Para este análisis hemos empleado la versión de PC. Chernobylite llegará a consolas el 28 de septiembre.
La historia de Chernobylite no es algo que me entusiasme. Te metes en la piel de Igor, un físico nuclear que trabajó en la central nuclear de Chernóbil y que ahora, 30 años después del incidente que devastó toda la zona y que se conoce como el mayor desastre nuclear de la historia, vuelve allí para intentar averiguar qué sucedió con su mujer, quien desapareció sin dejar rastro a raíz del desastre.
Los desarrolladores de Chernobylite lo definen como un "juego de rol de ciencia ficción", pero, en mi opinión, probablemente sea más bien un simulador de supervivencia con fuertes tintes de Metro y Stalker y una serie de elementos roleros más o menos bien implementados. Se centra mucho en explorar, recoger pistas y sobrevivir. Y, al final, obtener respuestas a las preguntas sobre esa desaparición que lleva años atormentando a Igor.
Los personajes se sienten un poco estereotipados y, a veces, resultan hasta caricaturescos. Cuando la historia intenta ser surrealista, o filosófica, se nota que The Farm 51 no posee los conocimientos dramatúrgicos necesarios para poder llevar bien el timón de esos momentos y, rápidamente, me aburro con lo que están contando. Se supone que este juego es un gélido y emocionante thriller, repleto de oscuridad e incertidumbre. Algo como Metro 2033 en cuanto a tono y temática. Pero no, no lo consigue, desafortunadamente.
Lo que sí funciona muy bien, sin embargo, es el sistema de juego que se apoya con seguridad y fuerza en unos cimientos que nacen de tus decisiones. Lo que elijas traerá consecuencias que resonarán durante toda la aventura. Y es en este aspecto donde Chernobylite más convence, por encima de muchos otros juegos de este tipo. Siempre sientes que las decisiones son tuyas y que de verdad afectan a tu vida en los bosques negros como el hollín que hay a las afueras de Prípiat.
Esto, justo con lo fundamentalmente brutales que son las mecánicas de juego y el tempo, hace que se parezca mucho a S.T.A.L.K.E.R. Por eso da más pena que muchas de las tareas en las que me he tenido que embarcar fueran tan monótonas. Entiendo que, como desarrollador, quieras alargar la duración del juego al repetir una y otra vez los mismos tipos de misión con la misma estructura. Pero, ¿no sería mucho más ingenioso cortar el 90% de estas repeticiones y, en su lugar, crear una aventura más ajustada, variada y mejor que el jugador recuerde como algo bueno en lugar de repetitivo?
Una de las principales mecánicas de S.T.A.L.K.E.R. que los desarrolladores de Chernobylite han intentado copiar es la recogida de artefactos para su venta o comercio con otros supervivientes. The Farm 51 ha establecido un sistema que requiere que construyas una base y reclutes ayudantes que asistan a Igor en la búsqueda de su esposa perdida. Una idea que, sobre el papel, parece la típica de un juego completamente normal, algo que hemos visto mil veces antes y que, por tanto, debería funcionar. Pero no es así. Funciona un poco como en Fallout 4, combinado con las piezas de artefacto de S.T.A.L.K.E.R., pero, ya al comienzo del juego se nota que hay algo que se añadió más tarde durante el desarrollo y, por tanto, se pegó con pegamento a todo lo demás, porque la historia en sí misma muy probablemente no fue capaz de mantener el interés de quienes probaran las primeras versiones del juego. También es probable que el trabajo de guion volcado en las personalidades que se "deciden" no termine de sentirse particularmente creíble o vivo.
Dicho esto, tiene una atmósfera que me encanta. De hecho, The Farm 51 ha conseguido construir el mismo tipo de sensación de soledad y oscuridad que conseguía S.T.A.L.K.E.R. en su momento, y hay momentos de terror que realmente han llegado a asustarme. Los disparos o el sigilo, en ese aspecto, también son bastante buenos. Hay cierta falta de detalle en aspectos como la física del retroceso de las armas o las animaciones, sin duda, pero también hace que las mecánica de juego parezcan más "crudas", lo que encaja con la dirección artística y el concepto del juego en sí. Los entornos también están relativamente bien hechos.
Chernobylite no es un mal juego. Es bueno. Pero da la sensación de que está un poco fragmentado. Es aterrador, oscuro, crudo, brutal y frenético a la vez que resulta claustrofóbico, despiadadamente difícil, innecesariamente complicado y monótono. Los combates cuerpo a cuerpo son irremediablemente torpes y la variedad en las misiones brilla por su ausencia, pero, a pesar de todo, tengo que recomendarlo a cualquiera que le guste Fallout 5, S.T.A.L.K.E.R. o Metro 2033. Si puedes con las obvias debilidades de Chernobylite, te vas a divertir.