Análisis de Monkey King: Hero is Back

Es raro que una película sea adaptada a videojuego sin resultar una catástrofe. Ejemplos contados son GoldenEye 007, Star Wars o Alien, que consiguieron dar el salto con éxito. Pero Monkey King: Hero is Back no se va a sumar a esa lista de títulos selectos, porque su llegada al mundo del videojuego no tiene nada que ver con su estreno en la gran pantalla.

HexaDrive Inc. ha sido el estudio encargado de desarrollar Monkey King: Hero is Back. En él conoceremos la historia de Dasheng -un mono todopoderoso conocido como Sun Wukong en la película- que salvó a un grupo de aldeanos del ataque de unos monstruos malvados que se escaparon de su prisión de hielo, en lo más profundo de las montañas. La trama en sí es muy parecida a la de la película de 2015, basada en la novela Journey to the West, que tuvo a Jackie Chan como protagonista y que rompió récords en China. ¿Por qué insistimos en nombrar en qué esta basado? Porque si te interesa la trama del juego es mejor que optes por ver la película o leerte la novela.

En cuanto a lo que nos ofrece esta adaptación, nos encontramos ante un título de acción y aventura para un solo jugador, que mezclará también algunos elementos de RPG y muchas peleas. A lo largo de la trama nos encontraremos deambulando por niveles lineales que carecen de elementos explorables, pero las peleas sí que abundarán.

El combate en sí está dividido en dos estilos. El primero está más inspirado en la acción y la aventura del título, y necesitaremos conocer dos comandos distintos para llevar a cabo ataques ligeros y pesados. El segundo estilo es el que se centra en las peleas, normalmente definido como sistema uno a uno. Aquí tendrás que meterte de lleno en una secuencia de combate donde te enfrentarás a un único enemigo en un escenario. Hasta aquí todo bien, el problema es que el sistema de combate decepciona mucho, puesto que normalmente tendrás que o bien pulsar repetidamente un solo botón, o bien mantenerlo pulsado durante un par de segundos para derrotar a tu enemigo.

Dasheng, el héroe de marras, podrá usar algunas habilidades mágicas para mejorar su destreza en el combate. El problema con estas habilidades es que las secuencias de combate son tan simples que no parecen siquiera necesarios, e incluso podríamos decir que son intrascendentes. Algunos de los hechizos mágicos permiten generar objetos o encontrarlos más fácilmente por el mapa. Pero, repetimos, todo parece carecer de sentido al final, hasta el punto de que llegamos a pasarlos totalmente por alto.

Otro problema grave con el combate son los tipos de enemigos. Dada su limitación, a lo largo de toda la trama nos las veremos con alrededor de diez enemigos únicos, siendo la mayoría iguales entre sí, pero de distinto color. Esto resulta en una pobreza de variedad palpable. Y esta pobreza se extiende a los ataques, dado que a pesar de existir diferencias en el combate entre unos enemigos y otros, al final todos los ataques serán parecidos y las diferencias tan pequeñas que no tendremos que cambiar apenas la manera de afrontarlos.

Monkey King: Hero is Back al menos cuenta con peleas en las que nos enfrentaremos a jefes únicos entre sí. Contarán con ataques en cadena distintivos, por lo que serán adversarios más interesantes que los enemigos normales. Esto no quita que las peleas sigan siendo tan asequibles que en vez de verlos como un reto, los veamos como un obstáculo más en el camino. De hecho, y para que os hagáis una idea de lo simplonas que son estas peleas os contaremos algo: si recordáis bien, podremos recoger objetos en el campo de batalla, y usándolos haremos más daño. Cuando Dasheng porta un objeto, su movimiento es más lento ya que el peso le ralentiza. Pues ni así conseguimos hacer que las peleas fuesen un reto, ya que las secuencias de ataque de los jefes son tan básicas que les resulta imposible llegar a atacarnos.

En un título tan centrado en las artes marciales y el combate no es comprensible que todo sea tan lento, y el hecho de incluir un montón de pantallas de carga no ayuda a agilizar las cosas. No llegamos a comprender por qué son tan numerosas. Y no hablamos de cambiar de área, sino que las encontraremos hasta para entrar en edificios de una sola habitación o trepar escaleras. Mala optimización.

Aparte del combate, Monkey King: Hero is Back despliega una variedad limitada de mecánicas RPG: recoger materiales, recolectar experiencia o encontrar coleccionables que mejoren las destrezas de Dasheng. Esto implica que habrá que obtener plantas y materiales a lo largo de los niveles para intercambiarlos por objetos de curación. Los enemigos nos darán esta experiencia y materiales una vez que los derrotemos, y podremos usarlos para comprar y mejorar las habilidades mágicas de Dasheng siempre y cuando las hayamos desbloqueado antes.
Los coleccionables ofrecen incentivos únicos y adoptarán distintas formas: pergaminos y papeles nos otorgarán acceso a más información de la trama, mientras que los Dioses de Tierra nos permitirán incrementar la salud o el maná de Dasheng. Obviamente éstos últimos serán los más preciados, y por tanto estarán mejor escondidos. La variedad que otorgan las mecánicas de RPG añade un nivel de profundidad extra al título, pero gastar nuestro tiempo recogiendo flores o recolectando minerales variados no es algo que buscáramos cuando nos embarcamos en la aventura de un Dios Mono que tiene el poder de pelear contra los dioses.

Una parte genuinamente buena de la experiencia es el apartado visual. Monkey King: Hero is Back tiene algunas pegas, pero al menos se disfrutan sus gráficos. Es una pena que el juego acabe siendo repetitivo por las mecánicas mal implementadas, o las innumerables pantallas de carga que acaban aburriendo hasta a la persona más paciente del mundo. Las peleas son aburridas, repetitivas y no necesitas nada de habilidad para superarlas, y si encima le añadimos la limitada cantidad de enemigos pues apaga y vámonos. Incluso teniendo en cuenta las mecánicas de RPG y el nivel de profundidad que añaden, el juego sigue siendo una causa perdida. Monkey King: Hero is Back tiene las apariencias, sí, pero ahí se queda todo. Una pena que el resto del juego no cumpla las expectativas.