De polémica en polémica: ¿Por qué los eSports deben madurar?

Si eres seguidor de la Overwatch League, o de los eSports en general, habrás visto que no han sido pocos los casos en los que los organizadores de los torneos como, por ejemplo, Blizzard, han tenido que expulsar a jugadores por comportamientos polémicos tales como usar ciertos emoticonos de Twitch, hacer comentarios desafortunados en directo o tener una conducta inadecuada fuera de la competición. Todo esto nos lleva a plantearnos la cuestión de la responsabilidad en los eSports y de si las personas involucradas en ellos (jugadores, casters o quien sea) deben esforzarse más en dar un buen ejemplo ante la comunidad y los aficionados.

No vamos a decir que este sea un problema exclusivo de los deportes electrónicos, porque no es así. En los deportes tradicionales como el fútbol también se han producido siempre numerosas polémicas, ya sean dentro del campo, como el incidente entre Luis Suárez y Patrice Evra en 2011; o fuera de él, como el episodio de los jugadores del West Bromwich Gareth Barry, Jonny Evans, Jake Livermore y Boaz Myhill con un taxi en Barcelona este mismo año. Todo el mundo comete errores, y en el mundo del fútbol se pagan mediante la expulsión o recurriendo a medidas legales, tal y como ocurre en otros deportes como el fútbol americano, el rugby o el cricket.

Una de las principales diferencias de estos deportes con los eSports radica en la presencia de los streamers en la comunidad. Si nos fijamos en algunas de las últimas polémicas —la expulsión del jugador de Overwatch Félix 'xQc' Lengyel por el uso racista de un emoticono de Twitch; los insultos racistas del comentarista de CS:GO Matthew 'Sadokist' Trivett durante una partida de PUBG; o los del jugador también de CS:GO Nils 'k1to' Gruhne dirigidos a su contrincante João 'felps' Vasconcellos— podemos ver que todos ocurrieron durante los streams, donde lo que se dice no se puede borrar ni editar, como bien saben también otros personajes que no pertenecen al mundo de los eSports tales como el youtuber Felix 'PewDiePie' Kjellberg. Esta circunstancia provoca que se originen todo tipo de polémicas cada vez que se produce un incidente y se toman las medidas necesarias, lo que casi siempre desemboca en la indignación de la comunidad y en las consiguientes expulsiones.

También hay que decir que, aunque las estrellas de los deportes suelen ser bastante jóvenes, en el caso de los eSports casi todos los profesionales tienen menos de 25 años. No es nuestra intención generalizar y decir que todos los jóvenes toman decisiones desafortunadas porque no es verdad, pero sí es cierto que si te colocan en el punto de mira a esa edad lo más probable es que no seas consciente de la repercusión que tienen tus actos, sobre todo en cuanto a las consecuencias de los comentarios polémicos. Todos hemos dicho cosas que no nos representan en nuestra juventud, pero si hay un gran número de personas observándote, hasta el comentario más pequeño puede tener graves consecuencias.

Así que, por una parte, como hemos dicho, los profesionales están frente a la opinión pública durante mucho tiempo siendo analizados al detalle, y, por otra, la mayoría de ellos no tiene ninguna formación en medios de comunicación. La unión de ambos factores da lugar al escenario perfecto para la polémica, y la verdad es que, viéndolo a posteriori, estaba claro que iba a pasar. En el caso de los deportes tradicionales, por lo general, los profesionales sí han tenido esta formación de la que hablamos, lo que quiere decir que saben lo que pueden decir y lo que no delante de una cámara, mientras que en los eSports esto prácticamente no existe, por lo que la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto no está tan definida.

"Estamos ante una generación, y me refiero especialmente a los jugadores y a los aficionados, que ha perdido los conceptos de privacidad y de filtro", nos dijo el miembro de la eSports Integrity Coalition (ESIC) Ian Smith en la entrevista que os ofrecemos en vídeo entre líneas. "Por mi experiencia en los deportes tradicionales, puedo decir que una de las mejores cosas que nos dieron los medios de comunicación fueron los filtros, el plantearnos cosas como '¿De verdad quieres decir esto?' [...] En los eSports esto no existe. Los chicos tienen un contacto muy directo con su audiencia y a veces dicen cosas terribles y estúpidas. Normalmente no es con maldad, son solo estupideces, pero en mi opinión, si yo llevara un equipo profesional [...] una de las cosas totalmente indispensables sería la formación en medios de mis jugadores, porque no permitiría que tiraran por el suelo la reputación de mi marca diciendo tonterías".

