The Walking Dead: Survival Instinct - impresiones

Glenn Gamble es el manitas de Terminal Reality. Hace efectos especiales y también firma la historia que relatará The Walking Dead: Survival Instinct. El alegre tipo americano podría ser el más indicado para afrontar la complicada tarea de convertir esta licencia de éxito descomunal en un decente videojuego de acción. A lo mejor hasta dan con algo aún más grande.

El juego sigue la historia de los hermanos Merle y Daryl Dixon, dos supervivientes con un papel muy importante en la serie. Gamble confiesa que se pasaron unos días 'troleando' en los foros durante la fase de pre-producción para descubrir qué buscaban los fans. De esa forma advirtieron que se trataba exactamente de lo que también querían Terminal Reality y la licenciataria AMC. Gamble no nos dijo exactamente cuál era esa clave ni cómo será todo al final, pero sí que nos dejó ver algunas escenas.

El héroe actual de la serie Rick Grimes se encuentra en estado de coma durante la trama del título que publicará Activision. De esta forma, hace de especie de 'precuela' de la primera temporada de la serie que en España emite La Sexta. La experiencia se sitúa por tanto en el estado norteamericano de Georgia, con los dos hermanos camino de la zona segura. Esta zona sureña ofrece sol, calor y humedad. Pasaremos por pequeños pueblos o disfrutaremos de bellas escenas rurales.

The Walking Dead: Survival Instinct es un juego de acción clásica a la hora de emplear la vista en primera persona. Para conseguir un look de lo más auténtico, el estudio puso a un equipo a recorrer los bosques con cámara GoPro. También invirtieron parte de los dólares de producción en sesiones de captura de movimientos en la que los actores trituraban almohadas y cojines para imitar a los glotones zombis. Finalmente, los sonidos se han hecho en casa, por ejemplo cortando sandías. No está mal, pero no es nada fuera de lo normal hoy en día.

El juego es convencional en su aspecto visual. A veces la cámara se acerca demasiado y evita una buena perspectiva, de modo que estás obligado una y otra vez a quedarte sin ángulo por culpa del escenario. Gamble avisa: hay que mirar alrededor constantemente y explorar la zona, pero es algo muy complicado cuando lo haces a la fuerza. Pese a esto, el estudio ha clavado la sensación incómoda de un fugitivo en un mundo hostil.

También está genial que los zombis supongan una amenaza real. Entrarán en juego miles y miles de variables, para que cada uno tenga una pinta diferente y se comporte de forma distinta. "Hacerlos estúpidos no es nada fácil", bromea Gamble en ese momento y lo subraya como el problema principal en la creación de muertos vivientes creíbles. Siempre buscan su delicioso alimento, y siempre lo hacen directamente. Por lo tanto, los zombis andantes perciben su entorno con gran determinación.

Así las cosas, hay que colarse sin ser visto para evitar alarmarlos, pues los Walkers tienen un oído muy fino. Hasta pueden olernos, ya que uno se pone chorreandito de sudor en un periquete con este calor y humedad (por ejemplo si te quedas esperando demasiado tiempo en un rincón). Y los que estén deseando usar la escopeta, las MG y compañía, deberían pensarlo dos veces. El ruido también atrae a más y más Walkers. Tres ya son multitud y una gran amenaza. Seis son un reto casi insalvable.

Los cuerpos aparentemente sin vida que aparecen por el suelo constantemente suelen esconder un último respiro en modo zombi. Además se generan aleatoriamente una y otra vez. Hasta los muertos vivientes aparecen de nuevo en otros puntos cuando vuelves a pasar o a intentarlo. Y los objetos también están en otros lugares, un pequeño detalle que aumenta la tensión.

A la hora de jugar es bastante directo. Hay que disparar o apañárselas en el combate cuerpo a cuerpo, con hacha o puñal. Pocos elementos del HUD aparecen en pantalla, incluyendo una brújula y la munición. Además, todo se puede apagar por completo. Durante una pelea, aparece una mirilla y unos botones especiales para realizar ejecuciones directas. De otro modo hay que decapitar a los zombis para poder acabar con ellos definitivamente. Incluso sin brazos ni piernas, seguirán intentando pegarte un bocado.

