Español
Gamereactor
análisis
Civilization: Beyond Earth

Análisis de Civilization: Beyond Earth - Rising Tide

¿Consigue esta primera expansión de Beyond Earth mantenerse a flote o se hunde como una roca tras el juego estelar de hace un año?

Suscríbete a nuestra newsletter

* Campo obligatorio
HQ

Sentimos bastante cariño por la franquicia de Civilization. En lo que a estrategia por turnos respecta, pocos juegos pueden competir o compararse con el nivel de detalle y lo intricado de esta longeva serie.

Lo bueno de los juegos Civilization es lo adaptables que son. Las facciones son únicas y memorables, con ventajas bien equilibradas que pueden alterar por completo el enfoque de cualquier jugador de partida a partida. La variedad de formas de desarrollar cultura y ciencia, las distintas maneras de dominar, las diversas condiciones para la victoria: estos factores no tienen rival en ningún otro juego del género.

HQ

En alguna ocasión nos hemos preguntado si nuestras opiniones sobre los anteriores juegos de la serie Civilization no fueron un poco generosas de más; dado que es una serie que todos hemos jugado desde las primeras entregas quizá hayamos pecado de parcialidad inconscientemente. Hay muchos buenos juegos de estrategia, nuestras colecciones están llenas de geniales ejemplos del género; seguro que hay al menos uno que puede hacer peligrar el trono de Civilization, ¿no? Sin embargo, cada vez que analizamos un juego de estrategia por turnos no podemos evitar hacernos la misma pregunta: "¿Es tan bueno como Civ?"

Publicidad:

Beyond Earth (análisis) es un juego que nos hizo tener que pensárnoslo dos veces. No esperábamos que nos fuera a gustar tanto. Nos preocupaba que más allá de la relevancia histórica que hemos acabado por adorar en los Civilization normales, el juego perdiera algo de su atractivo. Después de todo, Civilization consiste en hacer que una nación fuerte, científica y militar tenga éxito donde históricamente podría haber fallado. Pero no tendríamos que habernos preocupado, porque de algún modo Beyond Earth capturó esa magia sin necesidad de contexto histórico.

Beyond Earth consigue mantener la seriedad de sus predecesores haciendo que nos preocupemos por decisiones que la humanidad podría tomar en el futuro, en lugar de las que tomaron en el pasado. Goza de un diseño fluido y características consistentes; es fácil de aprender a usar para los principiantes pero lo bastante complicado para sorprender continuamente a los veteranos. Las decisiones que tomamos importan, por lo que toda decisión tiene que considerarse con mucho cuidado.

Civilization: Beyond EarthCivilization: Beyond Earth

Cuando hemos empezado a jugar la nueva expansión, Rising Tide, teníamos unas expectativas muy altas y no nos ha decepcionado. Rising Tide hace para Beyond Earth lo que Brave New World hizo para Civilization 5. Es decir, consigue que un juego bueno sea todavía mejor.

Publicidad:

Algunos aspectos de Beyond Earth sí fueron un poco decepcionantes. La ruta que escogías y los resultados que acarreaba esa decisión no siempre eran relevantes, y algunos bugs y glitches arruinaban la inmersión, pero por suerte han solucionado estos problemas. Las nuevas características que se han introducido con Rising Tide podrían cambiar la forma de jugarlo para siempre, y también se han encargado de darles caza a esos bugs y glitches ocasionales.

El primer cambio que notamos fue en la diplomacia. La nacionalidad, ideología, sociología, filosofía y actitud de las colonias rivales son mucho más aparentes que antes, y mantener relaciones es crucial para el éxito.

Tus acciones y decisiones cambian la forma en que el resto de líderes reaccionan. Expandir tu territorio rápidamente puede reportarte estima, pero falta de producción; mientras que un ejército poco desarrollado puede hacer que tus rivales no te respeten y que ello arruine la posibilidad de cualquier acuerdo diplomático.

HQ

El nuevo sistema de diplomacia requiere que los jugadores obtengan 'capital diplomático', que funciona como una divisa con la que negociar con otros Civs. También puedes usar puntos de diplomacia para cambiar y desarrollar los valores de tu civilización, y de ese modo crear una civilización que encaje de verdad con tu estilo de juego. Un buen ejemplo sería invertir tu capital diplomático en mejorar la salud de tus tropas o en incrementar las defensas de tus ciudades.

Por desgracia, este nuevo sistema también acaba con algunas de las antiguas opciones diplomáticas. Cooperar implica abrir automáticamente tus fronteras, y las alianzas te obligan a involucrarte en todas las guerras en las que participen tus aliados. Los términos para firmar la paz no son negociables como antes, sino que se deciden con una 'puntuación de guerra' basada en el daño que ha hecho cada parte. Lo bueno es que nunca nos habíamos dado cuenta de que otras civilizaciones nos califican de 'belicistas' por negarnos a aceptar la paz cuando le ganamos ventaja a una nación que decidió atacarnos.

