Análisis de AR-K: La Gran Evasión

Hablar de proyectos españoles en la industria del videojuego es algo que no se antoja tan habitual como nos gustaría. Siempre hemos creído que nuestro país está repleto de gente con muchísimo talento y que se podrían hacer grandes obras que triunfasen en todo el mundo. Los puristas siguen anclados en la ya mítica Edad de Oro del software español, mientras que los neófitos exigen demasiado a las producciones que van llegando a cuentagotas al mercado, ya sean AAA como Castlevania Lords of Shadow o la franquicia Runaway, o propuestas más sencillas y extremadamente divertidas como Zombie Panic in Wonderland o Los Ríos de Alice. Pero por muchas trabas que se le quieran poner al desarrollo español, el gran talento de los estudios de desarrollo de nuestro país se va haciendo un hueco poco a poco en el mercado y demuestran al gran público que se pueden crear obras de gran calidad que hablen español.

Es el caso que nos ocupa, estamos ante la nueva obra del estudio gallego Gato Salvaje. Se trata de AR-K: La gran evasión, el tercer capítulo de su épica por episodios, que continúa las andanzas de Alicia Van Volish tras sus aventuras en Lo que la esfera se llevó (aunque preferimos el título original de Sexo, mentiras y trabajos de clase) y La chica que nunca estuvo allí. Como es lógico, los personajes han evolucionado a lo largo de la historia hasta llegar a los eventos de este tercer capítulo, del mismo modo que ha evolucionado el propio estudio. La curva ascendente de calidad de la franquicia es tan marcada que uno solo puede preguntarse dónde estará el límite de este estudio de desarrollo. En el primer capítulo pecaron un poco de la inexperiencia y candidez de un estudio que tenía grandes ideas pero no sabía cómo ponerlas en práctica adecuadamente. El segundo supuso un marcado paso adelante, aunque con una serie de limitaciones que hicieron que pasase bastante desapercibido. Pero este tercer capítulo es la confirmación de que estamos ante una franquicia con mucha vida por delante y a un estudio que puede llegar a hacerse un hueco en el panorama internacional.

La gran evasión es un título tan superior a los dos anteriores que las comparaciones más evidentes nos hacen pensar en los juegos clásicos de LucasArts de la década de los 90. Producciones cuidadas, detalladas, con historias elaboradas pero que no olvidaban sacar a relucir un gran sentido del humor. Exactamente igual que el título que los ocupa, que ha sabido aprender de los errores del pasado y fijarse en las grandes obras del género de las aventuras gráficas para ofrecernos su mejor cara. A grandes rasgos, se trata de la clásica aventura de apuntar con el ratón, hacer clic, resolver puzles, hablar con personajes, obtener pistas, interactuar con el entorno e ir avanzando poco a poco durante las algo más de 3 horas que dura este episodio.

Los puzles son mucho más elaborados y divertidos que en entregas anteriores, el guión es mucho más interesante y está mucho mejor hilado (con algún que otro giro argumental que no está del todo bien conseguido) y, en general, toda la aventura permite sumergirse en el universo del juego y dejarse llevar por las excelencias de una de las aventuras gráficas más divertidas que se pueden encontrar en el mercado en la actualidad. Eso sí, hay que ser conscientes de que los primeros minutos de juego se antojan un poco caóticos e incoherentes, al exigir al usuario saber mucho de los capítulos anteriores a la par que se intentan resumir los acontecimiento más importantes pero sin demasiado acierto, por lo que no es un juego del todo apto para nuevos usuarios. Es normal, ya que la gran historia de AR-K se expande a lo largo de varios capítulos y esta no es más que otra parada en un camino que promete seguir sorprendiéndonos en el futuro. Esperemos que, cuando hayan salido todos los capítulos, los chicos de Gato Salvaje se animen a sacarlos todos juntos para que resulte más fácil a los neófitos disfrutar de toda la aventura de principio a fin.

En definitiva, La gran evasión supone un gran paso adelante dentro de la franquicia y nos anima a esperar grandes cosas de las futuras obras de este estudio gallego. Una gran aventura gráfica, con mucho sentido del humor (como el icono del cubo de hielo en las conversaciones, que se va rompiendo a medida que "rompemos el hielo" con ese personaje), numerosas referencias a diferentes obras de ciencia ficción, guiños a otros juegos del género... Su mayor punto débil es un apartado gráfico que no es precisamente puntero, pero que cumple con solvencia su cometido de cara a dar vida a la historia que se nos narra. Ningún aficionado al género debería dejar pasar la oportunidad de descubrir el universo de AR-K, que tras unos inicios titubeantes, se asienta en nuestros ordenadores para quedarse.