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Total War: Three Kingdoms

Análisis de Total War: Three Kingdoms

Nos sumamos a la contienda con el nuevo juego de estrategia épica del estudio especialista Creative Assembly.

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Con la balanza decantada del lado de la serie Warhammer, más centrada en el combate, la franquicia Total War ha arrastrado en los últimos años cierta carencia en lo que respecta a un elemento de peso en la gestión de imperios: la diplomacia. Con Three Kingdoms, se nos brindan esta y otras muchas posibilidades propias, que vuelven para entrar a la sala de guerra por la puerta grande.

El principal foco de nuestra atención gira en torno a "El Romance de los Tres Reinos", obra del escritor chino Luo Guanzhong, donde aprendemos sobre la historia de China mayormente a través de los ojos de sus personajes. El imperio de la dinastía Han ha quedado reducido a jirones, y cada vez hay más aspirantes a llenar el vacío de poder. Eres libre de abrirte camino hasta lo más alto del reino a base de negociar, espiar o aniquilar, todo con una variedad de métodos nunca vista. Los fundamentos del juego son los de siempre: sobre el mapa de campaña reuniremos las tropas, conquistaremos ciudades y aldeas, introduciremos mejoras para que avance la tecnología y lidiaremos con nuestros más íntimos aliados, oponentes y enemigos.

El conflicto táctico tiene lugar en tiempo real a lo largo y ancho de enormes campos de batalla, donde pondremos a prueba los frutos de nuestras artes de estratega. Miles de soldaditos de varias disciplinas militares se verán las caras formando imponentes pelotones en batallas gigantescas. El clásico sistema piedra-papel-tijera sigue estando presente: los lanceros acaban con la caballería, los jinetes reparten pisotones entre los arqueros, los incansables ballesteros dejan a los lanceros como un colador...

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Encontraremos dos modos de juego nuevos: Romance y Registros. En el primero, los generales mitológicos que controlamos adquieren características más propias de un superhéroe. Pueden arrasar con decenas o cientos de unidades normales sin despeinarse, batirse en duelo con héroes rivales y otras cosas por el estilo. Hasta suben los niveles de brillo y saturación del mapa de campaña. Para que te hagas una idea, en este modo Cao Cao, Lu Lu y compañía se ponen a la altura de las unidades de héroes de Total War: Warhammer.

Si te va más el rollo puramente histórico, el modo Registros nos ofrece algo más riguroso, moderado y sobrio. Los héroes no cobran tanta importancia y cuentan con un potente séquito personal, en lugar de dedicarse a machacar montones de enemigos por su cuenta. Así y todo, las diferencias más notables afloran en las batallas tácticas, y ambos modos rebosan de intriga política y situaciones en plan culebrón.

Total War: Three Kingdoms

La mayor novedad, y por la que estamos más agradecidos, radica en la presencia de rasgos de personalidad, y en las relaciones que forjaremos no solo con nuestros rivales y aliados, sino también con nuestros propios generales y parientes. Cada uno dispone de su propio indicador de acción, y satisfacer o hacer caso omiso de sus necesidades puede desembocar bien en una alianza de por vida, o bien en un rencor capaz de dividir un imperio y desencadenar un conflicto civil. A medida que los personajes ganan experiencia y poder, su relevancia para con tu esfuerzo bélico y la estabilidad de tu imperio aumenta de manera exponencial, sobre todo en el modo Romance. Además, podrás adquirir, intercambiar y vender equipamiento, apoyos y objetos para potenciar las 'stats' de tu general más si cabe.

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Así que ya sabes, para que el ánimo del gruñón de tu supergeneral no decaiga, procura darle un puesto en la cima de la cadena alimenticia de tu corte, o cásalo con alguien de buena cuna en el seno de tu familia. Pero cuidado, porque a su vez esto podría no ser del agrado de alguien con quien tendrás que vértelas antes o después. En un alarde de ingenio, el juego nos da la opción de infiltrar espías entre las filas enemigas. Si con el tiempo resulta que esta persona goza de influencia en esa corte, podrás montar un buen pollo desde dentro. O, por el contrario, quizás tu espía se encuentre como en casa allí y te salga el tiro por la culata cuando pase de tu argucia por completo. Diríamos que esta especie de 'quién es quién' en la China del siglo II es el mejor añadido con sustancia a la fórmula de Total War que ya conocíamos. La verdad es que el rollo Crusader Kings II le viene que ni pintado al juego.

Total War: Three Kingdoms

Algo que resulta ligeramente enervante en Three Kingdoms es su interfaz, algo estilizada pero sobrecargada. Luce bastante bien (al igual que el resto del juego), pero intenta abarcar demasiado en lo que a mostrar información se refiere. El diseño a veces peca de desconcertante, mientras que los iconos que notifican lo verdaderamente importante son minúsculos y se encuentran en el borde mismo. Nos encontraremos con un caso parecido durante las batallas tácticas, además de botones pequeños y problemas generales que afectan a la posición de la información clave, más acuciantes si juegas en un monitor grande.

Las distintas unidades deberían distinguirse mejor al ser vistas desde arriba. El código de colores es por lo general sorprendentemente apagado, con tonos grises, blancos y marrones, por lo que distinguir nuestras unidades de aquellas enemigas durante el fragor de la batalla se torna más difícil de lo que debería. Puede que nos hayamos malacostumbrado por culpa de Warhammer y sus combatientes tan variopintos, pero no tendría por qué ser necesario hacer zoom a tope cada dos por tres.

En resumidas cuentas, con Total War: Three Kingdoms se agradece el cambio de marcha con respecto a la serie Warhammer. Lo bueno de su esencia se mantiene intacto, y una vez que te acostumbras a su interfaz, demasiado ambiciosa, el poder sumergirse de cabeza en las intrigas de la política china contará fácilmente con el beneplácito duradero de cualquiera con delirios de emperador o emperatriz.

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08 Gamereactor España
8 / 10
+
Se centra en la diplomacia y la intriga, dos modos campaña para romance y realismo, geniales relaciones personales.
-
La interfaz se les va de las manos, no se diferencian bien las unidades en el campo de batalla.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Matti Isotalo

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