Español
Gamereactor
análisis
Rad

Análisis de Rad

Nos hacemos con una mohicana retro y un loro estéreo y damos una buena paliza a los monstruos en lo nuevo de Double Fine, un roguelike post-postapocalíptico inspirado en los 80.

Suscríbete a nuestra newsletter

* Campo obligatorio
HQ
HQ

Double Fine desarrolla juegos tan raros como interesantes. Por ejemplo, nos viene a la mente Psychonauts, un clásico de culto extraño e increíblemente divertido. En Rad está presente parte de la atmósfera característica de Double Fine, pero por desgracia este título también es demasiado corriente.

Rad es lo que denominamos un roguelike ambientado en un escenario postapocalíptico ochentero. El mundo ha llegado a su fin varias veces y un grupo de adolescentes con mucha personalidad tiene la misión de salir al yermo y aporrear a los monstruos con sus bates de béisbol y otras armas similares. A los fans del roguelike les resultará familiar el sistema de juego, pero para quienes no estén familiarizados con el género, la curva de aprendizaje será bastante empinada.

Una vez que escogemos nuestro personaje ya podemos marcharnos a través de un portal y empezar a repartir leches. El sistema de juego es increíblemente sencillo y se centra casi exclusivamente en el combate cuerpo a cuerpo, lo que nos recuerda a Dark Souls. Reducimos el espacio entre nosotros y el enemigo, le golpeamos con nuestra arma, rodamos para esquivar sus ataques y repetimos hasta derrotarlo. Nuestros golpes tienen un alcance relativamente limitado, al menos con las primeras armas que usamos, lo que hace imprescindible seguir el ritmo adecuado desde el principio. Aunque nos cuesta admitirlo, tardamos un buen rato en cogerle el truco, y teniendo en cuenta que los pequeños errores pueden hacer que suframos una muerte repentina antes de lo previsto, el proceso de aprendizaje en ocasiones resulta frustrante.

Publicidad:

Evidentemente, entendemos que los roguelikes están diseñados para ser, de alguna manera, exigentes. Se trata de un género para gente a la que le gustan los retos y supuestamente debemos hacernos una idea de las mecánicas mediante ensayo y error, en lugar de dejar que el propio juego nos revele sus secretos. Todo eso está muy bien, y la dificultad varía en función del jugador, es decir, lo que para una persona es prácticamente imposible, para otra es coser y cantar. Que conste que para nosotros el juego resulta difícil y hasta injusto en algunos momentos. El nivel de dificultad no parece estar equilibrado y tampoco nos sentimos con ganas de correr riesgos puesto que los objetos de curación son prácticamente inexistentes. Esto afecta al ritmo del juego en el sentido de que constantemente intentamos hacer trampas en los combates contra los enemigos, y sobre todo contra los bosses. Los combates suelen tener lugar en pequeñas arenas en las que aparecen varios monstruos a la vez que nos persiguen. El proceso de acercarnos a un monstruo enorme e intentar golpearlo al menos una vez antes de caer en las fauces de otro enseguida nos aburre y nos resulta muy frustrante.

RadRad

No obstante, los combates no tratan solo de pelear. A medida que acabamos con más enemigos, aumenta un medidor que cuando se completa nos recompensa con una de las diversas mutaciones. Estas nos otorgan diferentes poderes, que pueden variar desde ataques nuevos hasta habilidades pasivas y defensivas contra ataques enemigos. La mecánica de mutación es un punto fuerte del título, ya que no solo modifica el estilo de juego, sino también la apariencia del personaje. Una de las que vimos y que nos hizo especial gracia es una cola de dinosaurio que nos permite arrojar huevos por el trasero. El problema de las mutaciones radica en que aunque nos den la habilidad de lanzar proyectiles, seguimos teniendo que rodar de un lado a otro y esperar el momento justo para atacar, así que tampoco consiguen mejorar el ritmo del juego. Como es de esperar en un roguelike, las mutaciones son totalmente aleatorias, por lo que puede que nos bendigan con habilidades que no necesitamos por nuestro estilo de combate.

Además, podemos recoger cintas de casete para jugar un pequeño nivel que permite aliviar la carga entre combate y combate. Respecto a las mutaciones, algo que nos resultó divertido es que pueden evolucionar dependiendo de las cintas que encontremos, y cada resultado es más tronchante que el anterior. Otro punto a destacar del título es su diseño, envuelto en una entrañable atmósfera ochentera con una paleta de colores neón, bates de béisbol, mohicanas y música de sintetizadores. El escenario post-postapocalíptico y la temática de los 80 encajan a la perfección.

Publicidad:

Nuestra conclusión es que queremos que Rad nos guste todavía más. Por momentos resulta muy interesante y, por ejemplo, cuando conseguimos esquivar una oleada de ataques de un monstruo escupefuego, golpear a otro y utilizar una mutación con un tercero, nos sentimos los reyes del mundo. No obstante, cuando segundos más tarde llegamos a la arena de un boss y nos encontramos cara a cara con tres cabrones enfurecidos que nos quitaron casi toda la vida al instante, juramos que no volveríamos a jugar nunca más (aunque esto no es cierto, obviamente). Rad está dirigido a los fans del género roguelike, y sin duda a ellos se lo recomendamos, pero personalmente nos habría gustado disponer de más objetos curativos y oportunidades para progresar. También puede que simplemente seamos malísimos y nuestro fracaso sea solo culpa nuestra. ¿Quién sabe...?

HQ
RadRadRad
06 Gamereactor España
6 / 10
+
Diseño entrañable, buena banda sonora retro, mutaciones divertidas.
-
Nivel de dificultad desequilibrado, enemigos injustos, ritmo de combate lento.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

Contenido relacionado

0
RadScore

Rad

ANÁLISIS. Autor: Kim Orremark

Nos hacemos con una mohicana retro y un loro estéreo y damos una buena paliza a los monstruos en lo nuevo de Double Fine, un roguelike post-postapocalíptico inspirado en los 80.



Cargando más contenido