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Battleborn - impresiones

Hemos volado a Santa Mónica antes del E3 para probar este híbrido de shooter cooperativo y MOBA y hablar con su director creativo, Randy Varnell.

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Borderlands es una de las series nuevas de videojuegos de más calidad de la pasada generación de consolas. La fusión de elementos de los géneros RPG y shooter causó una gran sensación cuando salió, así que es probable que Randy Pitchford, el presidente de Gearbox, no fuese el único que se preguntase por qué no habían surgido juegos de ese tipo mucho antes. Mientras tanto, grandes éxitos como Destiny han seguido un camino similar, mezclando tiroteos con 'looting' a más no poder. Después de haberle encargado el desarrollo de Borderlands: The Pre-Sequel! a 2K Australia, los de Gearbox comenzaron a trabajar en Battleborn, un título que ellos han descrito como 'hero shooter'. Hemos viajado a Santa Mónica para echarle un vistazo a este híbrido de shooter cooperativo y MOBA y hablar con su director creativo, Randy Varnell.

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El MOBA es un género que inspira a millones de jugadores hoy en día, pero aun así decidí preguntarle a Randy cómo y por qué han creado un título como Battleborn.

"Nos divertimos un montón creando los personajes de Borderlands. Teníamos muchísimas ideas. Algunas de ellas no llegaron a encajar con el universo porque el sistema de juego de Borderlands funciona de una forma un poco diferente: no tenía modo cooperativo ni peleas cuerpo a cuerpo (...). Una buena parte del sistema de juego de Borderlands se basa en las armas que escoges, así que estás un poco limitado a la hora de expresar distintos estilos de lucha. Hay habilidades y talentos, pero queríamos probar una idea en la que pudiésemos seguir creando personajes alucinantes y también sabíamos que queríamos volver al multijugador competitivo, [que es algo] que no habíamos hecho en bastante tiempo".

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No hay duda de que los 25 personajes disponibles son las verdaderas estrellas del juego. Los protagonistas de este título reciben el nombre de Battleborn y son un grupo de héroes miembros de cinco facciones galácticas que dejan a un lado sus diferencias para luchar contra los oscuros Valresi en Solus, la última estrella del universo. En nuestra sesión de prueba, tuvimos la oportunidad de jugar a un trozo de la misión cooperativa To the Edge of the Void (Al borde del vacío), no necesariamente para descubrir más detalles sobre la historia o la estructura narrativa de Battleborn, sino más bien para poder probar al menos a alguno de estos particulares héroes sin tener que preocuparnos por las inevitables prisas típicas de los duelos multijugador.

Cada uno de los héroes posee un estilo de lucha diferente y una gran variedad de armas y habilidades. Por una parte, tenemos a personajes relativamente normales, como Oscar Mike, que es el clásico tío que va armado con un rifle de asalto y tira granadas con su equipo típico de un shooter en primera persona, pero también nos encontramos con otros personajes menos convencionales, como Rath, una mezcla de samurái y Jedi cuya especialidad es el manejo de la katana y el combate cuerpo a cuerpo. En mi primera partida, decidí probar a Orendi, la bruja del caos.

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Desde el principio, queda muy claro que Orendi es uno de los personajes que nos permiten adoptar un estilo algo más agresivo. Esta bruja puede disparar bolas de energía moradas a sus rivales gracias a sus cuatro manos y posee la habilidad de lanzar poderosos ataques mágicos. Uno de ellos genera una columna de energía que, un poco más tarde, envía un golpe contra el suelo capaz borrar del mapa a grupos enteros de enemigos si se ejecuta en el momento adecuado. Además, si las cosas se ponen feas, la agresiva Orendi puede ejercer un rebote contra el suelo que le permite lanzar hacia atrás a los monstruos que se encuentran más cerca y retroceder un poco para volver a marcar las distancias y que corra el aire. Todos estos ataques pueden potenciarse o mejorarse con efectos adicionales.

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Los personajes comienzan la partida en el nivel 1 y van progresando durante los 30 o 45 minutos que duran las misiones hasta alcanzar el nivel 10. Cada vez que subimos un nivel, la hélice de habilidades nos ofrece dos extras. Con solo pulsar un botón, esta hélice aparece ante nosotros y nos obliga a tomar una decisión usando los gatillos del mando. Al principio, necesitaremos algo de tiempo para leer las descripciones, pero llega un momento en el que nos llevará solo unos segundos seleccionar el ataque que prefiramos, que puede ser, por ejemplo, una pequeña bonificación para recuperar salud o la habilidad de aturdir al enemigo. De vez en cuando, viene muy bien seleccionar la vista en primera persona para ver nuestras cuatro manos en vez del rifle de asalto balanceándose justo enfrente de nuestra cara, pero el efecto es incluso mejor si optamos por manejar otro miembro de los Battleborn.

Marquis, un robot steampunk mayordomo ataviado con un bombín, empuña un bastón que se convierte en rifle francotirador. Su estilo de lucha es completamente diferente al de la temeraria Orendi. No tardaréis mucho en daros cuenta de que Marquis es un personaje bastante débil, así que lo mejor que podemos hacer es mantenernos lo más lejos posible de los enemigos. De hecho, la especialidad de este personaje es precisamente disparar en la cabeza a sus rivales desde una distancia segura. Además, gracias a su reloj de bolsillo, el amable mayordomo puede ralentizar el tiempo en una pequeña zona para atacar a los enemigos. Por otra parte, su búho mecánico, Houdini, puede abalanzarse contra sus oponentes, de ahí que esta pareja nos recuerde muchísimo al francotirador de Borderlands, Mordecai, y su fiel compañero Bloodwing.