The Walking Dead: Survival Instinct presenta un mundo que no es abierto por completo. En lugar de eso, hay que coger el coche o la furgoneta para ir de misión en misión, siempre junto a los compañeros PNJ actuales, los supervivientes. La cantidad que pueden apuntarse al viaje dependen de las plazas del vehículo, y lo mismo ocurre con el equipaje y suministros, por lo que se trata de un factor a considerar. Si llegan al final del nivel estos supervivientes, salvados quedan.

Hay muchos supervivientes, como si pudiéramos salvarlos a todos de una misma pasada. Algunos únicamente pasan por ahí, otros se pueden utilizar de ayuda como en Assassin's Creed III y enviarlos a misiones para recolectar suministros o munición. Para una segunda o tercera partida, Gamble promete un considerable 'Game+' (juego extendido al acabarlo) que se libera encontrando reliquias otorgadas por salvar a ciertos supervivientes. Completar el juego una vez sólo dejará ver el 50% del juego, asegura el de Terminal Reality. En un momento, el mapa desplegado sobre el capó del vehículo usado par huir presenta muchas ramificaciones y caminos posibles. Y solo puedes coger uno.

Las referencias a la serie de TV de AMC son lógicamente primordiales para el equipo. El juego debe hacer sentir al jugador que está dentro de la serie. También debe expandir su universo ficticio. En el nivel Lemon Hill nos demostraron que lo están consiguiendo. El pueblo quiere celebrar sus fiestas veraniegas, pero lógicamente sale fatal. Ahora, 20 o 30 zombis acechan a la vuelta de la esquina en pleno centro. En este caso, lo mejor es pasar inadvertido. Lo mejor es tirar unas botellas de cristal encontradas antes hacia unos coches estrellados. Los ruidos captan la atención de los zombis durante unos momentos, lo que permite pasar corriendo sin olvidar recoger una botella de limonada por el camino para recuperar energías.

Si te coge un Walker, lo suyo es que lleves más de una limonada en el inventario, si es que llegas a sobrevivir a su ataque. Hay que pegarle varios tajos a cada zombi o conseguir una de las ejecuciones directas. Pasarás la hoja del cuchillo por sus ojos y les rebanarás el cráneo con el hacha. El pico acaba cubierto de sangre en un santiamén, y probablemente nunca le dé tiempo a secarse. Ni siquiera durante las breves escenas de corte desde la perspectiva en primera persona.

El hermano Merle Dixon propone recoger algunas cajas de dinamita, colocarlas en la iglesia del pueblo, subir a su torre y hacer de monaguillos de domingo. Los zombis llegan por todos lados y en gran cantidad, cuando una cerilla lanzada hacia la nave ilumina la fiesta.

El frenesí no para y la pareja huye a través de un cementerio zombi hacia el coche. Es el momento de las pistolas, porque los disparos quedan genial con las explosiones de la iglesia y estos zombis no son los más rápidos. Cualquiera que haya explorado el nivel anteriormente tiene una ventaja muy clara, porque esconde un montón de secretos. Los coches con puertas abiertas invitan a encontrar mejoras que deben liberarse primero encontrando las llave. Cada vehículo cuenta con su capacidad de combustible y de carga de mercancía y pasajeros. Pero no conducen los jugadores: esa parte es automática.

Todavía es complicado adelantar qué tal funcionará el concepto al final. The Walking Dead: Survival Instinct no será un fracaso total, eso ya queda claro. También que los gráficos no pasan de normalitos y que las misiones lineales no emocionan demasiado. Sin embargo, el espíritu de la serie de TV está ahí y sigue aportando facetas al universo. La única cuestión es saber cuán excitantes serán las luchas con los Walkers a la larga y cómo afectarán las decisiones respecto a los supervivientes.

The Walking Dead: Survival Instinct muestra otra cara de la lucrativa y enorme franquicia. Veremos cuántos fans de los millones con los que cuenta decidirán probarlo en Xbox 360, PS3, Wii U o PC. Mientras tanto, está claro que la fiebre zombi no se va a detener. Y también es cierto que con la versión final de DayZ a la vuelta de la esquina y con State of Decay en desarrollo para 2013, la competencia será tan insistente como los hambrientos zombis.