Blue beetle lleva en los cómics desde 1939, y en 1983 DC Comics compró sus derechos. Sin embargo, no se le ha visto mucho más allá de algunas apariciones en videojuegos y programas de animación, por lo que el público de la película acude a ella principalmente con la mente en blanco. En general, Blue Beetle es un par de horas de acción superheroica bien hecha, sin grandes sorpresas.
Jaime Reyes (Xolo Maridueña) acaba de dejar la escuela y regresa a su casa en las afueras de Ciudad Palmera. Por desgracia, la familia está a punto de perder su casa debido a la subida del alquiler. Jaime y su hermana acaban trabajando para Industrias Kord como limpiadores, y la familia Kord es prácticamente dueña de todo el pueblo. Por una serie de coincidencias, Jaime se hace cargo del extraño objeto con aspecto de escarabajo azul de Jenny Kord (Bruna Marquezine). Por alguna razón, este escarabajo elige a Jaime, y se fusiona con él como una especie de simbionte, como el Venom de Marvel. Así nace el nuevo Blue Beetle.
En el fondo, la historia es una de superhéroes muy tradicional, y también trata del significado de la familia, el capitalismo, el egoísmo, etcétera. Un núcleo sencillo permite centrarse en los personajes y las relaciones entre ellos, y esto se hace bien. Una familia mexicana en el centro (Reyes), y el consiguiente enfrentamiento con una familia poderosa de tipo completamente diferente (Kord). Hay sorpresas, y la abuela de Blue Beetle, Nana Reyes (Adriana Barraza), cobra mucha importancia hacia el final. Lo malo es que no se responden todas las preguntas planteadas. Probablemente sea una solución necesaria, ya que la película podría haberse alargado demasiado y, por otro lado, debe haber algo que contar en posibles secuelas.
Sorprendentemente, la ambientación, tanto musical como cromática, es muy ochentera, con colores de neón. Quizá sea una forma de atraer a los espectadores de más edad, mientras que el género tradicional de superhéroes se encarga de cortejar a la nueva generación. Otra cosa sorprendente es lo interesantes que se vuelven los distintos personajes a medida que avanza la película. Tradicionalmente, en las películas de superhéroes no ha sido así, al menos para mí.
Como era de esperar, Blue Beetle es técnica e interpretativamente de lo mejor. Es un espectáculo para la vista. En los breves clips tras los créditos finales ya se plantea algún tipo de secuela. Sin embargo, es evidente que Blue Beetle no está alcanzando el nivel de éxito esperado, por lo que es posible que nunca se haga una secuela. Es una pena, porque para mí, que la desconocía totalmente, fue una agradable sorpresa durante toda su duración.