Está claro que cada uno, si ya es adulto, tiene que saber lo que se puede decir y lo que no, pero en muchos torneos estaría bien que se estableciera una serie de normas inquebrantables para dejar claro lo que no se va a tolerar de ninguna manera, sobre todo en lo que se refiere a la comunicación con otras personas a través de plataformas como Twitch o incluso Twitter, donde los mensajes directos se pueden filtrar fácilmente, como en el caso del jugador de Overwatch DreamKazper. Si no se hace algo así continuarán las expulsiones, y gran parte de la culpa la tienen los propios organizadores de las competiciones.

La OWL, por ejemplo, ha hecho un buen trabajo asegurándose de que todo aquel que no acate las normas pague las consecuencias. Es cierto que durante los primeros meses había bastante confusión en cuanto al reglamento, pero Blizzard ha asegurado que todos los jugadores cuentan con una copia del mismo desde la creación de la liga y que las reglas están en constante evolución en función de los comentarios de los jugadores. Esto significa que todos saben cuándo pueden ser expulsados, lo que a su vez lleva a que se pidan más disculpas, incluso por cosas como chocarse con los jugadores de otro equipo. Las reglas tienen que estar claras, sobre todo para los jugadores más jóvenes que comienzan a competir a nivel profesional y a ser el centro de atención. Es una acción muy sencilla que seguro que ayuda a la hora de mejorar la conducta de los jugadores en las próximas temporadas, que ya sabrán perfectamente lo que está permitido y lo que no.

La ya mencionada ESIC es una de las asociaciones que trabaja para mejorar los eSports no solo en cuanto a la expulsión de los jugadores con comportamientos polémicos, sino también en cuanto a hacer que las normas sean más claras y a acabar con problemas como los amaños o el dopaje. Aunque no es una autoridad con influencia en todos los deportes electrónicos y competiciones, este tipo de asociaciones y las medidas que promulgan sirven para que poco a poco los profesionales de los eSports sean conscientes de los riesgos a los que se enfrentan, así como para educar a los equipos, a los organizadores y a los propios jugadores.

¿Por qué es todo esto tan importante? No es solo porque los jugadores vayan a enfrentarse a las consecuencias derivadas de no cumplir las normas y crear controversias, ni porque se vaya a dañar la reputación de los equipos y las organizaciones. Lo más importante es que los eSports atraen a muchísima gente joven que busca cada vez más involucrarse en este ámbito, por lo que el comportamiento de sus modelos a seguir es muy importante. Un stream de Twitch lo puede ver cualquiera, lo que quiere decir que cualquiera puede escuchar todos los comentarios que se hacen. Si las estrellas de estos deportes tienen una reputación de maleducados e inmaduros, las esperanzas con respecto al futuro no pueden ser muy buenas.

Para acabar con una nota positiva, también tenemos que decir que hay muchas personas dentro del mundo de los eSports que dan un gran ejemplo de profesionalidad y altruismo, como por ejemplo el streamer de Fortnite Ninja, que organizó un torneo solidario con el objetivo de recaudar fondos para una buena causa; o Du 'NuckleDu' Dang, jugador de Street Fighter V, que donó la totalidad del premio que ganó en DreamHack Montreal a las víctimas del huracán Irma. Ambos ejemplos sirven para dejar claro que es posible usar la repercusión con la que cuentan estos profesionales de una forma positiva, y que el hecho de estar constantemente en directo no tiene por qué significar que te vayan a pillar diciendo algo malo.

Incluso el propio organizador de los torneos de League of Legends, Riot Games, consiguió recaudar más de dos millones de dólares para causas benéficas en la fase previa al Campeonato Mundial del año pasado, por lo que está claro que cualquier persona o entidad involucrada en los eSports puede dar buen ejemplo. Si se consigue hacer mayor hincapié en la responsabilidad personal de cada uno, en la importancia de la buena conducta de los jugadores, y además se hace entender a los organizadores que el compromiso más importante a la hora de dar ejemplo lo tienen ellos, lograremos unos eSports con jugadores mucho más profesionales, tanto en la competición como cuando estén jugando tranquilamente en sus casas.

Cuanto más crezcan los eSports y sigan incorporándose nuevas marcas y patrocinadores, menos se van a tolerar los comportamientos inadecuados y más perjudicial va a ser para estos deportes cada incidente que ocurra. La única forma de acabar con ello es seguir tomando medidas y dejar claro que no se van a tolerar este tipo de conductas de ninguna manera. Sin duda, hay mucho que aprender de los deportes tradicionales, pero más allá de eso es necesario realizar un esfuerzo conjunto entre los equipos y los organizadores para limpiar la imagen de los eSports. Ser joven e inexperto no es una excusa, porque como ya dijo alguien muy sabio, "un gran poder conlleva una gran responsabilidad".