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Hyrule Warriors

Hyrule Warriors - impresiones E3

En el universo de Zelda, la serie de batallas contra ejércitos de Omega Force por fin recibe un contexto que podemos entender todos.

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Dynasty Warriors sólo necesitaba el contexto adecuado para venderse a una audiencia más amplia.

La franquicia multi-generacional ha ido pasando por una barbaridad de sistemas contando -y recontando- su visión fantástica de la historia de los Tres Reinos de China, en un extenso culebrón que lleva muchos años enfrentando palabras y espadas. Pero con el sistema de juego estancado, siempre era la trama argumental entre los personajes y héroes la que dirigía la acción. Por lo tanto, si la historia no te resultaba familiar, encontrabas poco más que el aporreo de botones necesario para enfrentar a tu combatiente contra ejércitos enteros. Él o ella solitos.

La premisa ha contado con reajustes y mejoras graduales durante los diecisiete años que han pasado desde el original, pero con un vistazo general sigue pareciendo prácticamente lo mismo. Cada campaña consiste en una multitud de áreas interconectadas con un 'hub' central, en las que cargas contra los enemigos y repartes tu tiempo entre los distintos puntos estratégicos en los que los aliados necesitan protección, los rivales clave necesitan un desafío a la altura y una derrota, o hay que forzar el retroceso de un pelotón para no perder la zona. La idea principal: salvar a los amigos y el reino, convertirte en una leyenda.

La franquicia también ha disfrutado de un éxito moderado en occidente, pero Tecmo Koei ha decidido en los últimos años ramificarla ingeniosamente, colocando adaptaciones licenciadas sobre la sólida plantilla de juego para atraer a más jugadores. Así que hemos visto robots espaciales combatiendo en Gundam o peleas a puñetazos en el apocalipsis del futuro de Fist of the North Star. Incluso un One Piece de mamporros. Los fans de estas series se adentran en un gameplay diferente mientras se lo van filtrando por un contexto que conocen y disfrutan.

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Hyrule Warriors

Pero hasta esos títulos son de culto cuando los comparas con el renombre de la serie The Legend of Zelda. Estamos hablando de un contexto accesible para un público mucho mayor; todos entendemos de qué va defender el Castillo de Hyrule, rescatar a la princesa Zelda; son tareas bien grabadas en nuestra conciencia colectiva de jugadores. Ya llevamos años blandiendo Espadas Maestras, defendiéndonos con escudos hylianos, usando ítemes en combate, cargando medidores de magia. Ambientación y propuesta familiar, y ahora condiciones diferentes.

Por todo esto, este nuevo revestimiento provoca que nos pique mucho más la curiosidad para probar el matrimonio entre las dos series. Jugamos la demo de un nivel disponible como parte del tour E3 2014 de Nintendo. Volvimos a jugar un par de veces a la misma pantalla, para llevarnos una sensación mejor formada del combate, las mecánicas y los distintos luchadores: Link y una Princesa Zelda guerrera que no se apaña nada mal por su cuenta.

Aquí vemos la misma cámara en tercera persona de ambas series, pero el control más suelto de Warriors. Link tiene su voltereta lateral, su escudo para defenderse, pero tras unos segundos corriendo en cualquier dirección, adquiere un impulso adicional, un empujón. Parece más un Sonic que un guerrero cargado de armas, y esta nueva 'need for speed' de la que hace gala sirve para atravesar la campiña de Hyrule lo más rápido posible.

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Un mini-mapa en la esquina superior izquierda de la pantalla deja una idea de la disposición del nivel, con múltiples áreas de 'hub' interconectadas por caminos y puentes, y unas X flasheando que indican dónde cae la siguiente misión. Puedes correr libremente más o menos donde quieras, y liarte a tajos contra las hordas de Moblin que surgen por doquier cual enjambres.

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Pero deberás prestar atención a esos objetivos de misión; un evento guiado por la historia que acontece, un jefe que hay que derribar, una mazmorra por explorar. El juego maneja la urgencia con buen ritmo. Dos décadas de acondicionamiento nos ponen con pies en polvorosa cuando vemos las palabras "Zelda is in danger" en medio de la pantalla. Pese al frenesí, tienes que regresar a los Zelda de NES y SNES para recordar que no hace falta cargarse a todos y cada uno de los enemigos en pantalla para avanzar; sólo los relacionados con la misión.

