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Análisis de Isonzo

Tras los estrenos de Verdun y Tannenberg, Blackmill Games está de vuelta con la tercera entrega de su serie de shooters ambientados en la Primera Guerra Mundial.

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Los juegos basados en las guerras mundiales no son nada fuera de lo común en los shooter. Tanto Call of Duty (recientemente con Vanguard y Warzone Caldera) y Battlefield han pasado por ellas, esta última con títulos relativamente recientes como Battlefield 1 y Battlefield V. También nos encontramos con otros juegos no tan conocidos pero con la misma temática tales como Enliste, Hell Let Loose e incluso las duras aventuras de estilo más narrativo de Sniper Elite. El asunto es que la Primera y Segunda Guerra Mundial ya han sido glorificadas en formato de videojuego innumerables veces y lograr hacer algo que realmente destaque entre este panorama es un desafío.

Blackmill Games ha estado haciéndole frente a este desafío durante los últimos años creando una serie de shooters ambientados en la Primera Guerra Mundial, basados en partes específicas del conflicto global. En 2015 Verdun exploró el frente oeste y fue titulado así por la batalla de Verdún de 1916; más tarde, en 2019, Tannenberg se centró en el frente este, específicamente en la batalla de 1914 que le da título. Ahora ha llegado la tercera entrega de la serie que viene con un nombre ligado al frente italiano de la Gran Guerra. Bienvenidos a Isonzo.

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No creo que sea necesario detallar la dinámica de los juegos de disparos para explicar cómo funciona Isonzo, porque todo es francamente muy similar en este frente. Tú, como parte de un enorme grupo de jugadores, tendrás que defender o capturar puntos estratégicos repartidos por un extenso mapa para hacerte con la victoria. La principal diferencia entre este título y otros juegos similares como Call of Duty o Battlefield es que Isonzo centra su atención en el punto de vista de la infantería y presume de ser más realista. Lo que quiero decir es que no serás aniquilado por un piloto intocable que sobrevuela a kilómetros de distancia el campo de batalla en avión, ni tampoco te encontrarás corriendo a toda velocidad como si fueses un fornido súpersoldado que no siente el agotador abrazo del ácido láctico corriendo por sus venas. No, serás más lento, tendrás que tomarte tu tiempo y seguramente morirás en cuanto recibas un tiro. Y tendrás que lidiar con todo esto mientras cruzas las rocosas montañas del paisaje italiano.

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Según mi experiencia con Isonzo, este estilo de juego le añade mucha importancia a cada movimiento que hagas. Da una sensación más seria, más real, más viva que muchos shooters del mercado, pero al mismo tiempo su enfoque tan estricto implica que no hay mucha más profundidad en lo que ofrece. Desde luego que su sistema de disparos es de lo mejor, optimizado y preciso, pero solo aguantarás unas cuantas horas en la trinchera disparando a hostiles que cargan hacia ti antes de que te entren ganas de saltar a sembrar el caos montado en tanque o a caballo. Este es un juego hecho y diseñado para aquellos que busquen un acercamiento más realista a la guerra. No se puede negar.

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Así pues, mirando simplemente la dinámica de juego y como se desenvuelve Isonzo, no hay mucho más que añadir. Si eres parte del público de este estilo de juego de disparos, a medio camino entre el más ridículo Battlefield 1 y el casi abrumadoramente realista Hell Let Loose, este juego es para ti. Si no, te sugiero que mantengas el dedo en el gatillo con los auténticos clásicos. Pero lamentablemente no es tan simple, hasta ahora hay algunos elementos de Isonzo que me han frustrado un poco.

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El problema tiene que ver principalmente con la progresión, que parece requerir demasiado tiempo al jugador. Hay seis clases jugables, cada una de las cuales puede hacer cosas incrementalmente únicas. Por ejemplo, los oficiales pueden pedir paquetes de apoyo letales como gas mostaza o bombardeos y las unidades de asalto están designadas a cargar y reclamar objetivos poniendo sus vidas en juego. Cada clase puede usar distintas armas y equipo y puedes desbloquear nuevos objetos subiendo de nivel cada clase, lo que parece llevar mucho, mucho tiempo. Si solo tienes que avanzar uno o dos rangos para conseguir nuevo equipo no supone un gran problema, pero para conseguir el arma final de cada clase necesitarás llegar hasta el rango 20, y probablemente solo consigas una o dos armas nuevas por el camino. Básicamente no hay mucha variación en la personalización, algo decepcionante teniendo en cuenta que parecía tratarse de uno de sus puntos focales.

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Dicho esto, los campos de batalla son muy variados y el equipo de Blackmill ha hecho un esfuerzo épico tratando de hacerlo lo más épico posible conectando ambientaciones reales con lo que podemos ver en el juego. También es un juego muy bonito, algo fantástico ya que Italia cuenta con paisajes espectaculares que Isonzo recrea muy bien.

Pero hablando en términos generales, no puedo ser caprichoso y deciros que Isonzo supone una enorme mejora o un enfoque único del género shooter, porque no lo es. No es un mal shooter en absoluto, pero a veces parece muy básico y un poco agotador en cuanto a su progresión. Es un buen juego, pero probablemente no vaya a competir en lo más alto de los shooters.

07 Gamereactor España
7 / 10
+
Físicas y jugabilidad de shooter brillantes. El diseño del mapa es genial. Visualmente impactante. El enfoque de la infantería tiene sus puntos fuertes.
-
La progresión se vuelve pesada rápidamente. Se siente un poco escaso en algunas partes. Un shooter demasiado genérico.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Ben Lyons

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