La reconocida actriz, escritora y guionista Carrie Fisher, cuya carrera despuntó con el papel de la Princesa Leia en la trilogía original de Star Wars, falleció el pasado 27 de diciembre a consecuencia de un infarto sufrido cuatro días antes durante un vuelo. Las primeras informaciones apuntaban a que su situación era estable, pero finalmente no ha logrado recuperarse.
Billie Lourd, hija de Fisher, ha emitido un comunicado a través del portavoz de la familia, Simon Halls, en el que muestra el pesar de la familia y se la recuerda como alguien "querida por todo el mundo" a la que "se echará de menos profundamente".
El papel de la Princesa Leia en Star Wars marcó la carrera de Fisher para siempre, para bien y para mal, como ella mismo reconoció en diversas entrevistas. Sufría trastorno bipolar, lo que la llevó a convertirse en activista por los derechos de las personas con problemas de salud mental, pero también pasó por adicciones a alcohol y drogas que la tuvieron durante años lejos de su profesión.
Tras su recuperación, continuó trabajando como escritora, guionista y, en los últimos años, de nuevo como actriz. Incluso volvió a Star Wars de la mano de Disney para la nueva trilogía y dejó terminada su grabación en el Episodio VIII.
Nota: en una versión inicial se decía que no había grabado aun el Episodio VIII de Star Wars.
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