Nuestra corta sesión nos dejó el tiempo justo para probar a un tercer personaje, así que decidí darle una oportunidad a Rath y su katana. Al pulsar el gatillo derecho, Rath ejecuta golpes horizontales que nos permiten realizar combos devastadores, mientras que el con el gatillo izquierdo, lanzamos un poderoso tajo vertical. Además, este personaje también cuenta con la habilidad de realizar ataques torbellino de varios segundos y dar un poderoso sablazo contra el suelo para provocar una enorme onda sísmica. Rath es un personaje rápido que puede recortar distancias fácilmente, por lo que puede evitar exponerse a las largas tormentas de balas de los enemigos antes de empezar a repartir precisos golpes con sus espadas.

Los héroes no solo difieren en su armamento y habilidades especiales, sino también en sus posibilidades de movimiento. Algunos personajes, por ejemplo, son demasiado grandes para pasar por determinados pasillos; otros dominan el arte de los saltos dobles, por lo que son capaces de alcanzar zonas a las que el resto solo podrán llegar dando un largo rodeo. Un aspecto que me llamó la atención fue que muchos de los talentos y habilidades parecen haber sido diseñados únicamente para el modo competitivo, ya que muy rara vez se utilizan contra los Varelsi y las hordas de robots. Sin embargo, la dificultad de la misión cooperativa también era prácticamente nula. Parece ser que la función principal del escenario era dejarnos experimentar con los héroes. Básicamente, nos dejaron con los personajes en el nivel 4 en medio de la misión sin habernos proporcionado ningún tipo de contexto, pero, a pesar de esto y de ser todavía principiantes, nuestro equipo de Battleborn no se encontró con demasiados problemas.

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Efectivamente, Randy Varnell nos confirmó que estábamos jugando a una versión con la dificultad rebajada, en la que los personajes desbloqueaban nuevas mejoras más rápido de lo normal para que pudiésemos ver el mayor número de características posibles en el poco tiempo con el contábamos, pero sabemos que los de Gearbox piensan incluir dos o quizá incluso tres niveles de dificultad en la versión definitiva.

En lo que se se refiere a los vídeos, apenas vimos unas cuantas escenas breves que aparecían principalmente antes de que interviniesen los subjefes. La historia se apoya sobre todo en la cháchara de la radio, y, por supuesto, no podían faltar las típicas provocaciones de los héroes, que comentan todo y no dejan títere con cabeza entre los miembros de los otros equipos. Por otra parte, la idea de ir subiendo de nivel constantemente en cada ronda como suele ocurrir en los MOBA podría resultar muy positiva de cara a las misiones cooperativas. Uno de los principales problemas del increíble modo cooperativo de Borderlands eran precisamente esas situaciones en las que diferencia de nivel entre los miembro de los equipos resultaba exagerada. O bien nos moríamos de aburrimiento porque los oponentes caían al momento, o bien se convertían en un obstáculo insalvable si tenían demasiada experiencia. Eso no quita, claro está, que tenga que existir algún tipo de incentivo, algo que atraiga al jugador y que ayude a que las misiones cooperativas sean interesantes.

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De hecho, ya pudimos apreciar algunos de esos incentivos en la misión de campaña a la que jugamos. Cuando derrotamos a un oponente, este deja tras de sí unos pequeños trozos de cristal llamados shards (esquirlas) que hacen la función de dinero. Podemos utilizarlas en zonas determinadas dentro de las propias misiones para instalar torretas. Otro elemento interesante es el estupendo robot araña al que tuvimos que escoltar a través del nivel, que puede equiparse con escudos, un aura curativa o incluso una torreta. Cuando le preguntamos si los shards serán también importantes para los héroes, Randy Varnell nos dio una respuesta algo vaga, pero al final nos reveló que el juego contará con un sistema de progresos tanto para el llamado Commander Rank (Rango Comandante) como para cada uno de los Battleborn. Lo más probable es que funcione de una forma parecida al sistema de clasificación Badass de Borderlands. Lo que sí que no nos confirmó es si este se traducirá únicamente en mejoras estéticas, pero lo que es seguro es que experimentaremos algún tipo de progreso cada vez que subamos de nivel. Por supuesto, todo esto irá aderezado con una buena dosis de 'looteo'.

Tengo que admitir que la sesión de prueba me dejó un poco decepcionado y un tanto confuso. Entiendo que en la presentación quisieran darle prioridad al modo para un jugador, pero al no proporcionarnos ningún tipo de contexto, reducir la dificultad y ponernos a jugar a una misión sin principio ni final, no hemos descubierto muchas más cosas de las que ya sabíamos. Por otra parte, hay que decir que la experiencia ha hecho que me vaya con la misma curiosidad con la que llegué a Estados Unidos.

Es posible que el estilo artístico de Battleborn no sea del gusto de todos, pero tengo que admitir que me gusta su aspecto visual simple con multitud de efectos extremadamente conseguidos. Battleborn parece un videojuego de verdad: colorido, ruidoso, llamativo y rápido. Si a esto le sumamos su inmensa rejugabilidad, no cabe duda de que este título tiene potencial para convertirse en todo un éxito de ventas. Sin embargo, para que esto ocurra, es necesario que los de Gearbox atraigan a los jugadores para que se decidan al menos a probar la campaña cooperativa. Esperemos que la campaña no sirva únicamente como entrenamiento para el modo competitivo.

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