría, nos ha enganchado.

El juego no se caracteriza por sus gráficos, pero aun así nos agrada bastante el estilo pintoresco: la decisión de tirar por una dirección más estilizada valió la pena y funcionó con la temática ochentera. Eso sí, nos gustó aún más la banda sonora con casetes y temas esparcidos que puedes escuchar y coleccionar. Previamente hemos mencionado el doblaje, y cabe destacar que mejoró el ambiente general y eso que, si no se hubiesen esforzado tanto, podría incluso haber empeorado la experiencia. En conjunto, está claro que es un trabajo de un grupo pequeño, pero tomaron buenas decisiones en relación a cuándo ir a por todas y cuándo tener más cuidado. Dicho esto, sufrimos un par de errores técnicos mientras jugábamos, como un cuelgue aislado (hemos jugado en una PS4 Pro) y algún que otro comportamiento raro de las IA (como un guardia que atravesaba paredes) y fallos de audio.

The Occupation no será uno de los mejores immersive sim pues tiene demasiadas imperfecciones, pero aun así resulta un juego importante. Si te gusta el género, ignora la nota porque tiene muy buenas ideas que te satisfarán. Asimismo, si la idea de colarse en oficinas y rebuscar entre archivos y disquetes en la oscuridad te suena bien, te recomendamos que te centres en las cosas buenas que trae. No obstante, quizá no sea para el resto porque The Occupation, al final, es un intento fallido de originalidad: se arriesgaron y, en algunos casos, no mereció la pena. Valoramos la valentía del equipo, pero es parte de la razón por la que esta es una recomendación a medias y con advertencia. Eso sí, algo está claro: es un juego valiente y fascinante, y estamos deseando ver qué prepara el estudio para el futuro.