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The Elder Scrolls: Blades

The Elder Scrolls: Blades - impresiones

Probamos de primera mano, y nunca mejor dicho, este RPG para móviles que también se juega en vertical.

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Mentiríamos si dijéramos que Bethesda con convenció del todo cuando presentó The Elder Scrolls: Blades durante el pasado E3. ¿Un Elder Scrools en toda regla con sangre de Oblivision y Skyrim más mazmorras roguelike, multijugador online y una parte social con creación de ciudades para móviles? ¿Y además free-to-play? Sonaba demasiado bueno para ser cierto y con un tráiler era suficiente para que tragáramos, así que nos presentamos en QuakeCon 2018 con la intención de meterle mano y poner a prueba nuestros prejuicios. Pues quizá nos toque tragar.

La demo que nos ofrecieron contenía dos mazmorras bastante lineales que se llamaban bosque y castillo, ocultando todo lo que vaya más allá del gameplay puro, de la experiencia jugable y de control. No estaba disponible casi ninguna de las características rimbombantes de la presentación. Los controles táctiles son muy intuitivos gracias a su diseño en primera persona para móviles en posición vertical y una sola mano. Lo único que hay que hacer es tocar con un dedo como corresponda en cada caso, ya sea para avanzar, para mirar hacia los lados, para atacar con la espada, para hacer magias o para sacar el escudo. Así, el control táctil es muy intuitivo a pesar de no ofrecer la fluidez de un ratón y teclado o de un mando, y solo se complica un poco cuando hay que moverse y mirar a la vez. Por otro lado está el modo horizontal en el que ya sí se pueden usar las dos manos y se acaba con el problema.

Fueron dos misiones en las que nos vimos cara a cara con esqueletos armados, arañas gigantes y seres rata furiosos. No cuesta mucho cogerle el tranquillo al combate, porque aquí lo importante es coordinar el momento y la localización de los ataques con el timing de la defensa con escudo. Teníamos, además, dos conjuros para lanzar de vez en cuando en función de la carga de la barra de maná, un rayo de ataque y una armadura de ventisca. Lo que no nos ha gustado es el comportamiento automático de la cámara cuando hay una sucesión de enemigos porque da sensación de juego 'on rails' que le quita misterio.

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De lo que no tenemos queja es de cómo corría esta versión de Blades en el dispositivo que Bethesda utilizó, el iPhone X. Suave como la seda, con algunos efectos de iluminación impresionantes y entornos con muchos detalles. No notamos picos de rendimiento nunca, ni al pasar de pantalla en vertical a horizontal, uno de los factores que Howard nos vendió en el E3. Llegarán las comparaciones y comenzarán con el viejo Skyrim de 2011, y puede que ni siquiera pueda competir con él, pero no se puede negar que sus creadores han logrado capturar esa esencia Elder Scrolls en una pequeña pantalla para móvil.

The Elder Scrolls: Blades

De lo que no han querido hablar mucho es de cómo va a casar esa primera descarga gratuita con los micropagos que la complementan. Algo tiene que haber para monetizar y nos interesa saber si es contenido de juego o si solo son cosméticos, pero en la demo no había ni una pista con la que indagar. Lo que os podemos contar es que durante este pequeño viaje acumulamos unas cuantas monedas de oro y otras tantas esmeraldas, así que ya tenemos dos casos de dinero in-game. Viendo cómo ha evolucionado este sector en los últimos tiempos, esperamos que no esté muy ligado a armas, conjuros o armaduras para no influir en su multijugador JcJ.

Esa es otra de las cosas que estaban excluidas y que queríamos haber probado. The Elder Scrolls: Blades contará con tres modos de juego. La historia normal y corriente, que es lo que estuvimos probando, un multijugador online que permitirá a jugadores de todas las plataformas enfrentarse los unos a los otros y, por último y para darle aún más duración, un modo roguelike con niveles generados de forma procedimental llamado Abyss. Tenemos la sensación de que este último va a ser el que mejor pegue con la experiencia móvil de partidas cortas y en cualquier lugar. Eso de poder afrontar un reto diferente cada vez en mazmorras con sello de calidad Bethesda nos pone.

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También nos dijeron que Blades va a permitir personalizar el personaje de forma semejante a la de otros títulos de la serie, comenzando por la selección de la raza. Y aunque no lo veamos constantemente en pantalla, esperamos que eso ayude a meterse aún más en el papel. Otro aspecto del que han hablado pero no han enseñado nada es de las zonas urbanas, puntos en los que socializar y hablar con personajes PNJ para que te encarguen misiones y te entreguen recompensas, para ir a comprar a las tiendas o para establecer una base. Escuchándoles hablar suena a que será un RPG puro, grande, en el que pasar muchas horas si uno quiere, que además aporta la novedad de esas partidas cortas. Lo que queremos es que haya una buena transición entre todas esas partes y que no se quede en una merca cuestión de acumular opciones para vender más cantidad.

Ha sido una primera toma de contacto para un juego del que queda mucho que contar. Blades ya ha empezado a demostrar que tiene elementos que le permiten llevar el pesado nombre The Elder Scrolls sobre sus hombros, como el aspecto gráficos, pero aún quedan muchas dudas por resolver. Tanto del contenido y de esos otros modos de juego como de la forma de monetizar bajo esos primeros instantes free-to-play. No queda tanto para su estreno ya que The Elder Scrools: Blades llega a móviles este mismo otoño y ya hay opción a prerregistrarse. Más tarde lo hará a otras plataformas.

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