Cat Quest III

La serie Cat Quest se ha ido convirtiendo en una experiencia de aventura-RPG cada vez más completa y compleja. Lo que empezó como un concepto muy básico de Diablo con gatos se ha convertido en una oferta realmente carismática y estilizada, y eso es aún más evidente en la tercera entrega, Cat Quest III. Anteriormente conocido con el eslogan adicional de Piratas del Gatocaribe, como podrás deducir el tema de este juego son los piratas y eso significa dirigirse a una versión caricaturesca, felina e infestada de roedores del mar tropical para explorar libremente en un mundo abierto en 2,5D.

Como ocurre en otros títulos de Cat Quest, hay una historia central en el corazón de Cat Quest III que impulsa tu exploración y sirve de flecha guía para la dirección que tomas en el mundo abierto, pero esto no es en absoluto obligatorio. Uno de los elementos brillantes de Cat Quest III es que puedes aventurarte en cualquier dirección que consideres oportuna y explorar como quieras. Desde muy pronto en el juego se te presentan las herramientas básicas para el movimiento, como un barco para atravesar fácilmente las olas, y luego depende de ti decidir cómo utilizarlas. El mundo está poblado de enemigos y peligros de fuerza y letalidad variables, lo que significa que pronto te encontrarás con amenazas que te destruirán sin sudar, pero eso no significa que no puedas al menos intentar enfrentarte a ellas a los cinco minutos de arrancar el juego.

La libertad de exploración es sin duda el mayor punto fuerte de Cat Quest III. He jugado a RPG de gran presupuesto más rígidos en su exploración que este juego. El hecho de que puedas completar casi todas las misiones secundarias y encontrar todos los objetos coleccionables antes de interesarte por la historia principal significa que realmente puedes poner tu propio sello en Cat Quest III. Aunque diré que esto es quizá un punto fuerte por la sencilla razón de que la historia principal no parece pesada ni importante. Se trata de un juego sin diálogos y que utiliza antagonistas que no comparten mucha importancia con el personaje sin nombre del jugador, lo que significa que nunca existe esa fuerza motriz que te impulse a completar la campaña antes de dirigir tu atención a tareas adicionales.

También hay que señalar que Cat Quest III es un juego muy rudimentario. No hay mucha profundidad en la jugabilidad ni en su estructura, y eso es un arma de doble filo. Por un lado, es increíblemente fácil de aprender y de entender, y se pueden hacer construcciones realmente diabólicas que acaban con los jefes más duros. Por otro lado, hay una sensación de haberlo visto todo una vez, con los puzles y la forma en que se ofrecen, y con los encuentros de combate.

Respecto al primer punto, muchos de los puzles consisten simplemente en resolver tareas que implican piedras mágicas azules, en las que siempre se trata de golpearlas en el orden correcto. El reto consiste en determinar en qué orden. Esto se combina con cofres que hay que encontrar y que suelen estar protegidos por enemigos u ocultos en arbustos o debajo de elementos sospechosos del entorno, como estrellas de mar de colores extraños. La caza de cofres llega al punto de simplemente golpear cualquier cosa que no parezca natural para encontrar el último que te aluda.

Si hablamos del combate, aunque hay muchos tipos diferentes de enemigos (tanto terrestres como navíos sobre el mar), cada uno con su propio conjunto de habilidades y cadenas de ataque, todos son bastante sencillos de derrotar, hasta el punto de que no necesitas hacer gran cosa para vencerlos. Lo mismo puede decirse de los jefes, que la mayoría de las veces son enemigos normales con barras de salud mucho más grandes. Hay algunos que realmente aportan nuevas mecánicas, pero a menudo son rarezas. ¿Es atractivo sumergirse en una batalla, acuchillar y disparar a los enemigos sin sudar para recoger experiencia y oro para mejorar tu personaje? Sí, es un bucle divertido. Pero también es esencialmente todo lo que vas a encontrar en Cat Quest III.

En cuanto a la construcción y la progresión, la experiencia básicamente sólo se aplica a cuántas ranuras equipables tienen tu personaje y tu nave para jugar con combinaciones de habilidades. Por lo demás, la construcción se centra en encontrar objetos, armaduras, armas, etc. por todo el mundo, determinar cómo se combinan entre sí sus diversos efectos y rasgos únicos, desarrollar una construcción que se adapte a tu estilo de juego y, a continuación, utilizar el oro adquirido para mejorar con frecuencia el nivel de dichos objetos y asegurarte de que no se queden rezagados con respecto a tu nivel de experiencia, que aumenta rápidamente. De nuevo, en lo que respecta a los elementos de RPG, es bastante sencillo, pero teniendo en cuenta que Cat Quest III es un juego muy rápido y corto, creo que la simplicidad de la construcción es también uno de sus elementos más fuertes.

Otro aspecto en el que brilla Cat Quest III es en la temática y su estética. Este juego no sólo tiene un aspecto fantástico con adorables y divertidos efectos visuales de dibujos animados, sino que también es divertido sin esfuerzo con guiños a la cultura pop. Encontrarás misiones en las que tendrás que acabar con un jefe vampiro en una mazmorra de 8 bits al estilo Castlevania. Hay combates contra el jefe Cathulhu, misiones de mini-novelas visuales, y tantos otros juegos de palabras relacionados con felinos que francamente perderás la cuenta de ellos. The Gentlebros seguramente deben de estar agotando sus chistes de gatos con tres juegos de Cat Quest en su haber.

En resumen, Cat Quest III es otro entretenido RPG de acción y aventura de The Gentlebros. Es fácil de acceder y jugar, tiene un gran sentido del humor, un diseño del mundo realmente libre, un arte y una estética general fantásticos, e incluso tiene modo cooperativo. No es el juego más complejo mecánicamente, tiene un argumento mediocre y bastante olvidable, y se acaba en un santiamén, pero por lo demás es un título delicioso y encantador que entretendrá sin esfuerzo durante unas cuantas tardes.