El sistema de rutas en Rising Tide es más flexible y tiene más potencial que en el juego normal. En Beyond Earth podías intentar recrear el planeta muerto que dejaste atrás siguiendo la ruta de la Pureza, podías dominar y destruir con la ruta de la Supremacía, o podías adaptarte a tu nuevo planeta y convivir en paz con sus habitantes a través de la ruta de la Armonía. Todas estas posibilidades siguen existiendo en Rising Tide, pero ahora hay más flexibilidad.

También se han incluido nuevas opciones híbridas, es decir, se pueden unir dos rutas para obtener unidades, edificios y situaciones totalmente distintos. Algunas de las nuevas unidades poseen una increíble fuerza de ataque y pueden curarse entre ataque y ataque, y otras incluyen nuevas unidades navales que permanecen invisibles a los ojos de tus enemigos hasta que eliges atacar.

HQ

Hemos jugado varias veces, y en cada una de ellas nos encontramos invirtiendo en tecnología híbrida. Nuestra visión de la sociedad ideal ya no está limitada a tres cúspides: ahora hemos mezclado ideologías alegremente para crear unidades que compartieran lo mejor de cada ruta. En una partida dimos uso a las habilidades de los alienígenas nativos, los mejoramos para que se convirtieran en guerreros y tratamos de controlar el mundo por la fuerza. En otra, nos convertimos en unos extraños robots alienígenas con sentidos, con una fuerte producción y una cultura inspiradora.

Quizá una de las novedades más significativas de Rising Tide es la opción de construir ciudades en el océano. Al principio son simples ciudades costeras, pero resulta que pueden atravesar las olas y hacerse con nuevo territorio en el proceso. Sin embargo, una ciudad tarda unos cuantos turnos en moverse, y detiene cualquier otro tipo de producción durante ese tiempo. Quedarse en un solo lugar impide expandir tu territorio pero te permite centrarte en producir nuevos edificios y unidades; por otro lado, moverte mucho te hace obtener territorio pero tiene un impacto negativo en la rapidez de desarrollo de la ciudad. Como el mar se puede colonizar, el combate naval y la exploración son más importantes que antes. El océano esconde varios recursos que desarrollar, restos de naufragios que saquear y artefactos que descubrir.

Una de nuestras estrategias preferidas más simples siempre fue construir varias ciudades externas y centrarnos en sus defensas. Usábamos estas ciudades para guardar las fronteras de nuestro territorio cuando los líderes sedientos de guerra se fijaban en nosotros y con ello conseguíamos que las ciudades internas se usaran para beneficios culturales o científicos; pero ahora las ciudades asentadas en el océano lo han cambiado todo.

En lugar de asegurarnos la tierra, tenemos que buscar franjas estrechas de océano entre dos continentes y reclamar el territorio como nuestro, limitando así las opciones de navegación de nuestros oponentes. Nuestro mejor recuerdo es nuestra gran huida de una ciudad en la que estábamos perdiendo una guerra y lo teníamos todo en contra (no habíamos sido muy simpáticos que se diga, ¡todo el mundo nos quería muertos!). Hemos aguantado tanto como hemos podido, sacrificando una unidad militar tras otra y mientras tanto desplazando nuestra ciudad flotante hacia territorio sin dueño. Era inevitable que perdiéramos la guerra, pero gracias a nuestra ciudad flotante hemos sobrevivido. 50 turnos después volvíamos a ser una civilización próspera, y después de 100 turnos ya hemos ido a buscar venganza.

Civilization: Beyond EarthCivilization: Beyond EarthCivilization: Beyond Earth

Las quejas que tenemos son pocas y no muy relevantes. Organizar todas las unidades bajo tu mando sigue siendo complicado: muy a menudo hemos perdido el rastro de las unidades que enviábamos a 'explorar'. El sistema de habilidades también podría ser más claro. Es bastante fácil ver las ventajas de cada mejora pero una mejor codificación por colores y una proyección más clara nos habría puesto las cosas más fáciles. Además, a partir de la mitad del juego los alienígenas nativos son demasiado fáciles de vencer, habría sido más divertido si tuvieran más impacto conforme avanza la partida.

Con todo, Rising Tide consigue que un juego que ya de por sí es bueno sea considerablemente mejor, y solo por eso ya pensamos que merece la pena invertir en él. Es en verdad "Una Nueva Frontera", funciona como mucho más que una expansión, es una recreación llena de mejoras, y como tal, el efecto 'déjame un turno más' es más fuerte que nunca.

08 Gamereactor España
8 / 10
+
Las nuevas características mejoran casi todos los aspectos, las rutas parecen más relevantes, las unidades híbridas son geniales, tan adictivo como siempre.
-
Algunos de los cambios en la diplomacia limitan algunas opciones, las unidades autónomas no siempre toman las mejores decisiones.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

Contenido relacionado



Cargando más contenido