Bill Skarsgård ha sido durante mucho tiempo un maestro a la hora de interpretar personajes oscuros e inquietantes, desde su aterradora interpretación de Pennywise en It hasta su papel de villano asesino en John Wick 4. Sin embargo, su último papel como Conde Orlok en la reimaginación de Nosferatu de Robert Eggers le ha dejado con una sensación de finalidad cuando se trata de interpretar a figuras tan malvadas. En una conversación reciente con Empire, Skarsgård reveló que la intensa transformación para el papel del icónico vampiro le dejó exhausto, tanto física como mentalmente. El actor admitió que ya no le apetece asumir personajes tan oscuros y malévolos.
Para dar vida a Orlok, Skarsgård se sumergió por completo en el papel, sometiéndose a un riguroso entrenamiento vocal para conseguir un tono amenazador y soportando horas de maquillaje protésico para transformarse en el antiguo vampiro. El compromiso con el papel, aunque gratificante, tuvo un impacto duradero en él, y expresó su alivio una vez finalizado el rodaje. Señaló que el papel de Orlok, un poderoso hechicero ocultista, fue especialmente difícil y le afectó de un modo que no había previsto.
Con esta inquietante experiencia a sus espaldas, el actor ha insinuado que podría estar dispuesto a alejarse del género de terror, al menos durante un tiempo. Pero, ¿significa esto que Skarsgård ha dejado realmente de interpretar a villanos? ¿Te gustaría verle volver al terror en el futuro, o ha llegado el momento de un nuevo capítulo en su carrera?