The Game Awards se ha consolidado como una cita imprescindible del calendario de videojuegos. Más bien gracias a los anuncios y revelaciones que deja cada año, y no tanto por una entrega de premios que siempre queda en segundo plano. En esta edición, el gordo fue la revelación del nombre y la forma de Xbox Series X, aunque esta fuera más o menos confusa.
La edición 2019 ha sido un éxito de audiencia. Hasta 45 millones de personas de todo el mundo conectaron con el directo, dicen los cálculos llevados a cabo por la organización y distribuidos por su fundador y director, Geoff Keighley . Es el equivalente a toda la población de España, por poner un ejemplo de cuál fue su alcance. Y todo, con una emisión que cae en plena madrugada europea, lo que dificulta su seguimiento en directo.
Aún más satisfechos están por la evolución. A pesar de estar en cifras ya muy altas, esos 45 millones de espectadores son un 73% más de los que logró la gala The Game Awards 2018. Estuvo cerca de doblar resultados, y por eso Keighley, en un discurso personalista, ha querido agradecer al equipo que le ha ayudado a él a poner en marcha el show, así como a toda la gente de la industria que ha confiado en él.
Ya estable y reconocible, el formato ha comenzado a expandirse y este mismo año se utilizó en Alemania para la ceremonia de apertura de Gamescom 2019, bajo la denominación Opening Night Live.