"Profesional por el día, gamer por la noche". Esa es la idea con la que HP presentó el Accelerator de OMEN, un compañero de tu portátil que le espera en el escritorio para convertirlo en un PC de gaming mucho más competente. Y como teníamos a mano un laptop de gama media al que justo le faltaba un empujoncito para mover sin apuros los juegos más exigentes, hemos pasado unos días en compañía de esta idea que más de uno os habréis planteado.
Se trata de un aparato grande, casi del tamaño de una torre de PC compacta. Necesita por tanto de bastante espacio sobre la mesa, y además su disposición girada 90 grados no ayuda a aprovechar los huecos. Desde luego no está pensado para ser transportable, sino, como decíamos, para esperar en casa. Olvídate de llevarlo en la mochila con el portátil. Tiene diseño "gamer" pero no demasiado estridente, con el logo de Omen en el frontal iluminado en rojo y acabado en imitación de fibra de carbono. Bien construido, con ventana en el lateral para poder contemplar tu tarjeta gráfica cuando quieras. La parte superior se desmonta con facilidad con solo tirar de una pestaña, pudiendo así acceder al interior.
Las conexiones de la carcasa son lógicamente iguales para cualquier usuario, pero lo que realmente potencia la partida son los componentes que le acoples (no incluidos de serie). Así venía nuestra unidad de pruebas:
Hay que aclarar que la carcasa no dispone de interruptor de encendido o apagado, lo hace automáticamente cuando detecta que se ha conectado a un ordenador.
Es así, literalmente, plug and play. Solo hay que enchufar el cable de corriente, un cable HDMI a la gráfica y al monitor y el cable Thunderbolt 3 a los respectivos puertos con esta tecnología del portátil y del Accelerator. El cable Thunderbolt es bastante corto, por lo que hace falta disponer de sitio al lado del Omen Accelerator para colocar el portátil cerca. Tras conectarlo todo el ordenador tarda unos minutos en prepararse, instalado drivers y configurándose.
Finalmente el monitor cobra vida y... lo primero que nos advierte el software de Thunderbolt del portátil es que las GPUs externas no están soportadas. Pero todo parece funcionar, así que no vamos a desanimarnos. De hecho, la nueva tarjeta gráfica aparece correctamente en el administrador de dispositivos. No hay que instalar nada, en nuestro caso funciona con los drivers de Nvidia que ya estaban instalados para la gráfica dedicada.
En cuanto al suministro de energía, el cable Thunderbolt también es capaz de proporcionar algo de energía al portátil, pero no la suficiente para este modelo, solamente 60W. El software del ordenador advierte de esto, y recomienda enchufar el cargador para disponer de los 130W completos. Aun así, no esta mal y es bastante sencillo; son solo dos cables que enchufar cuando llegas a casa con tu portátil y ya tienes la gráfica, almacenamiento externo, teclado, ratón y monitor listos para usar.
En todos los juegos con los que la hemos probado nos ha permitido configurar los gráficos a un nivel y resoluciones considerablemente más altos que con la gráfica del portátil. Pasamos de ponerlo todo a valores medios de calidad y nada de antialiasing a calidad ultra y sin problemas para utilizar antialiasing MSAA en la mayoría de los casos. La experiencia de juego es fluida, sin pérdidas de frames.
El procesador también va mas desahogado, puesto que tiene el disipador y ventiladores del portátil para él solo ya que la GTX 1050 está descansando. Aunque los ventiladores de la gráfica y la fuente de alimentación del Omen Accelerator hacen algo de ruido, no es nada molesto comparado con el volumen que alcanzan los del portátil.
Sin embargo la advertencia que vimos al principio de que el portátil no soporta gráficas externas no era baladí: esta combinación de portatil y eGPU no parece ser muy estable, echándonos en algunas ocasiones del juego y colgando el equipo completamente en otras. También hay que ser cuidadoso a la hora de conectarlo o desconectarlo: es mejor que el portátil esté encendido o nos arriesgamos a tener que reiniciar el equipo. Dicho esto, justo unos días después de terminar las pruebas del Accelerator, Dell sacó una actualización del firmware de la controladora Thunderbolt de este modelo de portátil, que añadió soporte oficial para eGPUs. No descartamos que la mayoría de estos problemas se hayan solucionado.
Como apreciación adicional por si pensáis hacerlo con vuestro equipo, solo hemos probado esta combinación con el monitor externo, ya que para jugar en la propia pantalla del portátil habría que mandar la imagen de vuelta a través del cable Thunderbolt y dadas las limitaciones de ancho de banda del Thunderbolt del Dell eso supone un problema.
Si bien la experiencia de juego con distintos títulos se ha visto ampliamente mejorada, estos valores no son espectaculares, incluso teniendo en cuenta la pérdida de rendimiento que supone usar una gráfica externa. Quizá el tiempo vaya puliendo cuestiones de compatibilidad y ancho de banda como las arriba expuestas.
En conclusión, lo cierto es que esta idea, cuando funciona, es genial: te olvidas de los problemas de rendimiento de tu portátil incluso poniendo todas las opciones gráficas de los juegos casi a tope. Dicho esto, hoy por hoy el HP Omen Accelerator arrastra dos peros: el enorme tamaño que ocupa en tu espacio de juego (teniendo en cuenta que hay que colocar el portátil a su lado) y el alto precio de venta al público, que si bien se alinea con la calidad de la línea Omen, solo compensa a quien pretenda montar una gráfica de gama alta (no tiene mucho sentido hacerlo para ponerle por ejemplo una GTX 1050 ó 1060 que van a costar menos que el propio Accelerator).
En teoría es una gran idea: compras un portátil con Thunderbolt 3, una caja como el Acelerador de HP Omen y una tarjeta gráfica y tienes lo mejor de los dos mundos (portabilidad y potencia para jugar), al menos en casa. En la práctica acaba saliendo bastante caro. Un problema es que hasta hace no mucho Thunderbolt 3 solo podíamos encontrarlo en portátiles de gama alta (de 1.000€ en adelante), aunque esto debería cambiar ya que Intel (responsable de Thunderbolt 3) redujo el año pasado el coste de la licencia para incluir este puerto. Esta falta de portátiles hace que el mercado de las eGPUs sea aún de nicho, por lo que este tipo de dispositivos no son baratos. Finalmente debemos estar dispuestos a asumir la perdida de rendimiento respecto a un PC de sobremesa, entre 20 y 30% para la tarjeta gráfica, mas el posible cuello de botella que nos puede causar el procesador del portátil, que no será tan potente. Al final a mucha gente le podría compensar más comprar un portátil de gama más baja e invertir el resto del dinero en un segundo equipo para jugar en casa o directamente hacerse con un portátil gaming con una gráfica más potente. Pero si ya disponéis de un portátil compatible, como veis es una opción a considerar.