Y la pantalla no deja de moverse, los campos de Hyrule están repletos de Moblins, soldados reales y guerreros Goron, presentando una decente aproximación de dos ejércitos en guerra cuanto menos te fijas en lo que están haciendo realmente. Porque si te paras y te fijas, parece una extraña cita de solterones en el pub del barrio, con los PNJ pasando unos al lado de otros y mirando pasmados hacia una distancia media. Sólo falta cambiar las lanzas por tercios de cerveza.

Pero estos combatientes sin rostro amasados hacen principalmente de detalle al fondo para dar la ilusión de una invasión pura y dura, y el bando enemigo se aprovecha principalmente para practicar los combos e ir cargando gradualmente tu medidor de ataque especial con cada golpe acertado, para luego liberarlo con un impacto mucho mayor. Lo mejor es guardarlo para los choques de verdad, como contra los Lizalfos (donde el botón de Z-targeting, que vuelve para este juego, te permite colarte a su espalda cuando escupen fuego para acertar en su punto débil), los jefes Moblin que defienden fortalezas clave por recapturar o el jefe final de la demo, el familiar Rey Dodongo.

Para cargarse a este legendario Rey en 2014 tienes que hacer lo mismo que hace 16 años; colarle bombas en su bocaza abierta y luego atacar cuando la indigestión resultante le tumba durante unos segundos. Como pasa con otros juegos de Zelda, armas adicionales de combate se van encontrando en los viajes, y se puede cambiar entre ellas pulsando la cruceta digital.

Sin embargo, en un cambio claro respecto al legado de Zelda, para encontrar este arsenal no hay que superar un elaborado reto de puzles. Para las bombas nos guiaron en el mapa, pasando a toda velocidad por una 'mazmorra' (en realidad era bajar una escalera) y sacándolas del cofre del tesoro de turno. Para mantener el alto ritmo de juego, el Link de Hyrule Warriors puede lanzar estos explosivos redondos tan rápido como puedas aporrear el botón correspondiente, dejando una manta de bombas que afecta a todo el que pille. Incluso hay una mejora de corta duración que te deja lanzar una mega-bomba de gran tamaño, genial para los jefes.

En la demo recibimos un generoso suministro de corazones de vida, y más se pueden sacar fácilmente de los enemigos caídos, quienes también dejan caer rupias (ya veremos qué podemos comprar con ellas) y frascos de magia para recargar el medidor. Con él puedes usar el Focus Spirit, ya sea para potenciar tus estadísticas un rato o para emplear un poderoso ataque especial.

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Es divertido juguetear con los ataques, y al final de la demo descubrimos mucho mejor su alcance real. Cada personaje cuenta con un pequeño número de armas que se puede llevar al campo de batalla, cada una con diferentes sensaciones y rango. Probamos con Link dos veces; una con la Espada Maestra y otra con el Cetro de Fuego. Con la hoja, el héroe de Hyrule puede ser más ligero con los pies, encadenar ataques más rápido o hacer un impulso que empuja a los enemigos, aparte de saltar y golpear al caer. Pero pese a ser más pesada de blandir, la vara parece tener actualmente más opciones de combate, con disparos de área, ganchos de fuego y un ataque a lo lanzallamas semi-controlado.

En nuestra tercera partida optamos por Zelda. La princesa sólo tiene acceso a un florete por el momento, pero también cuenta con un arco y flechas para la larga distancia, pudiendo disparar hasta tres veces seguidas, con cada disparo haciendo que salte más alto hacia el cielo y que aumente el área de daño.

Salimos de la sesión muy contentos con lo experimentado. No encontramos nada revolucionario en el concepto, pero al menos el contexto nos dejó no sólo una nueva entrada al universo Dynasty Warriors, sino también la posibilidad de disfrutar de una experiencia Zelda muy centrada en el combate, de las que sólo catamos en pequeñas porciones con la serie Super Smash Bros.. Si bien los gráficos no son tan finos o ricos en detalle como otros relanzamientos HD que hemos visto en Wii U, valoraremos el juego completo cuando salga en septiembre. Como poco, sabemos que este será el primer juego de Dynasty Warriors que tendrá cola en la redacción para analizar.

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