Análisis de We Met in May

Las películas, y la ficción en general, han idealizado el amor en una medida muy poco realista. Lo estamos viendo normalizarse día sí y día también en las historias sobre relaciones personales. La gente va explorando poco a poco cómo es eso de tener una pareja, justo como lo que tratan de contar Nina Freeman, Jake Jefferies y Ryan Yoshikami en el recopilatorio de minijuegos We Met in May.

Bueno, en realidad, se tendrían que describir como "anécdotas", mostrando cada una una cara diferente de cada personaje cuando están en compañía. La primera anécdota es al comienzo de la relación y nos enseña a Nina llevando a su casa a Jake, su ligue. Ahí es cuando tienes que decidir si quieres esconder algunas cosas que puedan avergonzarte, como un sujetador tirado sobre una silla o una colección de libros manga, y así ver como reacciona él.

Lo siguiente es una excursión a la playa en la que juegas con Jake y puedes mover los elementos por el escenario (patatillas, arena, etc.), pero cuidado con que no se te caiga nada encima. En ciertos momentos, al cerrar los ojos cambias a una nueva escena y, antes de que te des cuenta, has pasado todo el día en la playa haciendo el tonto.

La tercera y cuarta historia son las más graciosas. Una es como la famosa escena de Pretty Woman en la que te pruebas ropa sin parar, solo que cada conjunto te confiere habilidades nuevas. Luego, puedes utilizar estas habilidades para realizar movimientos un tanto especiales y así ganar puntos cuando se los muestras a Jake. Todo esto evoca a un juego de arcade, como la temática de Sailor Moon o del anime en general que nos mostraron en la primera anécdota (por ejemplo, en los pósteres que aparecen en todos lados).

La última historieta de We Met in May es quizás la más absurda, pero también la que más se acerca a lo cotidiano. Básicamente, se trata de un minijuego sobre las pequeñas cosas que hacemos para picar a nuestra pareja, pero adopta la forma de un juego extremo de retorcer los pezones de Jake mientras prepara la cena, antes de darle el golpe final. Es muy divertido, un poco tonto, pero nos identificamos con estas situaciones, que es lo más importante.

En esencia, se trata de un conjunto de momentos que todos hemos vivido con nuestras parejas, aunque no literalmente. Puede que no a todos nos guste la playa o que nos retuerzan los pezones (quién sabe), pero todos hemos hecho lo que esta parejita está haciendo y todo porque este juego no se toma muy en serio lo que intenta relatar, lo que lo hace más real. Sin duda, es un relato con el que puedes jugar con tu pareja y decir "tú también haces eso" o "¿te acuerdas cuando lo hiciste tú?"

En conjunto, esta colección es tan bonita y todo es tan brillante y pomposo... Como puedes ver en las imágenes que adjuntamos, todos los colores son pastel y, en cierto sentido, los modelos de los personajes se basan en gente real, mientras que al mismo tiempo hacen cosas de lo más ridículas, como los movimientos de brazo que puedes hacer en la playa. En resumidas cuentas, es un juego divertido de jugar y de ver.

No te esperes que dure mucho, pero por un precio módico, We Met in May, te ofrece un vistazo a cómo de tontos y graciosos podemos ser cuando estamos enamorados. No es una historia de amor clásica como La bella y la bestia, pero es una historia tan vieja como Matusalén, cuando dos personas se quieren tanto que pueden ser realmente ellas mismas. En realidad, eso es lo más bonito de todo.