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Final Fantasy XIV: A Realm Reborn

Final Fantasy XIV: A Realm Reborn - impresiones

En lo que podría ser uno de los giros más extraños en la historia reciente de los videojuegos, Square Enix optó por rehacer FFXIV. Jugamos más de 30 horas...

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El juego nació como Rapture para Xbox 360, con la intención de convertirse en un MMORPG exclusivo para la consola, pero el tiempo pasó y el proyecto cayó por debajo de los radares hasta que volvió a ser anunciado en 2009 como Final Fantasy XIV, un juego para PC y PlayStation 3.

Ese movimiento podría haber puesto fin, perfectamente, al confuso desarrollo del juego, pero Square estaba pasando por varios baches y el período de beta fue recibido con duras críticas. Cuando el juego salió finalmente en 2010, le dieron caña por todos lados y su lanzamiento se recuerda ahora como un desastre. Square Enix se vio obligada a pedir disculpas a los fans y se abstuvo de cobrar una cuota mensual.

Tenían que compensar de alguna forma, pero cuando evaluaron la situación advirtieron que Final Fantasy XIV estaba en un estado tan terrible que en verdad no merecía la pena. La única solución viable era que, mientras un equipo trabajaba para que el juego funcionara lo más fluido posible para los jugadores que quedaban, a otro equipo se le asignaría la misión de rehacerlo con un motor nuevo y un nuevo enfoque de desarrollo que implicaba escuchar a la comunidad. Así es como renació FFXIV, en forma de A Realm Reborn.

Final Fantasy XIV: A Realm Reborn
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Probablemente suma bastante más a una de las producciones de videojuegos más caras de la historia (si cuentas todo el proceso como uno). Básicamente, es el coste de tres MMORPG lo que arrastra esta última versión. ¿Por qué no abandonó Square Enix cuando Final Fantasy XIV? Bueno, al contrario de lo que muchos piensan, su predecesor, Final Fantasy XI, es la entrada que más ingresos ha generado en la historia de la franquicia y Square Enix quiere encontrar un éxito similar.

Con toda esta historia en mente, me pongo a dar mis primeros pasos y tropiezos en la segunda fase de beta en el mundo de Hydaelin, concretamente en Eorzea. Y la verdad es que me gusta lo que veo. La creación de personaje me impresionó con detalladas opciones de caracterización. El diseño es genial, al igual que la selección de razas y trabajos disponibles, y finalmente me pongo a jugar como un Roegadyn, una raza de norteños gigantes descritos como competentes marineros, piratas y pescadores. Mi segunda opción era crear un pequeño y mono Lalafell, y progresar como un mago de toda la vida.

Eso de "toda la vida" no lo digo por accidente. Final Fantasy XIV: A Realm Reborn deja una sensación de clásico. Es el tipo de Final Fantasy que llevo echando de menos desde Final Fantasy IX. Es un retorno a las raíces de la serie en diversos aspectos. Hasta el diálogo estrafalario parece sacado de los RPG japoneses de la era de los 16-bit. Y eso es cosa buena.

Personalmente nunca disfruté con Final Fantasy XI, aunque podía apreciar el desafío y la profundidad del sistema de juego. Quiero poder jugar con un mando, y Final Fantasy XIV: A Realm Reborn cumple mis deseos. Square Enix se las ha apañado en el difícil acto de equilibrio de crear un MMORPG avanzado con más opciones y funciones que la mayoría de sus rivales, pero que además se pueda disfrutar con el mando de Xbox 360.

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Esto también eleva ese sentimiento de Final Fantasy que añoraba. Como la fase de beta sólo dura unos días, tampoco me puedo meter en aventuras verdaderamente épicas, pero sirve para hacerme una idea de lo que el juego llegará a ofrecer. Y este primer bocado me ha dejado con hambre de mucho más. Misiones sencillas como hacer la compra para unas abuelitas, repartir unas tortas o finalmente atreverme a salir un poco más para batallas más complicadas.

Final Fantasy XIV: A Realm Reborn

Todo se lleva con un ritmo bastante bueno y con un toque moderno, sin caer en la "trampa casual". Porque siempre estoy al mando de todo lo que ocurre, pero con un genial diseño que deriva en una experiencia muy fluida. Me recuerda a cómo Blizzard consiguió revolucionar el género en su día. Algunos puritanos puede que no estén contentos con cosas como el viaje rápido o los descubridores de grupos, pero sirven para una experiencia más entretenida para la mayoría de los jugadores.

Otro elemento que provoca una experiencia más divertida y asombrosa son los gráficos. Final Fantasy XIV: A Realm Reborn es sin ninguna duda el MMORPG más bonito y espléndido que haya visto jamás. El diseño siempre va a ser una cuestión de gustos, pero de verdad que aluciné con el look tanto del mundo como de los personajes que lo habitan.

Dicho esto sobre el tema artístico, lo que más me impresionó fue el tema técnico. Final Fantasy XIV: A Realm Reborn entra muy bien por los ojos, con efectos de hoy en día y un detalle escandaloso. Viejas limitaciones como la del máximo de 40 personajes en pantalla se han eliminado, y ya en esta fase de beta parece mucho más avanzado que antes. Pasear por el bosque de Black Shroud y contemplar cómo se filtra la luz por el manto de hojas, acariciando suavemente el suelo mullido, es algo que te deja boquiabierto, y las ciudades son simplemente alucinantes.

Final Fantasy XIV: A Realm Reborn

Una noticia alarmante es la confirmación de Square Enix de que mucha de la música compuesta por Nobuo Uematsu para Final Fantasy XIV ha sido sustituida. Pero por lo que llevo escuchado de las melodías de Masayoshi Soken, parecen ser del máximo calibre. Aun así, Uematsu es una leyenda por una razón, así que sigue sin convencerme esa decisión.

Como ya habrás averiguado con este texto, mi primera prueba de Final Fantasy XIV: A Realm Reborn fue una experiencia muy positiva. Aunque nada se puede decir todavía de su duración, variedad de quests y demás, parece que Square Enix se ha tomado las críticas muy en serio y ha realizado un gran trabajo para redimirse. Tiene toda la pinta de convertirse en un juego capaz de cautivar tanto a los fans de siempre que llevan un tiempo deseando un Final Fantasy en condiciones desde el noveno como para aquellos que quizá todavía no han entrado en la serie. Ha sido un camino largo y duro, pero puede que Final Fantasy XIV: A Realm Reborn al final lo consiga. Y el final está ahí mismo, a unos meses.

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