Que no te engañe la primera palabra del titulo: esto no es un juego de coches. Burnout Crash es un juego de puzles basado en una premisa muy simple: conduce a toda leche a través de una intersección y provoca el comienzo de una enorme pila de vehículos. Parecería soso al principio, pero el tratamiento que le han dado es bastant ambicioso. Tu coche puede explotar una y otra vez, y gracias a la función aftertouch de la serie Burnout, puedes dirigir tu chatarra voladora contra el tráfico que viene de frente para aportar al desastre.
Burnout Crash consiste en una serie de intersecciones que más o menos hacen la función de niveles. Cada nivel o intersección consta de 15 retos, cada uno escondiendo una estrella. Invierte las estrellas para liberar nucas intersecciones y desafíos para ponerte a prueba. Y también vas sacando nuevos vehículos con distinto peso, velocidad o manejo.
En esencia, todo Burnout Crash va de conseguir las mejores puntuaciones o sumar el mayor daño posible, pero el desafío va aportando una sensación de progreso y finalidad. Los retos se dividen en tres categorías o modalidades juego: Road Trip, Rush Hour y Pile Up. Aunque parezcan muy similares, exigen estrategias especificas si pretendes dominarlos.
En Road Trip el objetivo es implicar al mayor numero de coches en el accidente. Una táctica fundamental para lograrlo es construir enormes bloqueos de la calzada, que al unísono funcionen como una telaraña para atrapar todo el tráfico. Se pueden conseguir muchos puntos sola destrucción se extiende a los edificios adyacentes, pero de esa forma desatiendes las carreteras y algunos coches podrían atravesar la red sin un rasguño. Si se te escapan cinco veces, game over. Si por el contrario te cunde, terminarás la ronda con un cataclismo de enormes proporciones que puede reducir los bloques a escombros.
En Rush Hour luchas contra el crono: consigue el máximo daño en 90 segundos. Cuando el tiempo se agota, tu coche vuelapor los aires, con la idea de que te coloques en una posición ideal para llevártelo todo por delante con el petardazo final.
El tercer modo de juego, Pile Up, es el más complicado, pero quizás también el menos divertido. El objetivo es detener todos los coches sin provocar ninguna explosión (lo que haría desaparecer la chatarra). Cuando dejan de venir coches se activa "Inferno", un multiplicador que te reporta una puntuación mucho mas alta con cada coche o estructura que esté en llamas. En ese momento, todos los coches apilados pueden empezar a arder para después explotar a la vez.
Es un placer contemplar todo el metal y los escombros en llamas en la calzada, y sin duda te invita a echar otra. Lo que no verás aquí son los accidentes increíblemente detallados de los otros juegos Burnout. Puede que Burnout Crash sea un sencillo juego descargable, pero aun teniendo eso en cuenta, no se puede decir que sea muy bonito. Los menús también necesitaban algo más de trabajo; no es que sean horribles, pero te obligan a dar muchos pasos después de cada nivel, algo que contradice la naturaleza casual del juego.
En una nota más positiva, Autolog (presente en el Need for Speed: Hot Pursuit del año pasado) vuelve a emplearse a fondo en Burnout Crash. Te mantiene al día sobre los high scores de tus colegas, dejándote desafiarles con pulsar un botón. Por lo tanto, aunque a Burnout Crash le falte algo de sustancia, aunque presente toda la chicha en el primer minuto de juego, consigue resultar realmente adictivo.
La locura también contribuye a la adicción. Una de las cosas mas satisfactorias es presenciar los incidentes absurdos que pueden darse. Sería una pena destripárselos a alguien que va a jugar, pero te diremos que puedes esperar tornados, lluvias de meteoritos o aviones que hacen aterrizajes de emergencia. Y los power ups son igual de exagerados, con imanes que atraen el tráfico hacia tu coche o distintos vehículos especiales que requieren técnicas avanzadas.
También escucharás una banda sonora licenciada bien escogida, que consigue aportar al ambiente. Todo lo que ocurre en pantalla tiene un sonido asociado: Ice Ice Baby con Vanilla Ice cuando te atrapa una ventisca, Bad Boys de Inner Circle cuando llega la pasma... También pone de su parte el locutor con sus absurdas referencias. Quizás no sea del gusto de todo el mundo, pero sin duda conjuga una experiencia sin igual. Burnout Crash no se toma muy en serio a sí mismo, lo mismo que deberías hacer tú. Sales un respiro a tus neuronas y alucina con los accidentes.